la correcta || truewos

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(Valentín Oliva/Wos y Mateo Palacios/Trueno)

Volvía a lo mismo de antes y no le gustaba para nada. Era consciente de que podía enmendarlo y volver a ser "felíz", o solo a sentirse bien. Pero le costaba, y sentía que nadie entendía lo que de verdad sentía.

Era una mezcla rara de tristeza y confusión, mientras sentía como su mente divagaba entre las mil cosas que debía hacer del secundario, de los problemas en casa, de sus amigos y de su familia.

Se sentía en un constante modo automático y odiaba eso porque su boca hablaba sin que le dé tiempo a pensar ocasionando varias discusiones.

Salía de su pieza a comer y al baño. Al ver a sus progenitores se le iba el brillo de los ojos y su semblante se volvía entre serio y triste.

Se encerraba tres o cuatro veces por día en el baño, media hora estando con el celular para que no lo vean mal, para que no entren a su habitación sin permiso y le pregunten que le pasaba.

Porque eso era lo que más odiaba, no saber qué le pasaba. O tal vez solo era el no querer hablar porque sentía que sus problemas no eran graves, y que en su familia pasaban cosas más serias.

Se aprisionaba a sí mismo cuando se ponía los auriculares y la música rebotaba en su cabeza, mientras encendía su computadora y veía el archivo con tarea sin siquiera poner su nombre en él.

"No te atrases en la escuela por esto, vos sos re inteligente y aparte no tenés la culpa" le dijo un día su tío mientras iban a comprar, pero ¿Cómo no sentirse mal? Si sus papás de un día al otro le decían que se separarían.

Si bien los problemas venían de hace años y sabía que en cualquier momento su "perfecta" familia se desmoronaría, el tener que aceptarlo y pasar por los papeles de divorcio lo dejaba un tanto anonado.

Y más tener que ver a sus papás mal, oírlos llorar, ver las ojeras, ver que los besos ya no existían y que el amor se había acabado.

Odiaba fingir que nada le pasaba mientras hacía uno que otro chiste respecto al tema, pero en el fondo solo quería llorar mientras alguien lo abrazaba.

-Valen amor.- Su mamá apareció en su pieza viéndolo sentado en el mismo escritorio de siempre, con su mirada perdida en la ventana. -Vino alguien a verte, un amigo tuyo.

Se giró y la miró confundido. No esperaba a nadie y menos a las nueve de la noche. Prendió su celular y no tenía ninguna nnotificació, ningún mensaje.

Se levantó comenzando a ir a la puerta imaginando miles de posibilidades de quién era pero no había hablado sobre verse con nadie en los últimos días.

Pero sin embargo ahí estaba él, aquél chico ruzado con una mochila en el hombro derecho mientras le sonreía de costado.

-¿Qué haces acá?

-¿Hola, no? Yo igual te extrañe.

-Perdón... vení vamos a mi pieza.
Mateo lo seguía aunque ya sabía donde quedaba el cuerto. Pasaron por el pasillo y notó que ya no habían fotos familiares, ahora era un simple pasillo blanco como de hospital.

-Linda la pieza eh.

Habló con sarcasmo cuando prendió la luz y vió ropa tirada por todos lados, tazas y tazas de café amontonadas en su escritorio y paquetes de galletitas a medio comer al costado de la cama.

-Perdón, habría ordenado pe-pero no me avisaste que venías.

-Tranquilo,- Le dijo cuando lo miró a los ojos y me sonrió. -vine a estar con vos y ver si sirvo aunque sea para levantarte el ánimo. Pero primero vamos a poner música y voy a ordenar tu pieza un poco.

ramé || trapers (os)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora