Capítulo I

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Leslie Walts

Si los momentos se pudieran repetir, yo repetiría el día en el que conocí a Raymond Alexander Butler. El día que entró por la puerta del apartamento de mi hermana y se excusó por llegar tarde, llevó pastel y, de una vez, mi corazón hizo un click que cuando era más joven no podía explicar. Lo quisiera repetir solo para darme cuenta que no era una buena idea ilusionarme con él.

¿Trece años mayor que yo? Sí.

¿Un Casanova de primera? Lamentablemente, sí.

¿Un hombre encantador del cual fácilmente podrías enamorarte? Jodidamente sí.

Y yo caí.

Solo era una adolescente la cual lo veía como un tipo genial y encantador; bromista, inteligente y tenía la sonrisa más bonita de todas.

Pero como siempre decía Lola: era un amor platónico.

Y así quedó.

Raymond Butler fue mi amor platónico de adolescencia. Y digo «fue» porque eso ya pasó. Cinco años han transcurrido desde que hice la locura de besarlo. Eso ocurrió cuando tenía diecinueve años.

No pude aguantarme. Todos esos años siempre lo veía desde lejos, me gustaba mucho. Aunque sabía que era imposible y algo descabellado, me seguía gustando. Entonces, en un impulso: lo besé.

Después me di la vuelta y me fui a Londres.

Ha pasado muchas cosas desde ese día...

Hoy he vuelto a Seattle, y es a la única persona a la que no quiero ver. Estoy ansiosa de encontrarme con mi familia. Los he extrañado demasiado. Ellos me visitaron muchas veces en Londres, pero volver es algo más, es estar en casa.

Tengo sentimientos encontrados. Todo en mi cuerpo se siente extraño, ansioso, con una energía inexplicable.

Me miro una vez más en el espejo, el vestido negro que llega a mis muslos luce muy bien en mí. Mi maquillaje refleja la sobriedad, la elegancia y la determinación de una mujer empoderada, que no se deja de nadie y que siempre va por lo que quiere.

Muchas de las facetas de la "pequeña Leslie" ya no están en mí. No sé si mi familia lo ha notado, pero ya no estoy con la mente en las nubes, llena de ilusiones absurdas que no llevan a nada.

Por ejemplo: el estar enamorada secretamente del cuñado de mi hermana. Pero eso ya no importa. Es pasado.

De igual manera, lo impulsiva que podía llegar a ser, ahora todo lo hago con lógica, pienso primero y luego actúo; es mejor para mi vida personal y profesional.

El evento de hoy es para darme la bienvenida a Sunshine. A pesar de que he estado trabajando arduamente en la sucursal de Londres, esta es la primera vez que pisaré el suelo de la empresa de mi cuñado en Seattle.

Además, esta noche en el evento estarán importantes inversionistas que hemos invitado para hablar de negocios y poder expandir la inmobiliaria y otras áreas a diferentes estados del país.

Vengo con muchos proyectos para la empresa, lo mejor de todo es que Roger sabe que estoy preparada para esto, y me da la oportunidad de ejercer plenamente. Cree en mí desde el primer día y, por eso, siempre estaré agradecida.

Coloco mi cabello hacia un lado de mi hombro, doy una última mirada a mi rostro y salgo de la habitación que me han asignado más temprano en este prestigioso hotel de la ciudad. Apenas llegué al país hace unas horas, descansé y me empecé a arreglar para el evento corporativo. No he visto a mi hermana, solo le avisé por mensajes que he llegado a Seattle.

NO DIGAS NADA Y CONÓCEMEUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum