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La felicidad de Louis era importante, sin embargo nadie realmente se preocupaba por la de Harry, Louis si pero claramente era algo difícil para el chico hacer feliz a su Harry, él creía que entregándose completamente a él lo lograba pero Harry tenía algo de miedo que Louis solo buscara algo "carnal"...y material.

Despertó el lunes  a las siete de la mañana como casi siempre en su fría cama y extendió su brazo buscando a Louis sin éxito.

Arrugó las cejas y suspiró molesto mientras apretaba la sábana en el lado de su chico; se levantó pesadamente de la cama y comenzó con su rutina llenando su bañera de agua tibia y lanzando una de las bombas de baño que tanto le gustaba a Louis.

Comenzó su baño viendo los patitos de goma que Louis llevó flotar en la tina comenzó a juguetear con ellos.

Terminó de arreglarse y bajó a la cocina viendo Margarita hacer café y waffles.

-Buenos dias- saludó lentamente acercándose a la mujer para abrazarla.

-Buenos días mi niño, siéntate a comer- .

Harry obedeció y comenzó a comer mientras charlaba con Margarita sobre lo que ella hizo el fin de semana.

-Te traje dulcesitos mi niño- recordó levantandose para extenderle a Harry un montón de dulces desconocidos para él.

Harry sonrió apoyando su cara en la palma de su mano y comenzó a ver los diferentes dulces, se dispuso a abrir uno cuando Margarita le interrumpió ordenando que desayunara primero.

Harry rió agradeciendo en sus adentros tenerla a ella para cuidarlo y comenzó a desayunar en silencio escuchando el televisor.

-¿Estás bien mi amor?- preguntó la mujer acariciando la cara de Harry quien suspiró antes de asentir.

-No he dormido bien , tengo algo de sueño- respondió simple para después guardar silencio hasta terminar su desayuno.

Harry abrazó a la mujer antes de cruzar la puerta y comenzar su monótona rutina.

Llegó a su oficina dónde comenzó a trabajar tranquilamente hasta que recibió una llamada de su chico.

-Adivina donde estoy- comenzó Louis haciendo sonreír a Harry por primera vez en el día.

-mhh ¿narnia tal vez?- molestó por simple gusto haciendo reír al niño.

-no- rió antes de colgar la llamada y aparecerse en la oficina de Harry. -Vine a verte- sonrió apareciendo en la puerta vestido con un enterizo azul con pequeños barquitos y su bonito chupón blanco colgado de éste.

-¿No deberías estar en el colegio?- regañó recorriendo su silla para acunar al niño.

-nop, falté a clases- contestó con una sonrisa mientras se recostaba en Harry y cerraba sus ojitos.

-¿Por?-.

-Tengo fiebre- .

-Yo no te veo nada enfermo amor- contestó tocando la carita del niño con la palma de su mano.

-Pero tenía fiebre. Lo juro papi- contestó viendo a Harry con sus bonitos ojos azules.

Harry rió viendo al chico y se inclinó sobre él para besarlo.

-Bien- respondió sentando a Louis corretamente, -Supongo que te creo amor-sonrió besando su mejilla.

Louis asintió apoyando su carita en Harry quien recorrió su silla de nuevo para continuar su trabajo.

Louis miraba la pantalla de Harry sin entender nada mientras sentía la mano de este jugar con el elástico de su ropa interior , suspiró algo aburrido y giró su carita de nuevo para dejar besos por su cuello.

-¿Estas aburrido?- .

-ajá- contestó frotando sus ojitos. -¿Me haces cariñitos?- pidió jugando con la camisa de Harry haciéndolo reír.

-No puedo aquí mi vida, tengo trabajo atrasado-.

-Por favor- insistió.

Harry suspiró tomando al chico por el cabello y lo besó de manera húmeda y sucia como tanto le gustaba para después separarse de él.

-No- negó dejando un corto beso, -¿trajiste tus libros de colorear o algo?- .

Louis negó con la cabeza.

Harry suspiró apretando al niño entre sus brazos .

-Te compraré uno cariño-.

Se levantó del escritorio y le extendió la mano al chico para salir con él fuera del edificio , caminaron unas calles hasta el puesto de periódico más "decente" que encontró Harry y comenzaron a ver los delgados libros con dibujos, cuando Louis tuvo los que quizo se encaminó de regreso pasando por una tienda donde le compró una gran caja con diferentes colores de madera.

Entraron de nuevo a la oficina de Harry quien dejó su puerta abierta pues no quería que William pensara algo malo y continuaron su día.

Después de un largo rato Harry dejó de escuchar el canto de Louis por lo que levantó la mirada y lo vió dormir tranquilamente en el suelo, suspiró y se puso de pie para levantar al chico, al tomarlo en brazos sintió su tibio cuerpo dándose cuenta de la fiebre que subía en él, salió apurado en busca de William quien se lo quitó y salió al hospital de siempre.

Durante el camino William condujo tranquilo pues por desgracia estaba acostumbrado a eso, Louis enfermaba, lo llevaba al doctor de siempre, pasaba un dia internado y le dejaban ir, era siempre lo mismo.



















CottonCandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora