III. El primer encuentro.

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Presente:22 de junio de 1899

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Presente:
22 de junio de 1899.

        Las puntas de sus dedos se pasaban con tanto cuidado por las páginas amarillentas que testiguaban sus ojos: esperaba encontrar algo que valiese completamente la pena, pero lo cierto era que todos los versos expuestos en aquel pergamino ya habían sido analizados por él... una, y otra, y otra vez.

Los sabía de memoria. Al derecho y al revés. Podría escuchar a alguien más leerlos, y es probable que reconociera inmediatamente al creador que impregnó sus emociones en esos simples poemas. A veces imaginaba cuáles habrían sido las situaciones en las que aquellos autores se encontraban al momento de escribirlos. Algo era claro: cada uno de ellos parecían dejar su alma en esas obras.

Sin lugar a dudas, las letras siempre habían sido un tipo de fascinación para él; eran como aquello que lo hacía mantenerse ocupado cuando no tenía nada más que hacer, o incluso llegaba a tranquilizarlo cuando su mente se empeñaba en elevar sus pensamientos hasta cielos sombríos e inestables.
A sus diecinueve años de edad, Albus creía que la poesía llegaba a ser la mejor compañía para él. Disfrutaba interpretando cada palabra que había sido escrita, inclusive, a veces hacía que su pobre corazón sangrara también en el papel.

"El amor ha dictado la intensidad de mis versos,
los ha cubierto, ciego por la pasión indeleble.
Mis palabras ahora fluyen: como el viento,
acariciando el alma y dejando atrás sus pisadas.

El amor ha dictado cada letra,
las palabras se escapan; corren como un río sin cauce.
Todo sigue, pero el aire sobra... porque algo falta.
Como una respiración inconsciente cuando algo se pausa.

El amor me ha hecho sangrar en mis estrofas,
pero el viento apacigua mis sentimientos,
la respiración suspendida, y los suspiros trágicos.
Hay un silencio sereno, pasando discreto,
llevándoselo todo, y volviendo hacia ti de nuevo.

El amor ha dictado todo lo que siento,
todo aquello que no soy capaz de decir.
Mi amor se difumina, lo veo escapando,
pero mis palabras siguen fluyendo.
Y en medio del reino del silencio,
es tu nombre el eco que retumba como remedio."

Leyó en voz alta uno de los muchos poemas que había llegado a su mente, en una de aquellas madrugadas, donde el insomnio parecía ser lo único que se animaba a acompañarlo.
Ni siquiera sabía cómo de la nada las letras llegaban. Una parte muy profunda de su ser le hacía creer que le faltaba sentirlo, es por ello que negó con la cabeza cuando terminó de analizarlo.

—La poesía expresa sentimientos... —murmuró para si mismo, arrugando entre sus manos el pedazo de pergamino que, en su opinión, estaba lejos de expresar lo que sentía. ¿Qué era la emoción que deseaba plasmar en sus versos? Ni siquiera lo tenía claro, simplemente, a veces sólo escribía sin siquiera ser consciente del por qué.

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⏰ Last updated: Apr 12, 2022 ⏰

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𝗘𝗙𝗜́𝗠𝗘𝗥𝗢 | grindeldore.Where stories live. Discover now