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Dos días, dos días fueron los que JungKook ignoró por completo las súplicas de YoonGi de que le abriera la puerta, los disculpas que pedía y también a la señora Min que le pedía amablemente que comiera al menos un poco de la comida. Pero el pequeño alfa totalmente abatido, deprimido y desanimado se negaba a abrirle las puertas a aquellos dos omegas. Esos dos días se dedicó a llorar en la soledad de la habitación y hablándole a la nada pensando que su madre estaba al lado suyo escuchando sus palabras.

Sin embargo, tratar a un alfa era algo demasiado complicado para los dos omegas del hogar, por ello, el padre alfa de YoonGi fue el que forzó la cerradura y obligó al niño a salir a comer y asearse. El pequeño alfa lo hacía a regañadientes, el aura del padre de YoonGi era imponente, no se atrevería a desafiarlo.

Días después, estaban los cuatro niños frente a la tumba de la madre de JungKook, éste todavía irradiaba furia y tristeza, odiaba que no le hayan contado algo tan importante como la muerte de su madre, acto que ocurrió cuatro semanas antes. Su padre, un alfa cambiaformas, la mantuvo cautiva por los celos que lo carcomían al enterarse que su antigua omega estaba siendo cotejada por una beta, y aquellos celos y obsesión fueron los que impulsaron al alfa a cometer tan terrible acto.

Su padre se volvió un prófugo de la ley y es buscado por todo el país. No obstante, JungKook, con los puños apretados miraba el nombre de su madre en la lápida, jurando en silencio vengar su muerte.

-Auch -escuchó que decía YoonGi, el omega no se despegó de él en ningún instante y lo tomaba de la mano a cada rato para recordarle al alfa que él estaba a su lado.

-Lo siento -se disculpó, hizo el amago de soltarse pero el omega se negó a dejarla ir.

-No, está bien, entiendo que estés tenso por todo lo que está ocurriendo, pero sabes, no debes guardar lo que sientes, puedes compartirlo con nosotros, somos amigos después de todo -YoonGi le sonrió y, aunque una parte de él todavía no quería perdonar al omega, la otra parte, que a la mayoría nos referimos, agradecía su compañía -queremos que estés feliz, capitán caballero, te queremos, yo te quiero.

Luego de aquellas palabras, se mantuvieron en silencio y JungKook tuvo que mirar hacia el lado contrario de YoonGi no queriendo que éste vea su rostro. Recordó que de pequeños, muy pequeños, su madre le tomaba de una mano y la otra estaba entrelazada con la de YoonGi, y siempre las columpiaban, así que lo hizo.

Al único alfa en ese grupo de amigos, le llegó el pensamiento de que su corazón y sus mejillas estaban arruinando su despedida con su madre, se supone que estaba triste y con anhelos de venganza, no obstante, se sentía bien, tranquilo, calmado... hasta que...

-¡Ey! Snif, snif -JiMin sorbía sus mocos y juntó su mano con la de él meciéndola como lo hacía la otra mano de JungKook -extrañaré que tu mamá me regañe por pegar los chicles en la pared de tu casa.

HoSeok, con un pañuelo se secaba los ojos y también lo hacía con las del omega más pequeño que lloraba sin cesar, y JungKook se cuestionó si JiMin amaba más a su mamá que él mismo, por lo desastroso que se veía.

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Dato irrelevante: este fanfic se creó porque un día estaba aburrida, comencé a jugar con el editor y resultó con la portada de este librito, pensé que sería un desperdicio no usarlo porque me gustó mucho, y por eso me imaginé una historia que concuerde con la portada para publicarla jaja.

Las Aventuras De Jeon JungKookWhere stories live. Discover now