Capitulo IX 🐞

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- Mira como me dejastes el cuello
Levi - Vi unos 4 chupones por casi todo mi cuello.

- Se te ven bien - Siguió manejando

- ¿Que dirá Gabriela? - Agarre una base de el mismo color que mi piel

Se encojio de hombros y palmeó su pierna en señal de que me sentará en ella

- Estas manejando, voy a
estorbar - Suspiré y seguí tapando los "pequeños" morados en mi cuello

- Llegamos - Guarde todo rapidamente.

- Vamos a darle una pequeña sorpresa ¿Si? - Levanto una ceja

- ¿De que tipo? - Nos bajamos

- Llegaré "cabizbaja" por algo, ella lo notará y hay daremos la sorpresa ¿Que dices? ¿O quieres esperar más para terminar con tus otras
novias? - Me miró con una sonrisa ladina

- Tsk, no empiezes con esos juegos, sabes que me molestan - Bufé.

- Pero si es la verdad, dame tu teléfono para comprobartelo - Lo saco de su bolsillo.

- Dame el tuyo - Caminamos hacia mi apartamento.

- ¿Quien es Isabel? - Fijé mi vista en un contacto en concreto

- Mi hermana ¿Quien es Jean? - Reí.

- Es mi amigo, el cara de caballo ¿Por que últimamente has hablado tanto con 'Darian'? - Me metí en la conversación (Ese nombre es un espoiler sobre una historia)

- ... - Le di su teléfono y agarre el mío

- ¿Sabes que? Primero deberías organizarte antes de salir conmigo, cuando ya no salgas con ella,
llámame - Escuché gritos desde dentro de mi apartamento - ¿Que...? - Vi a mí pobre hija golpeada, con sangre en su boca, y su cara casi irreconocible.

Una figura un poco conocida encima de ella mientras le quitaba "La pureza"

- ¿Carld? - Me quedé parada sin saber cómo reaccionar.

- ¡Al fin llegas mi niña! ¿Como has estado? - De un momento a otro ya estaba tirado en el piso recibiendo los golpes de Levi.

Agarré a Gabriela en mis brazos, está inconsciente, sin dudar mucho agarre una manta, le di una última mirada a Levi y corrí hacia mi auto con mucho querida hija en brazos.

- Ocúpate de el, llévalo a la policía o que se yo, pero sácalo de mi
casa - Asintió - Estaré en el hospital ****, cuando termines con el
ven - Corrí hacia mi auto luego de darle las indicaciones

La senté en el asiento del acompañante y arranque sin pensarlo hacia el hospital.

La preocupación invade mi cuerpo, los nervios están casi que estallan en mi cabeza y tan solo pensar que la puedo perder es muy preocupante.

Llegué rápidamente, la cargue en mis brazos y casi en ese mismo instante de dieron cuenta de mi presencia.

- ¡Señorita no puede pasar! Quédese en la sala de espera, haremos lo posible por qué ella se recupere - Me empujaron hacia la sala de espera

- M-mi hija, ella la que es aún inocente, ¿Por qué a ella y no a
mí? - Susurré con un hilo de voz - Eres fuerte, sobrevive, no me dejes, sin ti no puedo seguir adelante, eres mi talón de Aquiles, eres más que mi hija, eres mi amiga, mi niña
hermosa - Recargue mis brazos en mis piernas y tape mi cara.

- Estoy buscando a una persona llamada _____ Renard ¿Sabe dónde de encuentra? - Escuche una voz de mujer.

- ¿Quién es usted señora? - Hablo el recepcionista

- Soy la madre de _____ ¿Podría decirme en qué lugar está
ella? - Levanté mi mirada viendo a una señora que aparenta unos 34 años.

- Soy yo ¿Quién es usted? - Me acerqué a la señora mientras limpiaba mis lágrimas.

- Hija mía ¿Como has estado? - Intentó abrazarme pero la detuve en ese mismo instante

- ¿Ehh? Señora yo a usted no la conozco - Aleje mi mano de ella rápidamente.

- Soy Mina, tu madre real - Negé

- Yo no tengo padres, así que por favor váyase - Me volví a sentar

- Si sigues corriendo tan a lo loco vas a caerte, entra a la casa y come algunas manzanas hija - Me exalte

- Déjeme en paz señora, mis padres murieron para mi - Agarre mi teléfono y me dispuse a ignorar sus palabras.

- ¡Tu padre te era buscando tonta! ¡Te necesita, le queda solo 1 mes de vida! Quiere verte, se arrepiente de todo lo que te hizo pasar - Reí de manera irónica

- Dile que no lo necesito, me hizo trabajar de manera muy mala, vete por favor, no estoy para aguantar tus palabras ahora señora - Vi a una enfermera acercase a mí.

- ¿Usted es familiar de la señorita Zaline? - Asentí - Lamento infórmale que ella ha muerto, fue gravemente golpeada, recibió una puñalada cerca de el pulmón haciendo que tuviera una hemorragia interna, hora de muerte; 12:45 p.m, puede pasar a verla - Se marchó.

Al escuchar cada una de esas palabras era una puñalada para mí, tan solo pensar en por qué ese asqueroso hombre hizo tal cosa.

Camine hacia la habitación indicada, abrí la puerta y la vi... Ahí, sin respirar, sin moverse, tenía toda la cara golpeada, casi irreconocible, su piel estaba blanca como la nieve y ya su cuerpo de veía vacío.

- Niña, hija - Solté un par de lágrimas sin despegar la mirada de el
cadáver - Te amo, te extrañaré a una manera impresionante y espero que dónde ahora estes seas feliz en vez de estar en este cruel mundo, ¿Sabes? Desearía que nunca me hubieses conocido, ahora estarías viva y más que todo... Feliz, pero se que si no te hubiese conocido no tuviera estabilidad emocional, posiblemente estaría muerta en estos momentos, te extraño, ¿Pero sabes algo? Se que no me hubieses querido ver así de este forma, eres mi hija y siempre lo serás ¡Si tan solo no te hubiese dejado sola! ¿Por qué no me pasó a mi? - Me arrodille ante su camilla - Voy a amarte para siempre - Agarre su mano y la bese - Nos veremos en otra vida, te lo juro, cumpliré tu sueño, seré feliz - Di un beso en su fria frente y salí con mis ojos cristalizados.

- ¿Señorita Renard? - Me voltee.

- ¿Si? - Limpie mis lágrimas.

- ¿Hablara con los padres de la señorita? - Asentí

- Claro, pero luego de el funeral - Mi voz salió sin titubear

- Lo digo por qué ellos están afuera, esperando el permiso de usted para poder pasar a verla - Me sorprendí.

- Necesito hablar con ellos ¿Podría decirme dónde están? - Camino haciendo una seña para que lo siguiera

- Están en la sala de espera a la derecha - Paramos en al entrada de la sala

- Gracias - Le sonreí de manera forzada

- No oculte su tristeza señorita, debería soltar todo eso - El señor de fue.

Camine hacia donde ya me habían indicado, y abrí la puerta dejando ver a 2 personas de edad media.

- ¿Son ustedes los padres de "Mi"
hija? - Asintieron - ¿Para que quieren hablar conmigo? - Me cruze de brazos rescostandome en el marco de la puerta.

- ¿Podrías dejarnos verla? - Hablo apresuradamente

- Está muerta - Hablé con frialdad

- ¿Que? - Dijeron ambos perplejos.

- Si está muerta, murió hoy, ¿Será que podrían irse? Yo haré todo su funeral, si van a asistir está bien por mi, ¿Por qué la vienen a buscar en estos momentos? Ella siempre preguntó por ustedes - Me acerque a ambos - No los quiero volver a ver en mi jodida vida

Y me fui sin más dejadolos con la palabra en boca.

¿Serás Completamente Mia? Levi AckermanWo Geschichten leben. Entdecke jetzt