Capítulo 29

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Mi cabeza dolía cuando al fin pude despertar, sentía frío y me dolía todo el cuerpo, al querer estirarme me di cuenta que estaba amarrada a un pilar, cuando mi vista se acostumbró a la luz observé el lugar. Era una habitación pequeña en la que sólo había una pequeña mesa con varias cosas encima y algunas cosas colgadas las cuales no podía descifrar, lo último que recordaba era el lanzamiento y que me encontraba con Jared en la parte de atrás del lugar.

Observe mi ropa la cual estaba sucia y rasgada, había algunas manchas de sangre en mi pantalón y camisa, trata de recordar algo más todo era borroso, no quería entrar en pánico ni mucho menos hacer ruido, no sabía que querían de mí.

—Miren quien despertó —sin darme cuenta una persona había entrado a la habitación, al fijarme bien pude ver a dos persona más entrar después.

—¿Quiénes son? ¿Qué quieren conmigo? ¿Dónde estoy? —mi voz salió raspada a causa de la sed, tenía la garganta seca.

—No me esperaba esto de ti, Emma —mi cuerpo se puso de piedra al escuchar esa voz, podía esperar a cualquier persona menos él.

—¿Ja-Jared? —el nombrado sonrió y se puso en cuclillas frente a mi.

—¿Por qué te sorprendes? —tomó mi rostro y lo apretó con fuerza— no finjas, sé muy bien que tú y los demás policías saben todo. Descubrimos a Jay y sabía que si te secuestraba a ti, hablarías más rápido.

—N-no se de que hablas, yo no soy policía —me removí tratando de quitar su mano, pero terminé recibiendo un fuerte golpe en el rostro.

—Mientes, tu falsa fachada de escritora invitándome al lanzamiento de un supuesto libro. Inteligente, más no lo suficiente —las lágrimas habían nublado mi vista debido al dolor, y aún así, logré ver cómo se acercaba a la mesa y tomaba lo que parecía era una manopla o puño de acero— tenía encubiertos y lleve a mi mano derecha, él fue quien reconoció a Robert un supuesto distribuidor de heroína, al verlo sabía que era una trampa y actúe lo suficientemente rápido para que no me atraparan.

Sabía que Jay estaba encubierto en un caso, pero no tenía idea de los pormenores ni mucho menos sabía que Jared estaba implicado. Él se acercó a mí y cuando no mostré ningún indicio de querer hablar volvió a golpearme, ahora pude sentir un líquido espeso y caliente bajar por mi nariz, al poco tiempo deguste el sabor de la sangre en mi boca, no quería gritar ni emitir sonido alguno cosa, que lo molesto.

—¡HABLA! ¿Qué sabe la policía? —el siguiente golpe fue en la pierna, podría jurar como escuché el hueso romperse y sin resistirlo más grité— ¿Duele? Esto solo es principio si no empiezas a hablar.

—N-no soy policía...te lo juro —el dolor punzante dificultaba mi habla, pero eso a él no le importaba.

—¡Deja... —golpe en la pierna— de...—golpe en las costillas, se rompieron dos como mucho— mentir! —golpe en el brazo.

Mis intenciones de quedarme callada quedaron atrás, grito tras grito salía de mi garganta mientras recibía los golpes, gracias a los conocimientos de medicina que me dieron Connor y Will tenía una idea de las heridas, roturas y contusiones que debía tener después de la paliza.

Jared disfrutaba golpeándome y yo solo podía pensar en Jay, en mi mente gritaba su nombre, suplicaba que me encontrara, deseaba con todas mis fuerzas que llegarán pronto mientras trataba de no perder la conciencia, pero el dolor era casi insoportable y mi cuerpo pedía un descanso.

—¡Señor! ¡La policía! —la sangre mezclada con las lágrimas me impedían ver, pero podía escuchar lo que estaba ocurriendo.

—Vienen a rescatarte, pero no te tendrán viva —un escalofrío recorrió mi cuerpo, sentí como me desamarraron e hicieron que me pusiera de pie.

Un grito de dolor salió de mis labios cuando me obligaron a caminar, no tenía fuerzas y me llevaban arrastras, subir las escaleras fue un infierno, todo el cuerpo me temblaba a causa del dolor y la fatiga, sentía que los escalones se triplicaban al darme cuenta que aún seguíamos subiendo, sabía que esos eran mis últimos minutos.

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Habían pasado tres días en los cuales nos enfocamos en buscar a Emma, día y noche recaudando información empezaban a rendir fruto, tras muchas horas de planeación logramos encontrar la ubicación exacta de dónde se encontraba Emma y los líderes de la organización incluyendo a Jared, todo un escuadrón se desplegó, también los bomberos y paramédicos.

—Escúchenme bien, no sabemos en qué estado se encuentra la víctima, nuestro objetivo es sacarla con vida y atrapar a sus secuestradores —miraba al sargento y a los demás, estaba aterrado pero mantenía la fe de encontrarla con vida.

—Todos deben estar atentos a las radios, sabemos que intentarán escapar —nos recordó Antonio quien era la mano derecha del sargento en esta ocasión.

—El primer equipo entrará por detrás, nosotros iremos por enfrente y subiremos revisando desde el piso seis al diez, debemos ser rápidos y tienen órdenes de disparar si abren fuego contra nosotros —veía los planos del edificio recordando cómo actuaban si iban a torturar a una persona.

—Gracias a Jay sabemos que pueden estar en los últimos pisos o en el subsuelo, siempre buscan una forma rápida de matar a alguien sin dar opción a salvarlo —vi a la castaña quien con un poco de dificultad nos recordó la información que había obtenido.

—No nos queda mucho tiempo, muévase —nos ordenó el sargento.

Todos asentimos y entramos al edificio, estábamos a las afueras de la ciudad, el edificio era algo antiguo y habían pocas entradas en su mayoría cerradas con tablas de madera, nada más entrar pude escuchar un grito desgarrador proveniente de los últimos pisos, mis ojos se llenaron de lágrimas al saber de quién era más debía mantener la compostura y seguir al equipo.

A medida que subíamos los gritos se volvían más fuertes, eran puñaladas directas al corazón, oír sus gritos y lamentos dolía, dolía como hierro caliente marcando mi piel y la culpa se sentía más latente. ¿Qué hice?, la pude en peligro, está sufriendo por mi culpa y oírla no es suficiente castigo para lo que le estoy causando, posiblemente merezca la muerte. Solo rezo por salvarla aun con vida.

 Solo rezo por salvarla aun con vida

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