MI SULTÁN por Lady Yilena

131 21 3
                                    

Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki & Igarashi.
La historia pertenece a sus respectivas autoras.
Contiene lemon 🍋
Lectura apta para mayores de 18 años.


Lady Candice, la hija más amada del rey William estaba destinada desde su nacimiento a llevar un enlace matrimonial con el príncipe heredero de Francia, a pesar de nunca haberlo visto, sentía que debía asumir su responsabilidad para la que fue educada y preparada desde niña, a pesar de que le habían llegado rumores de que el príncipe Neal era déspota, libertino y un despilfarrador, sabía que tenía que hacerlo por el bien de los dos reinos.

—Está haciendo un día precioso, ¡Rose acompáñame! —lo dijo mirando desde el ventanal de la habitación que le fue asignada por el rey Ricardo I para que descansara del largo viaje y se preparara para la ceremonia—. Quiero aprovechar de este hermoso día soleado

—Lo siento princesa —le dijo su doncella sin mirarla al rostro, ya que no le gustaba negarle nada—. La orden es que debe descansar y además no conocemos el lugar

—Precisamente, es más emocionante si recorremos un lugar nuevo y tengo que conocer bien el lugar donde tendré que vivir a partir de ahora —añadió para tratar de convencer a su doncella.

—Así quisiera complacerla, es imposible —Bajo su rostro nuevamente—, al llegar vi a cuatro guardias vigilando la puerta de acceso de sus aposentos, y a ellos no podremos convencerlos como lo hacíamos en su reino, ellos le deben fidelidad a su rey y el príncipe.

—Tranquila, eso no es problema, antes de que llegaras hable con ellos y me dijeron que podía hacerlo pero que ellos irían con nosotras para poder cuidarnos—Le sonrió con picardía, al ver el rostro sorprendido de su doncella.

—No sé porque no me sorprende, vamos a prepararte para que podamos disfrutar de este bello lugar —Iniciando a buscar el sombrero y guantes de la princesa.

Pasearon por los jardines, luego se dirigieron al lago que estaba en la parte de atrás del castillo, ahí estuvieron un rato descansando de su caminata y disfrutando de la bella vista que les ofrecía éste, estaban tan entretenidas que no se dieron cuenta que al lugar se acercaban unos extraños con armaduras diferentes a las del reino, que los guardias que estaban cuidándolas habían desaparecido.

*******

El resplandor de la luz traspasaba sus ojos, sentía que no los podía abrir, sus parpados estaban tan pesados, escuchaba voces, pero no los entendía, parecían ser un idioma que jamás había escuchado; después de intentarlo logró abrir sus ojos, y de inmediato se puso nerviosa porque ese lugar no lo conocía, no era su habitación, se aferró a la tela que le cubría su cuerpo, estaba aterrada.

—¿Dónde estoy? ¡Rose! —llamó a su doncella, pero ella no llegó a esa habitación extraña
Al pasar de unos minutos que le parecieron eternos, se abrió la puerta y por ella cruzaron cuatro mujeres, vestidas con telas muy finas y coloridas, llevaban en sus manos bandejas con comida; la miraron le hicieron una venia y continuaron acomodando en una mesa lo que traían, mesa que ella en su confusión no había visto en el momento de abrir sus ojos. Cuando terminaron salieron tres de ellas sin decir nada, solo en la habitación quedó una de ellas que le indicó que podía tomar los alimentos.

—¿Quién es usted?  —le preguntó sin siquiera moverse del lugar en el que se encontraba—. ¡Respóndame!  —Se sintió avergonzada por haber actuado de esa manera, ella nunca fue grosera con las personas que la servían, pero se encontraba tan nerviosa que sin darse cuenta se comportó como nunca en su vida la había hecho—. Lo siento.

Sin embargo, la mujer solo sonrió y continuó indicándole el lugar donde estaban los alimentos que habían sido traídos para ella. No le quedó más remedio que acercarse y al ver todo los alimentos en la mesa, empezó a devorarlos porque con lo nerviosa que estaba no se había dado cuenta que tenía mucha hambre, cuando terminó, volvieron a entrar las doncellas a ayudarla a cambiarse de ropa, pero esta ropa era extraña, eran prendas que ella nunca había usado, le arreglaron su cabello y se lo cubrieron con un velo, se sentía tan confusa que no fue capaz de refutarles nada y les permitió que le hicieran todo lo que ellas quisieran. Al terminar las doncellas se fueron y la dejaron sola, ella espero un rato e intentó salir de la habitación, pero no la pudo abrir, se encontraba asegurada desde afuera, esa situación la confundió más y se enfureció porque se sintió como una prisionera en un lugar y gente que no conocía en absoluto.
Después de unos instantes la puerta se abrió, pero esta vez ingresó un hombre muy apuesto, su piel era de tez ligeramente morena tal vez por el sol, alto y de un cuerpo muy atlético, pero cuando sus ojos se encontraron, lo que vio la sorprendió y le causo una sensación que nunca antes había sentido, sus ojos eran azules y no azul cualquiera eran como los del océano, un azul que le transmitía paz y al mismo tiempo temor y eso la atormentó.

One Shot's Aniversario BG21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora