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Capítulo 27: Felicidad...✔

- Necesito saber como esta Ben- quité la sábana que me cubría y bajé mis pies.

- Hermosa, espera tan siquiera a que venga...el ginecólogo - dijo Leo gruñendo con la última palabra - Te revisará y podrás ver a Ben.

Bueno en parte tiene razón, quiero ver a mi hijo también y tener la tranquilidad de que está en buenas condiciones.

En ese instante llega un hombre vestido con una bata y un aparato raro, supongo que es el ginecólogo.

- Buenas tardes, Señores y Sra. Anderson - que lindo suena, aunque no soy la Sra. Anderson - Mi nombre es Alan, y seré el encargado de hacerle la ecografía.

- No soy... - me interrumpe Nick.

- Si lo eres, no seas modesta, amor - ambos sonrieron con picardía.

Los fulminé con la mirada. El doctor toma un tubo mediano que se encontraba en el aparato.

- Bien, Sra. Anderson, le necesito hacer un ultrasonido vaginal - miré a mis hombres, que ahora mataban con la mirada al pobre ginecólogo.

Oh no, no quiero más problemas, por favor.

- ¿Es necesario? - susurré tímida, asintió.

- Sí, ya que es un feto muy pequeño todavía - asentí dándole consentimiento de que lo hiciera.

Me pidió que me pusiera una bata y me quitará toda la ropa. Mis hombres estaban ardiendo del enojo. Fui al baño de la habitación, me desvestí por completo y me coloqué la bata.

Salí, me recoste de nuevo en la camilla, me dijo que abriera las piernas. No quería ni verlos a ellos.

Los chicos se colocaron de mi lado izquierdo y me tomaron la mano, aprentadome un poco.

El ginecólogo prendió la pantalla de la maquina y se colocó frente a mí, se colocó guantes y tomó un aparato que parecía un...ustedes saben.

Le puso un preservativo, y sobre este vació un poco de líquido transparente que sacó de una botella, lubricante para ser exactos.

- Va a sentir frío al comienzo - avisó y asentí.

Lo metió demasiado rápido que no me dió tiempo ni de pensar, sentí el frío recorrer el interior de mi vagina, era un poco incómodo. Apreté la mano de mis hombres.

- Vamos a ver... - miró la pantalla que empezaba a tomar formas de círculos negros y grises - Ahí están.

¿Están?

- Disculpe, ¿Porqué habla en plural? - preguntó Nick confundido.

- Porque son dos, pero.... - se quedó callado un momento - Es impresionante que esten en dos bolsas separadas.

- ¿Eso es malo? - pregunté asustada.

- Para nada - nos miró un poco sorprendido y a la vez interrogante - ¿Han tenido relaciones los tres juntos? - nos miró a cada uno - Necesito que sean sinceros.

Los tres nos miramos sin saber que decir. Era un poco incómodo hablar de sexo de tres.

- Sí...¿Qué tiene que ver? - preguntó Leo incómodo.

- Lo que quiero decir es que la Sra. Anderson, tiene un embarazo heteropaternal.

- Hete...¿Qué? - Nick se rascó la nuca confundido - ¿Se refiere a que son heterosexuales?

El ginecólogo rió por lo que había dicho Nick, al igual que yo.

- No, es como si su esposa tuviera un doble embarazo, pero en uno solo.

- ¿Y, en español que quiere decir? - pregunté confundida.

- Que está esperando un hijo de cada uno de sus esposos señora, mellizos para ser exactos - eso no me lo esperaba - Hay muy pocos casos en el mundo sobre este tipo de embarazos. Pasa cuando dos óvulos son fecundados por dos espermatozoides diferentes. Dando así como resultado el embarazo heteropaternal.

Estaba muy emotiva, cuando me dijeron que estaba embarazada, me emocionó la idea de ser mamá. Pero al decirme que iba a tener no un hijo, si no dos y que ambos tendrán un padre diferente, fue la más grande y mejor sorpresa de todas.

Mis hombres me miraban con una sonrisa y un brillo en sus ojos.

- Seremos padres de dos pequeños conejitos, Leo - dijo Nick emocionado y con los ojos cristalizados.

- Sí, no lo puedo creer - susurró Leo, que estaba llorando - Dos pequeños conejitos traviesos, al igual que su madre.

No sabía si reír o llorar, mi mente aún estaba procesando todo esto. Ambos acercaron a mí y me besaron. Leo primero y después Nick.

- Perdón que interrumpa - carraspeó llamando nuestra atención - ¿Quieren impresiones del ultrasonido?

- Claro que si - contesté.

- Bien, iré a imprimir unas cuantas, ahora vuelvo - al quedarnos solos en la habitación, ellos empezaron a gritar.

- ¡¡SEREMOS PADRES!! - gritaron al unísono mientras daban brincos de un lado a otro.

- Sí, lo serán - susurré para mí misma a la vez que tocaba mi vientre.

- Gracias, gracias, gracias - dijo Leo cuando se acercó a besar mis labios varias veces.

- ¿Gracias? ¿Porqué? - se escuchó una cuarta voz en la habitación.

Giré mi vista a la puerta y era....mi madre.

¡Mierda!

- Ma...má...¿Qué haces... - ella levantó su mano para que me callara.

- Nada de mamá, y como que que hago aquí, vine a ver si era verdad - se cruzó de brazos y me miró fijamente - ¿Me puedes explicar, porqué el doctor que conocí de hace dos horas, me ha felicitado porqué seré abuela?

Ese doctor, que chismoso. ¿No pudo esperar a que yo le dijera?

- Yo... - no sabía que decir.

- Como pudiste traicionar mi confianza de esta manera Diane Hamilton - esta más que furiosa.

- Te lo iba a decir...

- ¿Cuándo? Cuando dieras a luz - mi madre se empezó acercar a mí.

- Kelly, por favor... - intervino Nick poniéndose frente a ella - Ella está delicada...

Pero de nuevo mi madre interrumpió.

- Y tú... - miró a Nick - Como siquiera pensaste en tener sexo con ella, ¡Tiene dieciocho años!

Que mi mamá saqué el tema del sexo a estas alturas es incómodo. Si no habló de ella sobre el período, ya parece que tratemos sobre el sexo.

No quiero saber como se pondrá cuando sepa de nuestro noviazgo.

- Señora, lo sabemos y pensamos hacernos responsables - habló rápidamente Leo pasando su mirada de mí a mi madre.

- ¿Responsables? ¿Ambos? - señaló confundida. Ellos asintieron.

Ya entendí. Mi madre piensa que Nick es el padre del bebé.

- Mamá...hay otra cosa que no sabes - interviné, ella me miró con furia y miedo esperando a que siguiera hablando - Ellos...ellos y yo...estamos en una relación. Los tres.

Mi madre abrió los ojos como platos.

- ¡¿Qué?!

Voy a morir.