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-¿En dónde estuviste anoche?

-¿Por qué? -respondió Jin cerrando su casillero

-Era noche de pijamada en mi casa -dijo Taehyung con un leve puchero

-Perdón bebé, estaba en casa de Kai

-Sí pero Minnie también tiene novio y nos sigue haciendo caso, tú ya no

-Entiéndelo TaeTae, Jinnie jamás había tenido novio -reclamó Jimin a su amigo -Y cuando tú comenzaste con-... perdón

Taehyung sólo sonrió sin mostrar los dientes dándole el mensaje de que no se disculpara.

En realidad las cosas habían estado mejorando un poco para él, por lo menos durante el último mes ya no lloraba en las noches hasta quedarse dormido.

Quizás sus padres tenían razón, quizás todo eso sólo había sido momentáneo, aún cuando había durado un poco más de dos años en esa relación.

Y estaba seguro de que recordaría a JungKook por siempre, y que sonreiría cada que lo hiciera, pero no era el fin del mundo, y podía continuar porque aún cuando todo lo que vivió había sido hermoso e inigualable, sabía que sus padres jamás lo aprobarían.

No quería seguir ocultándose, aún cuando sabía que su manera de terminar la relación había sido inmadura e injusta.

Por alguna razón, había algo en su interior que le decía y le repetía que había sido lo correcto, o quizás sólo eran las palabras de orgullo de sus padres que por primera vez en su vida había escuchado al "tomar la decisión correcta".

-Bueno -Jimin lo sacó de sus pensamientos al hablar -Yo digo que lo olvidemos y vayamos a la cafetería, el postre de hoy es tarta de chocolate y yo quiero

-¿Cómo es que siempre en el menú están tus cosas favoritas?

-¿Olvidas quién es su novio?

Una vez que los tres llegaron tomaron asiento en la mesa que siempre ocupaban.
Mientras sus amigos iban a formarse para traer la comida Jimin mensajeaba con su novio acerca de qué ropa interior tenía puesta.

A decir verdad Jimin había progresado mucho con Namjoon en poco tiempo, su relación se basaba en confianza, amor de sobra y mucho sexo.

Con Namjoon Jimin hacía y decía cosas que jamás imaginó, y de las que su yo del pasado se avergonzaría muchísimo.
Antes si Namjoon lo miraba a los ojos bajaba la cabeza con el rostro completamente rojo.

Y aún cuando había veces en las que seguía poniéndose muy tímido, ahora si Namjoon lo miraba a los ojos se iniciaba una competencia en la que el que ganaba llevaba el mando en el sexo. Si Jimin ganaba Namjoon lo dejaría montarlo.

Y a Jimin le gustaba montar.

Pero si Namjoon ganaba podía hacer lo que quisiera con Jimin, incluso si dejaba marcas que después tendría que ocultar a sus padres.

Y Namjoon nunca era cuidadoso ni suave.

Por un lado Jimin sentía cómo iba madurando poco a poco, aunque aún tenía mucho que aprender, realmente no había cambiado, había progresado, pero seguía siendo el mismo chico tierno e inocente al que se le teñían las mejillas de rojo cuando su novio le decía un cumplido, que jugaba con sus deditos cuando debía decirle algo y que hacía pucheros cuando su novio no lo mimaba.

Por que sí, las conversaciones con Namjoon podrían tener bastantes mensajes sexuales, pero si entrabas a ellas lo único que podrías ver serían mensajes llenos y llenos de corazones.

Eran como una pareja de secundaria. Así de joven e intenso se sentía su amor.

Una vez que sus amigos llegaron y colocaron su bandeja de comida frente a él tomó su tenedor con rapidez y llevó una porción de tarta a su boca cerrando los ojos y disfrutando del delicioso sabor.

𝑫𝑰𝑹𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 ❤︎ 𝙽𝙰𝙼𝙼𝙸𝙽 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Where stories live. Discover now