DANZA ÁRABE por Lady Ardlay

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Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia pertenece a sus respectivas autoras.
Contiene lemon 🍋
Lectura apta para mayores de 18 años.


DANZA ARABE

¡Es una locura! _ murmuraba el joven hijo de uno de los empresarios más importantes del país al leer el elegante y aromatizado sobre que tenía entre sus manos, se trataba de la invitación de la boda de su amigo Archivald Cornwell, hijo de otro multimillonario.

Le parecía insólito que su amigo haya fijado sus ojos en esa mujer, por momentos le parecía tan descarada y hasta vulgar, la habían conocido en un centro nocturno ¡por Dios! pero Archie se había obsesionado con ella, la bailarina exótica del lugar, a Terrence no le quedaba duda que su amigo no era el único que estaba interesado en ella y por supuesto que Britter se dedicará a saltar de brazo en brazo, aunque quiso razonar con él este lo ignoró y ahora a solo un año de conocerla se iban a casar.

_Temática árabe_ se leía al final de la misiva. Claro solo a una persona como Britter se le podía ocurrir semejante ridiculez. La boda tendría lugar en Toronto, Canadá. De donde era originaria “la futura sra. De Cornwell, sería una celebración de tres días.

Al abordar al jet privado de su amigo se percató de una joven rubia de chispeantes ojos verdes la cual le regaló una cálida sonrisa en cuanto lo vio parado frente a ella, nunca la había visto antes entre sus amistades ni las de su amigo, era raro porque en ese avión solo viajaban amigos cercanos a la familia, tal vez era una amiga de Annie, pensó él, ella se hizo aún lado en una clara invitación a que se sentara a su  lado, o tal vez, quería tener una buena compañía durante el viaje y esta idea le gusto más, y debido a que había abordado a solo unos minutos de que despegaran no tenía muchas opciones para elegir otro asiento.

Durante el vuelo sostuvieron una plática animada en donde él supo que, efectivamente, era amiga de Britter, así como que era aficionada al béisbol y que amaba las obras de artes, era muy culta y eso le gusto, no se aburrió en lo absoluto, incluso habían quedado en reunirse en el lobby del hotel apenas dejaran su equipaje en sus respectivas habitaciones. Se olvidó de la razón por la que estaba en ese lugar y se dedicó a disfrutar de la agradable compañía que le ofrecía la señorita del jet, como él la llamaba cada vez que estaba con su amigo y le preguntaba en donde había pasado las primeras horas desde que llegó, después de una larga y placentera tarde se despidieron acordando que se verían en el mismo lugar al siguiente día, él era el padrino de bodas y tenía que estar en la mesa de honor con su amigo durante los banquetes que se ofrecerían esas noches, las cuales le aseguro Britter prometía deleitarlos con un show de danzas orientales, gracias a Dios que solo el ultimo día el cual sería el magno evento tendrían que usar esas vestimentas, pero ahora ya no le parecía tan desagradable estar en allí, gracias a dicho evento la había conocido a ella, mañana le preguntaría su nombre, por ahora solo quería cumplir con su amigo y después descansar, llevaba varios días en vela sacando todos los pendientes de la empresa, en su ausencia tenía que dejar todo en orden para poder faltar dos valiosos días laborales.

El viernes durante la cena se había presentado un grupo de doce bailarinas que hicieron una danza de vientre la cual no pudo presenciar gracias que justo en ese momento entro una llamada de su padre, al parecer habían surgido algunos imprevistos, pero nada que no se pudiera solucionar a distancia, comentó su padre. Terry se había tomado el tiempo para ir hasta su habitación y buscar en su laptop lo que su padre requería al regresar el dichoso numerito ya había terminado pero la gente seguía conmocionada por las bellas chicas que aún no les devolvían el aliento a los invitados.

Al siguiente día la señorita del jet, ya lo esperaba en el lobby con su singular sonrisa, se apresuró y le ofreció su brazo para caminar junto a ella, desayunaron y después recorrieron algunos lugares cercanos al hotel, era fácil conversar con ella, jamás se había sentido tan vivo en tantos años, caminaban de la mano como si fuesen una pareja de enamorados, lo había decidido seguiría en contacto con ella, al llegar a Nueva York trabajaría solo lo establecido y se aseguraría de tener tiempo libre para tener muchas citas con la que quizás algún día podría ser su novia.
La noche del sábado llego, la ovación de los espectadores que aclamaban a las bailarinas de danzas orientales se escucharon apenas Alistear que era el encargado de dirigir el evento había terminado de hablar.

One Shot's Aniversario BG21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora