38| Mi salvación

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Alex

Lunes 14 de Junio, 8:00 pm.

—Bueno —Adán entró por la puerta con dos cajas de pizzas —Conseguí pizzas para el desayuno.

—Has silencio —susurré alejándome de Dulce que yacía dormida en el sillón largo de la sala —No quiero que se levante.

—Tendrá que hacerlo...—avisó Becca saliendo de la cocina. —Necesita comer.

—Necesita dormir —hablé.

Nos retamos con la mirada por unos segundos hasta que fuimos interrumpidos por el bostezo largo de Lucas, quien salió de la habitación donde se había quedado dormido.

—Dejemos que duerma unos minutos más, despues tendrá que comer pero no comerá pizza —le dedicó una mirada crítica a Adán —Literalmente, una bala le atravesó el estómago ¿Crees que puede comer pizza?

—Me comeré su porción si ese es el problema —soltó Adán sentándose en el sillón apartado de todos.

—Cocinaré una sopa para ella —declaró Becca entrando a la cocina abierta que teníamos.

Habíamos luchado tanto para encontrarla que verla en ese estado nos chocó mucho, jamás había visto a Dulce tan derrotada, tan cansada, aun así, no dejaba de luchar.

Ella era increíble.

— ¿Qué haremos despues de esto? —preguntó Adán dándole un mordisco a su pizza.

Me senté en un sillón apartado al igual que él, Lucas salió del baño y corrió ayudar a Becca con la sopa. Todos estábamos en el mismo espacio, no muy lejos, por lo que nos alcanzábamos a escuchar, desde esta vista, podía ver a Dulce, dormir tan placida como si no hubiera luchado por su vida horas antes.

Mierda ¿Quién le hizo eso? Lo mataré.

—Esperaremos a que Dulce despierte y se recupere, nos iremos en dos días, regresaremos a red Desert —comuniqué.

—Ellos creen que estamos de campamento por nuestras vacaciones —comentó Becca desde la cocina —Nos matarán cuando descubran que salimos del país y sin avisar.

—En mi defensa, ustedes me arrastraron —pronuncio Adán dándole otro mordisco a su pizza.

Incluso el apetito se me había ido.

—Volveremos como si nada, como si no hubiéramos cruzado mar y tierra por Dulce —hablé firme —Nadie hablará más de lo debido, solo salimos de vacaciones.

—Sí, jefe —se burló Lucas.

¿Quién lo había invitado? Ah, Becca.

Habíamos pasado más de la mitad del mes averiguando la ubicación de Dulce, no estaba orgulloso de lo que habíamos hecho sin embargo era necesario para tenerla con nosotras de nuevo. Cuando rastreamos las llamadas de Arthur, el padre de Dulce, con la ayuda de las visitas de Lucas a esa casa, pudimos dar con el mediador.

Este jamás dijo la ubicación, jamás llamó, temiendo que no lo hiciera jamás por ser cuidadoso con las llamadas comenzamos a perder la esperanza, hasta que un día, lo hizo, rastreamos la llamada con la ayuda de un genio, amigo de Becca y pudimos dar con su ubicación. Lo que nos dejó sorprendidos de esa llamada no fue la llamada en sí, sino su motivo. Dulce había sido culpada por intento de asesinato.

Pasamos las últimas dos semanas, planeando como entrar en ese lugar, descubrimos que la segunda semana del inicio de mes se harían cambios de servicios médicos en ese lugar por lo que habían ordenado dos ambulancias, no fue nada fácil juntar toda la información, los horarios, las personas que estarían presentes.

Prohibido Amar a Dulce ©Where stories live. Discover now