Capítulo 6: Galahad & Princess

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Eggsy POV

Cuando era pequeño me preguntaron en el colegio qué quería se cunado fuera mayor. Conociéndome, habría dicho algo como soldado o superhéroe, y si hubiera sido un poco mayor, a lo mejor gimnasta del equipo Olímpico Británico.

Si hace un año hubieras hecho la misma pregunta en a mis colegas o a mi madre, me apuesto libras a que te dirían que en Garden Street vendiendo hierba, asaltando a los transeúntes en el metro con un cuchillo o en la cárcel. Si me hubieras preguntado a mí hace un año, a lo mejor te habría dicho lo mismo, a lo mejor no lo sabía.

Después de los últimos meses tengo un trabajo nuevo, una novia guapísima y mi madre y Daisy están viviendo lejos del cabrón de Dean. La vida es bonita.

No esperaba para nada terminar con Tilde de la manera como terminamos. La primera vez que estuvimos juntos fue un calentón. Ahora que lo recuerdo hasta me da la risa nerviosa pero en ese momento estaba a tope de adrenalina y quería sacudirme de encima toda la sangre y la muerte que acababa de vivir. Solo quería follar, hacer que mi cerebro se sintiera bien sin pensar.

Cuando terminamos, nos quedamos tumbados en el sofá que tenia en la celda(tenía que concedérselo a Valentine: la celda tenía de todo para para un fin de semana de lujo). Tilde se quedo un rato echada encima de mí, respirando con tranquilidad, y me abrazaba. Yo también me quede un rato con ella relajándome y acariciándole el pelo hasta que me di cuenta de que no llevaba las gafas puestas. Me levanté como un resorte y creo que la desperté. Solo tuve que revolver un poco entre la ropa tirada para encontrarlas debajo de todo el bulto-me las debí de quitar lo primero-.Me las puse a toda prisa y las encendí.

-¿Merlín?¿Sigues ahí?-esperaba que no hubiera pasado una eternidad desde que entré en la celda.

-¿Eggsy estas hablando solo?-Tilde debía de estar mirándome como si estuviera loco pero pero le di la espalda sin responder.

-Me alegra volver a oír tu voz, Galahad-una voz grave con acento escocés me habló al micrófono, pero no recibí ninguna imagen- Os dejé un poco de privacidad, pensé que os gustaría. ¿Estás visible?-Tilde llevaba puesta mi camisa, que le quedaba enorme, y yo me di prisa en encontrar y ponerme los pantalones.

-Dispara-la imagen se apareció en la pantalla. Me alivió muchísimo volver a verlo de nuevo, aunque se me hacía raro que me pillara en esta situación. Seguí de cara a la pared para que no viese a Tilde a medio vestir.

-Espero que hayáis terminado de divertiros-el muy cabrón...-pero ahora necesito que vuelvas al trabajo. Todos los supervivientes están reunidos en el salón central, necesitamos evacuarlos hacia el hangar;  tenemos un avión que los llevará a Londres. También tendrás que acompañar a la señorita.

Me reí un poco pero sentí una rara sensación de orgullo. Me giré hacia Tilde, que seguía tal cual la dejé.

-Voy a necesitar esa camisa, princesa. Parece que nos vamos a casa.

Y nos marchamos, pero tardé bastante más en volver a casa.

En el viaje de vuelta me dio tiempo a hablar un poco mas con Tilde, mas allá de las tres frases que habíamos intercambiado en la celda. Pensaba que iba a ser de lo más incomodo, que ella no iba a querer ni mirarme o peor, que me iba a hacer firmar un acuerdo de confidencialidad o alguna mierda. Nada de eso: era la tía más sencilla, simpática y con mejor rollo que conocí en mucho tiempo. Casi siempre sonreía y era muy fácil hacerla reír. Creo que eso fue, me di cuenta mas tarde, lo que me enamoró de ella definitivamente. Antes de marcharse me prometió que me llamaría en cuanto pudiera y me dio un beso.

Los dos días siguientes los pasé sin dormir, trabajando sin parar codo con codo con Merlín, Roxy y el resto de agentes. Teníamos mucho que hacer.

Hombres de hierro: a kingsman fanfictionWhere stories live. Discover now