29. No quiero estar sin ti

497 47 0
                                    

Lo que llaman un amor desastroso.

Capitulo 29: No quiero estar sin ti.

—Betsy Blair—

Sigue pasando el tiempo, y todo va mejorando, las cosas se van colocando en su lugar. Hasta hace meses no sabíamos nada sobre la señora Dallas, y antes de venirme a la firma de autógrafos, me enteré que fue encontrada en bolsas de basura, su cuerpo ya estaba podrido. Le avisaron a sus hijas, y las dos dijeron que no querían ir a reconocer el cuerpo, para ellas su mamá murió hace años.

He estado en algunas ciudades, el estreno de la película ha sido un éxito y aman al elenco, en especial a Lía. Todavía recuerdo la primera vez que miré el tráiler y lo primero que vi fue su cara, no sabía si llorar, gritar o darle putazos por no decirme nada. Estaba emocionada, justo escribí esa historia por ella, y resulta que era una de las protagonistas.

Gracias al éxito que tuvo la película, me ha tocado ir con todo el elenco a diferentes ciudades para dar fotos y autógrafos. La única que no ha podido venir con nosotros es Lía, sus estudios no se lo permiten. Hoy nos tocó venir a Barcelona, gracias a un grupo de fans estamos aquí, en una de la locaciones donde grabaron.

—¿Ya estás lista? Solo faltas tú —uno de los camarógrafos me hace reaccionar—. Te están esperando, eso allá fuera está a reventar, no sabes cómo se pusieron cuando vieron a todo el elenco.

—En dos minutos salgo, deja me arreglo. Me imagino que deben estar como locos —sonrío—. Ahora salgo.

—No estás feliz, pensé que estarías contenta por el recibimiento de la película, de tu libro y de todo lo que te ha pasado estos últimos meses.

—Estoy feliz, pero hubiera sido lindo que ella estuviera aquí, no sé, me hubiera sentido mejor.

—¿Hablas de ese amor que nunca dices el nombre?

—De ese mismo amor.

Termino de hacerme mis rulos, y me levanto para salir. Me miro en el espejo y me veo bien, tengo un vestido de color rojo, va por mi muslo, y sus mangas cubren mis hombros. Mis zapatillas son negras, mi maquillaje es en tonos medios, y mi cabello atado solo arriba, en la parte de abajo está suelto.

Salgo con mi cabeza en alto, y hay mucha gente, todos con libros y camisas de la película. No puedo creer que mi libro haya tenido tanto alcance. Los periodistas se me acercan y empiezan hacer preguntas, los hombres de negro me ayudan a dejarlos atrás.

—¿Tendrá una segunda parte su libro? —me detengo al escuchar esa pregunta por parte de una periodista—. Lo que llaman un amor prohibido ha sido un excelente libro, ¿tendrá segunda parte o únicamente será un solo libro?

—Yo también me pregunto si tendrá una segunda parte, la historia merece continuar.

Es lo único que digo, y me voy a la parte de los estantes que es donde debo dar los autógrafos. Los actores están en una cabina diferente. Hay muchos chicos, y personas adultas con el libro en mano. No puedo creer que yo esté aquí, es algo muy difícil de lograr, y sin embargo, aquí estoy. Empiezo con la firma de autógrafos, y algunas fotos, esto va para largo, pero me gusta todo lo que he logrado.

—¿Deseas que tu libro tenga alguna dedicatoria? —pregunto antes de colocar mi firma.

—Sí. Para la loca de los gatos —me quedo pasmada, y mi corazón se acelera. Un nudo se forma en mi garganta, a medida que levanto la mirada, y justo ahí siento que la distancia se ha cortado, y que ella ha vuelto—. ¿Hay dedicatoria para la loca de los gatos?

—Lía… —me levanto de golpe y me le tiro encima, sin importarme que nos estén viendo la empiezo a besar por su carita. Su sonrisa me da paz. Busca mis labios, y no me molesto en rechazarla, le sigo el paso lento de su beso, y nuestros labios se complementan a la perfección. Mis manos han empezado a sudar, mi corazón late con fuerza, y mi felicidad se ha duplicado. Tiene sus labios fríos, y sus manos me rodean sin vergüenza alguna. Ya extrañaba sentirla en mis brazos, la extrañaba en todo el sentido de la palabra. Solo puedo escuchar los aplausos, pero es lo que menos nos importa—. La loca de los gatos merece todas las dedicatorias de mi parte —le susurro después que nos apartamos, y me abraza.

Lo que llaman un amor desastroso. [#2] ©Where stories live. Discover now