Capítulo 2

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"Lo primero que tienes que aprender Kouyou, es que una aparición y un demonio no son lo mismo."

Recordó la voz de su padre cuando apenas tenía cinco años y comenzó el entrenamiento que todo integrante de la familia Takashima llevaba a cabo. Suspiró cerrando los ojos, en ese momento contaba con trece años y estaba en grandes problemas; sus amigos habían sugerido hacer una exploración nocturna a la antigua estación de trenes. Había accedido porque no creía realmente que hubiera algo ahí, estaba equivocado.

Estaba a oscuras, solo con las luces de afuera iluminando la enorme estación que parecía un cementerio de trenes. El sonido del metal crujiendo parecía venir de todos lados, aún si agudizaba sus sentidos, aquellos ruidos se formaban para distraerlo.

"Una aparición no te hará daño, un demonio hará lo posible por alimentarse de tu energía."

Siguió repasando su entrenamiento a medida que alzaba ambos brazos frente a su cuerpo y echaba una pierna hacia atrás. La enorme nube negra frente a él comenzaba a tomar forma humanoide entre risas y más metal crujiendo.

"Los demonios son seres de otra dimensión que utilizan a las apariciones como puente para pasarse a esta. Recuerda que debes analizar muy bien, si el demonio quiere hacerte daño."

—Un mestizo —rió la nube negra que para ese momento tenía más forma de un hombre de más de dos metros de alto cuya piel era ceniza. Estaba intrigado y molesto al mismo tiempo—. ¿De verdad quieres pelear conmigo?

"No quiero ser un demonio si es que hay que matarlos." Había contestado.

"No todos los demonios son malos, Kouyou. Tu madre no lo era, gracias a ella tienes más armas para combatirlos."

"¿Por qué tenemos que deshacernos de ellos nosotros?"

"Porque si no lo hacemos nosotros, no lo hará nadie más."

Sintió como sus pupilas cambiaban de color, se sentía como ponerse gotas humectantes, excepto que la tintura negra se expandía por todo su lóbulo ocular permitiendo que pudiera ver no sólo en la oscuridad, también podía ver todo con mayor nitidez, la energía demoniaca y los movimientos de los demás. Volvió a suspirar preparándose. Sólo tenía trece años, no estaba muy seguro si podría él solo contra aquel demonio cuyos ojos se habían inyectado de rojo, parecía ser muy poderoso y él nunca había peleado solo.

No tuvo tiempo de reaccionar, el demonio se le había lanzado tan rápido que salió volando hacia atrás, su espalda chocó con uno de los trenes, un dolor intenso le recorrió todo el cuerpo, mientras una risa resonaba en toda la estación haciendo un eco macabro.

—Un mestizo inútil, por lo visto. No me gusta la sangre contaminada pero contigo haré una excepción —dijo con voz gruesa. Se le acercó apenas a unos centímetros, su piel gris parecía estar mojada incluso si tenía varias grietas que le atravesaban la cara. Notó que no tenía labios, solo dos finas líneas por las que se asomaban unos dientes afilados muy pequeños, los puntos rojos que pasaban por ojos estaban clavados en él. No tenía cabello, no tenía una forma definida, parecía que en los bordes aún mantenía ese aspecto de nube negra. Sacó la enorme lengua y le lamió la mejilla.

Kouyou tragó saliva para aliviar el asco que aquello le había producido, cerró los puños ante la tierra debajo de él y le imprimió de su energía purificadora. Fue entonces que la aventó, el demonio siseó echándose para atrás, lo cual le permitió levantarse. No salió corriendo, al contrario, levantó la pierna y le propinó una patada al otro en lo que esperaba fuera su cara, pero esta se disolvió en el aire, no era una forma física. Su pie se hundió en la masa oscura que era la nube. Fue incapaz de bajarlo, parecía estar atorado en lodo, algo lo sujetó y lo volvió a tirar al piso con un fuerte estruendo.

Estudio 139 [the GazettE- Aoiha]Where stories live. Discover now