Capítulo 8

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Esta vez era Mobius quien se sujetaba del cuerpo de Loki. Su segundo viaje en Jet Ski había resultado mucho más turbulento que el primero. La conducción de Loki no era la ideal: los giros eran demasiado rápidos y violentos, cada vez que pasaban por una ola la rompían sin dibujar su trayectoria, al punto de estar cerca de causar más de un accidente con otros vehículos acuáticos.

Cuando estaba en la AVT nunca se preocupó por el destino del mundo. Los Guardianes del Tiempo se habían encargado de darle el rumbo correcto a todos los eventos de la Sagrada Línea del Tiempo. Había visto el presente, el pasado y el futuro de más mundos de los que podía contar, y aunque no conocía paso a paso cómo sus acciones como agente terminaban encauzando el desarrollo de los eventos, la senda ya estaba trazada.

Ahora las cosas eran distintas. Ahora no podía ver con claridad nada de lo que ocurriría. Todo era nuevo. Por un lado lo llenaba de humildad ver cómo el mundo podía seguir su curso sin necesidad de la intervención de un ente como la AVT. Por el otro, estaba maravillado ante lo que esa libertad había llevado a su vida.

Lo más probable era que sin la apertura del multiverso, el vínculo entre Loki y él se hubiese desarrollado de una manera distinta. Tal vez Loki estaría todavía con Sylvie, o a lo mejor habrían tenido que conformarse con una relación clandestina, escondida en los pasillos de la AVT. Siempre le pareció que la inteligencia y los aportes de Loki a la institución, pese a su naturaleza disruptiva, eran eficaces.

Lo interesante de todo era que ahora que las cosas se habían dado, que podía besar a Loki, tomar sus manos y expresar su cariño de formas distintas, algo le decía que ese era ineludiblemente su desenlace. Sabía que lo que hacía desde la AVT era más complicado que definir un destino y eliminar el libre albedrío para los demás, pero ahora sentía que no podía ser de una manera distinta.

Loki le había contado sobre el beso con Sylvie. En un principio no supo cómo sentirse. La culpa en los ojos del dios del engaño se había profundizado después de haberse besado por primera vez. Los silencios que los acompañaban estaban manchados de una carga que no era propia de él, hasta que un día simplemente Loki cedió.

Lo primero que hizo fue intentar tranquilizarlo, asegurándole que no tenía la menor duda de sus sentimientos. Por primera vez Mobius había visto las pálidas mejillas de Loki adquirir algo de color. Para poder convencerse tuvo que hacer un esfuerzo adicional en sus dotes de observación. Apartó su mirada varias veces para no causarle incomodidad al dios, pero era algo difícil de creer, incluso para él. Tal vez de ahí habían surgido sus dudas sobre lo que debía sentir, aunque sabía que mucho tenía que ver también con la novedad de todo aquello. Sus sentimientos nunca habían permeado de una forma tan profunda. Por lo general podía ser cordial con sus colegas de la AVT, incluso le habían dicho que era gentil con aquellas personas con las que se cruzaba en sus misiones en el campo, sin embargo, también podía ser muy reaccionario, volátil, nada demasiado extremo, pero su actitud podía cambiar según las circunstancias. Ahora que por primera vez alguien le importaba de esta manera, la idea de aferrarse a sus sentimientos era algo nuevo también para él. Se había dado cuenta que darle profundidad y continuidad a sus sentimientos eran también una decisión y que era algo que estaba feliz y dispuesto de hacer.

Después de explicarle, Loki aguardó a que él respondiera algo. ¿De qué tenía miedo? Y más importante: ¿por qué se lo preguntaba si ya lo sabía? Loki había sido abandonado cuando era tan solo un bebé, tuvo como padre a Odín, quien no fue exactamente un modelo ejemplar, las comparaciones con Thor habían minado su confianza y autoestima, y era probable que, a pesar de la evidente evolución en aquellos aspectos, Loki tendría cicatrices y secuelas que arrastraría por siempre. Mobius no sentía la necesidad de protegerlo. No creía en eso. No dudaba de la capacidad de Loki para evolucionar, y tampoco creía que le correspondiera a él definir de qué forma debería mejorar, eran caminos que le tocarían al dios recorrer por cuenta propia. Lo único que podía hacer era permanecer a su lado tanto tiempo como Loki le permitiera.

-Al menos las veces que yo te enviaba por algún portal, siempre me aseguraba de regresar -se había burlado Mobius. Ante la falta de respuesta de Loki, entonces agregó -¿Estás preocupado por ella?

-Me gustaría saber si está bien -admitió Loki. Una sonrisa muy triste se apoderó de su semblante. -No sé si quiero buscarla, pero al verme reflejado en ella, pienso en la persona que fui antes, en alguien que el orgullo no le permitía pedir ayuda... y a lo mejor es lo que necesita. Si ella ha vivido sola toda su vida escapando y al final todo desembocó en venganza, me pregunto si ahora vivirá con una tormenta en su corazón. De todas maneras, ella fue la que decidió alejarme, sacarme del camino.

-Creo que estará bien -le dijo Mobius. -Ha sobrevivido más que cualquier otro Loki, y en ese sentido aunque entiendo tu preocupación, creo que ella regresará cuando sienta que es el momento adecuado. Y cuando eso ocurra, tendrá nuestro apoyo y la ayuda que necesite de ser el caso, ¿no te parece?

Loki asintió. Mobius siempre supo que el dios era alguien sumamente sensible, su honestidad actual, sin embargo, era prueba de que todas las piezas de él que se habían roto a través de los años, se estaban reconstruyendo con un nuevo propósito. El dios abrazó a Mobius, era un abrazo muy parecido al que habían compartido en su despedida.

-Gracias -le dijo Loki, como aquella última vez.

-En realidad, siempre fuiste mi favorito -le respondió él, decidiendo ser sincero también por primera vez.

Antes del fin de los mundosWhere stories live. Discover now