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𝙼𝚒𝚎́𝚛𝚌𝚘𝚕𝚎𝚜 4 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘

6:30 𝚙.𝚖.

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Hoy resultó ser de esos días lluviosos de verano.

Encantador, tranquilo y relajante.

Eché la cabeza hacia atrás, reposando en la retaguardia del sofá. La televisión hacia ruido de aquella película de acción que había puesto. Mi estómago rugía, tenía hambre y el repartidor aún no llegaba.

No, no había ni un aperitivo en la nevera. No he tenido tiempo de ir al supermercado a abastecerme con alimentos, apenas y he acabado de acomodar el comedor y la cocina, casi estoy por terminar de desempacar todos y porfin podré tener un poco de paz interna.

De nuevo mi estómago rugió.

Estaba comenzando a desesperarme. ¿A quién se le ocurre solo llevar solo agua y comida para un solo día?, eso fue ayer. Carajo.

Agua aún me queda, pero, el día si que ha estado lluvioso.
Es de esos días donde solo quieres quedarte en cama, con las cobijas encima y viendo una película en la televisión, en tu laptop ó en tu teléfono.

Ó si eres un poco más rústico, irte a una hamaca individual adentro de la casa, correr las cortinas, ver como la lluvia se desliza por la ventana, tomar algo caliente y poner un libro en tu mano.

Y después están las personas como yo, que se ponen a hacer deberes necesarios en su nuevo hogar.

Agh, que aburrido es esto.

Y se, probablemente, lo que están pensando: "Se una persona normal, levanta el trasero del sofá y ve a comprar comida a la tienda de 24 horas, mínimo"

Lo haría, de verdad. Pero aunque he indagado, no he podido encontrar mi paraguas, ninguno de los dos, para ser más exactos.

En fin, me levanto al momento de oír sonar el timbre. Que más puedo hacer, realmente muero de hambre.

El repartidor me da mi pedido: una ración de ramen de res y algo de sushi. Le pago y espero hasta que se aleje en su vehículo.

Sí, estaba por entrar. Pero esa voz... tan dulce y cantaría. Llego a mis oídos tal como las pronunció.

– ¡Ey!, no seas tan enérgico – enseguida, soltó una risita encantadora.

Volteé, no podía quedarme con la duda de si es o no.

Ella venía sobre la calle, con un paraguas cubriéndola, un pantalón justo color negro y una playera amarilla con un estampado de flores en el centro. Su cabello lo llevaba suelto, le llegaba hasta la espalda baja y era azulino, brilloso y al parecer, húmedo.

Sentía una punzada en el pecho, sus facciones eran aún más bellas de frente y de más cerca, y su sonrisa... Esa sonrisa... Perfecta y sin preocupaciones. Me hacia suspirar.

Pronto caigo en cuenta de que lleva algo agarrando, trae una correa en mano. La correa es para un pequeño cachorro Husky que camina a brincos a su lado.

Parecían muy emocionados ambos.

Oh, Dios. Creo que iba a voltear hacia acá.

Tal parece que el perro jaló de ella que la hizo seguir su camino sin oportunidad de ver a otras direcciones. Y entonces, entró a la casa.

Me quedé un poco estático ahí mismo, sin capacidad de reaccionar.

Cabe decir que, su voz... es más enérgica de la que había imaginado. Yo había supuesto que, su sonido era calmado y precoz. En lugar de eso, era fuerte, suave, enérgico y bastante lindo.

Mi estómago volvió a rugir. Creo que ya debería hacerle caso y entretenerme en algo más.



























★彡 Chyio67🌻

𝐁𝐀𝐋𝐂𝐎𝐍𝐘 𝐆𝐈𝐑𝐋 •  ᵏᵃʷᵃʰⁱᵐᵃ | ①Donde viven las historias. Descúbrelo ahora