MINGYU

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Me dolía el cuerpo por falta de sueño, pero me obligué a salir de la cama.

Jong, el Pakhan, me había dicho que tenía que estar en su oficina esta tarde. Él se reuniría con las cinco familias de la Cosa Nostra, la mafia la mafia italiana, aquí en Nueva York, Jong quería que conociera a todos los jefes en un lugar neutral; quería presentarme como futuro líder de la Bratva.
Dijo que ellos querían verme en persona. Él había sonreído cuando me informó de ello. Dijo que no podía esperar a ver el miedo en sus rostros cuando vieran el futuro de los Volkovs entrar en la habitación.

Caminando hacia mi lado del armario en el dormitorio que compartía con Wonwoo, saqué uno de los malditos trajes de diseñador que tenía que usar cada vez que estaba en el negocio Bratva. Minutos más tarde, me miré en el espejo del baño mientras enderecé mi corbata y mis manos cayeron a mis lados.

Me sentí como que estaba jodidamente enloqueciendo.

Cada pesadilla era de yo matando a 362, sus ojos marrones nublándose con la muerte. La mayoría de mis días los pasaba tratando de averiguar quién era, de dónde había venido, y hasta ahora no había encontrado nada.

Alejándome del espejo, me dirigí escaleras abajo para encontrar a Mikhail, mi guardia personal, y el jefe de la Byki, esperando en mi auto con chófer.

Sin hablar, me condujo directamente a la casa de Jong Volkov.

Salí y entré en el gran pasillo, en dirección a su oficina.

Cuando estaba a las afueras de la puerta, escuché las voces de mi padre y Wonwoo provenientes de adentro. Pero justo cuando estaba a punto de entrar, su conversación en voz baja me llevó a detenerme abruptamente.

-¿Has descubierto algo sobre 362? ¿Tus informantes han traído nueva información? -preguntó Wonwoo.

Hubo silencio como respuesta, y mi corazón empezó a latir.

Mi mano se apretó en el pomo de la puerta cuando mi padre se aclaró la garganta.

-Hemos sabido durante varios meses sobre la identidad de 362, Wonwoo.

-¿Qué? -susurró Wonwoo en estado de shock-. ¿Meses? Sin embargo, ¿no le has dicho a Mingyu?

-Es una situación delicada, Wonwoo -Mi padre hablaba-, una que ha llegado recientemente a nuestra puerta. Y no podemos hacer que una situación ya mala empeore -Oí un crujido de una silla-, especialmente no para él. No para 362 -Mi padre habló de "él" y "362" como si fueran veneno en su boca.

-No entiendo. Yo no... ¿qué? -murmuró-. ¿Quién es 362?

Mi padre entonces respondió con frialdad:

-Era un Kostava.

Wonwoo debe haber reaccionado a ese nombre, ya que mi padre luego agregó:

-Es cierto, Wonwoo. De todas las personas, de todas las familias en el mundo, el hombre que encuentra a mi hijo en el infierno y se hace amigo de él, es un puto Kostava.

La conversación se detuvo, pero todo en lo que podía centrarme era en lo que ellos sabían. Sabían todo este tiempo quien era 362. Y malditamente me lo habían ocultado.

Sintiendo una oleada de ira rasgar a través de mí, golpeé mi hombro contra la puerta y entré en la habitación.
Jong estaba al lado de su escritorio, mi padre y Wonwoo sentados frente a él.

Los tres se volvieron hacia mí mientras estaba en la entrada de la oficina, mis fosas nasales dilatadas con la intensidad de mi respiración irregular y rápida.

-Mingyu -susurró Wonwoo, su cara blanca. Pero la ignoré, mi mirada totalmente centrada en mi padre.

-¿Tú has sabido todo este tiempo? -le grité. Caminé furioso hacia adelante hasta que me alzaba sobre él.

¿TÚ ERES PARA MÍ ? - VERKWANWhere stories live. Discover now