Capítulo 9

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DAN

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DAN

Aunque me tomó gran parte de la noche, estaba orgulloso del trabajo que hice para reparar el walkman de Tessa y grabar la cinta que le di con diez canciones que pensé que le podrían gustar.

No fue sencillo. Tuve que llamar a varios programas de radio nocturno y pedir que pusieran cada canción que quería grabar en el casete. Pensé que no iba a lograrlo, porque yo no era el único que llamaba para hacer peticiones, pero al final lo conseguí.

Dormí solo un par de horas antes de abandonar el hotel en el que había pasado la noche para ir a encontrarme de nuevo con ella.

Eso había ocurrido tres días atrás. Y, aunque Tessa aceptó lo de conocernos mejor, no la había vuelto a ver desde entonces porque volví con mi familia para recibir el año nuevo. La celebración había sido un tanto incómoda ya que mi hermano seguía en Londres y mi sobrina, que no le veía desde hacía dos meses, se puso a llorar cuando comenzaron los fuegos artificiales como bienvenida del año nuevo.

—Me angustia la situación de Charles y Addie —comentó mamá por la mañana, mientras tomábamos el desayuno juntos.

Papá no estaba en casa. No importaba que yo pudiera darle todo lo que quisiera, él se negaba a dejar de trabajar. Se levantaba cada día a las cinco de la mañana y marchaba a hacer lo suyo. Era ese tipo de persona.

—Me preocupa todavía más Kaylee. La niña lo extraña mucho y a él pareciera no importarle.

Mamá bebió de su café con gesto angustiado.

—¿Crees que vayan a separarse?

—Tal vez. Y no siento que esa sea la peor opción, mamá.

—Daniel, no digas eso.

—Es la verdad, mamá. Tú has visto a Addie, es injusto que ella y la niña sufran tanto por Charles. No nos hagamos tontos, nadie cree que él siga en Inglaterra por negocios.

Mi madre sorbió la nariz.

—Adeline es una buena mujer, tu hermano es un tonto por no apreciarla.

—Lo es.

—No sé por qué él se comporta así —los ojos se le anegaron—. No es como tu padre y yo los educamos.

Solté el pan tostado que acababa de agarrar y le miré con mucha seriedad.

—Ustedes no tienen la culpa, mamá. Charles es un adulto responsable de sus propias acciones y decisiones. Escucha...

El timbre del teléfono me interrumpió. Mamá se levantó de inmediato y fue a la sala a contestar la llamada. Casi enseguida volvió con mala cara.

—Te llama Cole.

Reí por la mueca que hizo al decir su nombre. Mi representante había perdido cualquier pizca de agrado que mi madre hubiese podido sentir alguna vez hacia él.

Por una sonrisaWhere stories live. Discover now