VI. Adonde sea que vayas, te seguiré

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Ésa fue la primera de muchas mañanas que pasaron juntos durante los próximos tres meses. De esa primera experiencia, aprendieron las suficientes cosas que los llevaron a ser mucho más precavidos en sus siguientes encuentros nocturnos.

Y aunque el sexo parecía ser una parte vital para su relación, lo cierto era que ambos disfrutaban con el mismo ímpetu las conversaciones que tenían por teléfono o cuando cenaban juntos. Aquéllas donde podían platicar acerca de sus aficiones y su vida en general.

En una de esas noches, cuando Izuku le había pedido pasar una noche mirando una lluvia de estrellas con él, Touya le contó la historia del injerto en su brazo. En realidad, era una de la cual Izuku antes había escuchado: la famosa piscina incendiada.

Mirando las estrellas pasar, Touya e Izuku conversaron sobre las reacciones químicas que propiciaron que ese suceso pudiese ocurrir y las consecuencias que conllevó aquella acción. Touya aseguró que aunque dos personas, además de él, resultaron heridas, sus quemaduras fueron apenas de primer grado. Al contrario de la suya, que fue de tercer grado y le costó tres semanas de hospitalización y una mirada desconcertada en su padre que Touya jamás pudo olvidar.

De acuerdo con Touya, fue esa experiencia la que lo llevó a hundirse de verdad y a realizar actos de los cuales se arrepentía y quería confrontar. Actos que, por el momento, prefería ocultar.

Y unas semanas más tarde, Izuku le habló de su infancia y de cómo vivió bajo el yugo de Katsuki hasta que el ver a su madre llorar por no poderlo proteger de los golpes, lo llevó a su límite. El rebelarse e incluso el pelearse físicamente con Katsuki al inicio de sus dieciséis años cambió por completo su personalidad y suerte; lo que lo llevó a distanciarse de Bakugou durante algunos meses, hasta que éste confesó que el verlo así había despertado en él sentimientos románticos. En ese momento, Izuku todavía lo veía como una amenaza, por lo que lo rechazó casi con frialdad.

Sin embargo, fue esa confesión la que después los llevó a esa extraña amistad llena de rivalidad que ahora mantenían. Y por la que, en ese momento, agradecía: fue debido a Katsuki y sus absurdas apuestas que Izuku conoció a Touya.

Al cumplir cuatro meses de comenzar a salir, Izuku ya tenía la confianza de estar a su lado simplemente leyendo libros o escribiendo el artículo que planeaba enviar antes de que el semestre terminara; por lo que cuando Izuku le cuestionó por teléfono si podía llegar al café una hora antes de que abriera ese miércoles, Touya accedió sin problemas.

La noche anterior, un grupo de estudiantes había celebrado en el café el cumpleaños de uno de ellos; el cumpleañero en cuestión tenía un problema en el hígado, por lo que hacer una fiesta que no implicara alcohol era la mejor opción para ellos. Y dado que el café de Atsuhiro era uno de los más populares en la zona, no era de sorprenderse que los universitarios lo escogieran como sede.

No obstante, ese pequeño evento había provocado ciertos inconvenientes que obligaron a Atsuhiro a convocar a todos sus trabajadores para hacer la limpieza a fondo al día siguiente. Incluso se presentaron aquellos amigos que no formaban parte de la plantilla: lo tomaron como un pretexto para reunirse como antaño.

Por lo que, cuando Izuku llegó al lugar con la mochila y los brazos llenos de libros, fue sorprendido al encontrar a seis personas barriendo, limpiando y horneando en un local que regularmente sólo tenía tres personas sin tantas tareas.

Él conocía a cuatro de éstas: aquél que barría con desgano era Tenko, el ex novio y un amigo cercano de Touya; la que limpiaba las máquinas de café era Toga, aquella chica que lo miraba con frecuencia los miércoles; el que acomodaba las cosas en los estantes y daba órdenes sobre cómo hacer tal o cual postre, era Atsuhiro; y finalmente, Touya se encargaba de decorar algunos postres en la barra. Pero había dos personas más ahí: un hombre fornido y rubio de aspecto cansado tallaba el piso y una chica alta de labios gruesos que reía por una broma limpiaba las mesas. Por lo que Touya le contó de sus amigos, se trataba de Jin y Magne, respectivamente.

Encantado de conocerte |DabiDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora