Capítulo 10

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Lilit.

5 días han pasado desde mi "Incidente" e tenido que fingir llorar por noches mientras el padre me abraza y asegura que lo solucionaremos.

Ethan a estado muy al pendiente de mi con la excusa de pasar tiempo juntos, como si no supera que es porque según el me desmoronare en cualquier momento.

—Lilit, ¿Cómo te has sentido?—Me pregunta el padre entrando a mi cuarto.

Le dedico una sonrisa de boca cerrada y el aguarda por mi respuesta.

—Bien padre, me siento un poco mejor.

El a estado pasando todas las  noches con migo para no dejarme sola, a intentarlo de todas formas distraerme de lo que según el  fue algo traumatico para mí.

—¿Si recuerdas de lo que hablamos hace dos días, cierto?—Pregunta.

—¿Sobre lo la denuncia? Claro que sí.

El se acerca a mi y me toma de la cara y levanta mi barbilla para poder verme a los ojos.

—Mirame— Dice — No tienes que tener miedo, no estás sola.

Le sostengo la mirada por unos segundos, sus ojos muestran dulzura y comprensión, una leve sonrisa sale de él mientras me mira.

—Esta bien, hoy lo haremos.

El sonríe con triunfo al oír mi respuesta y suelta mi barbilla.

—Te lo dije y te lo vuelvo a repetir,  no estas sola, resolveremos esto juntos, ¿De acuerdo?.

—De acuerdo—Contestó.

El a tratado de convencerme todos estos días de ir a denunciar lo que pasó, me dice una y otra vez que no estoy sola y que esto lo superaremos juntos.

"Como si hubiera algo que superar" Pienso, pues el no sabe cuanto disfrute sentir la sangre de esos malnacidos en mi piel.

—Bien, preparate que partiremos en media hora—  Dice — ¿Aun se notan los rasguños y moretones?

"Los moretones" Pienso, aún recuerdo lo rapido que tuve que actuar para que mi piel fuera dañada con moretones y rasguños antes que el padre pudiera verme bien.

—Si, aún se ven.

—Bien, nos vemos en media hora.

Y dicho esto sale de la habitación dejándome ahí sola, me recuesto sobre la cama cansada de fingir estar "mal" cuando no siento absolutamente nada de pesar.

No soy una justiciera que va por la vida matando a los malos, soy un demonio que ama la sangre y humillar a los demás.

—Esto será tan aburrido—Pienso, pues tendré que estar en una celda mientros ellos buscan los cuerpos.

Claramente yo se como defenderme, se que hacer y decir para salir ilesa de todo esto, aún tengo rastros de la droga que ellos usaron en mi sistema, así que sí, tengo todo a mi favor.

Salgo de la cama y me meto al baño para darme una ducha, me tomo mi tiempo y uso mis habilidades para crear marcas nuevas que sirvan como evidencia.

Salgo de la ducha envolviendo mi cuerpo en una toalla y para mi sorpresa me encuentro con alguien en mi cuarto.

—¿Gabriel, Que haces aquí?—Pregunto al ángel guardián que me observa desde la otra punta de la habitación.

—No, tú dime ¿Qué haces aquí?— Contesta el.

—Que no lo vez, vivo aquí.

El se carcajea al escuchar mi respuesta, lo que me permite detallarlo por un momento. Al igual que todos los ángeles es extremadamente bello, alto y con un aura de poder que solo se siente con los guardianes, sus alas no sin visibles para el ojo humano, pero para el mío si lo es, sus alas descansan en su espalda mientras el se recuesta levemente en la pared.

¿Caer en tentación? +18 (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora