¿Un alfa? ↝ [Yugkook]

► Capítulo 36: Regalos y decepción.

Capítulo dedicado a: Vancyoonx_ y ParkSarada muchas gracias por leer mis bubus. 🥺💖

Les dije que todo iba a ser azúcar desde ahora e.e, bueno, quizás no todo por nuestro Yugy frienzoneado pero espero que les guste mucho lo que se viene. ❤

En el capítulo pasado me sorprendí por su emoción con el "Yugy" y "Kookie", adoro darles esos cambios. 😭💖

No olviden votar y comentar si quieren más Yugys celosos e intentando que Kookie se fije más en él indirectamente. 😂❤

¡Gracias por leer, disfruten la lectura! 🥺

Domingo.

En medio de la calle, como si fuera de lo más normal iniciar el capítulo con un alfa pelinegro dando brinquitos apurado, completamente solo, y nervioso por aquel domingo importante en el que cumplía su rutina de cada día existente en el que iba a trabajar, o en realidad, de todos los días que debía salir fuera de su departamento; llegar tarde a todos lados.

Para Kim Yugyeom, siéndole una acción común el arreglarse la camisa dentro del pantalón concentrado y frunciendo el ceño tiernamente por su ligero estrés, éste se mantenía haciendo varias cosas a la vez gracias a ello; se cubría con el abrigo moldeando su cuerpo firme el exhibirse metiéndose la mano a los pantalones como si hiciera otra cosa, mientras que con la otra sostenía su choco shake medio vacío y en la boca mordía la cinta de algunas bolsas de regalo, ayudándose en hacerlo más fácil cuando era un total desastre andante y ocupado en esos instantes llegando tarde al restaurante donde debían estar todos sus amigos esperándolo.

Sin embargo...

Te llevarán a la cárcel por exhibicionista humano.

"No hables ahora lobo tonto, me desconcentras". Yugyeom le contestó a través de la mente, ya que su boca se encontraba ocupada con no dejar caer los regalos al suelo húmedo y el lobo bufó, dando vueltas molesto.

Era claro que Kyum, observando a su humano ser un caos total desde la mañana por una cuestión que le daba igual en todos los sentidos, se apareció en medio de su silencio sólo para hacerle la vida imposible, bueno, siempre solía hacerlo, pero aquella tarde se lo propuso aún más cuando después de tantas veces que el canino le recordó hacer las cosas, y quiso demostrarle que no tendría tiempo cuanto más lo intentara, ahí se percataba que no escuchaba sus comentarios o los ignoraba, pagando las consecuencias allí mismo, luchando con su vida cinco minutos antes del trabajo.

¿Te desconcentro de meterte la mano en el pantalón para acomodarte dos cosas?

No me hagas mencionarlas.