Caminos entre deber y amor • [BTS FF]

Capítulo 33

La tarde del domingo Yoongi se preparó para asistir a la cena que no pudo evitar pasar por alto. Había aceptado usar un traje hecho a su medida, ya que la reina insistió en que lo hiciera. Al menos pudo escoger cómo luciría y podía estar cómodo con el resultado. Su reflejo en el espejo se veía muy diferente a como pensó que se vería; seguía siendo él mismo, pero no podía decir que era su estilo. No le disgustaba pero tampoco estaba emocionado por su aspecto, no sabía qué pensar de ello.

Antes, nunca había considerado cambiar su físico, a pesar de que siempre destacaba del resto desde que su magia se manifestó con claridad luego de cumplir los dieciséis años. Quizá al principio, por su familia. Luego, no podía importarle menos.

El joven hechicero continuó observando su reflejo, pensando en lo que le esperaba aquella noche. Aunque se encontraba en el palacio, probablemente el lugar más seguro que podría encontrar, no confiaba del todo en las personas que asistirían como invitados de honor. Ya era bastante contar con la atención que recibió desde el primer día de su llegada, no se imaginaría lo que causaría si salía así. El traje formal era todo menos discreto, los bordados en hilos de plata y los botones bordados con el escudo real llamaban más la atención. De seguro para lo que están acostumbrados los miembros de la realeza no era demasiado, pero para él sí. Nunca imaginó usar algo como eso.

Por primera vez, tenía la oportunidad de pasar desapercibido y mezclarse con un grupo sin tener que usar un hechizo de invisibilidad. Además, la noche estaba planeada para tener a otras personas en el centro de la atención. Otro hechizo podría permitirle tener la sensación de que encajaba con los demás, sin contar que ayudaría a que T/N no piense que esté intentando interferir en su vida. Quizá así podría demostrarle que hablaba en serio cuando dijo que no quería nada más que entender su situación tanto como ella.

Suspiró y recordó en su mente el hechizo para alterar su apariencia. Duraría lo suficiente para pasar esa noche como alguien nada interesante en particular, uno más en la celebración. En su memoria seguía el recuerdo de la última vez que miró su reflejo como un muchacho ordinario, con el cabello oscuro que tenía un brillo castaño a la luz del sol en verano. Sus brazos y manos no tenían ninguna marca, ningún rastro de las habilidades que adquirió con el tiempo. Y esa imagen se hizo realidad frente a sus ojos mientras seguía mirando el espejo. Justo como recordaba a su hermano cuando tenía su edad.

Antes de arrepentirse, salió hacia el salón de banquetes. La conmoción en el palacio disminuía a medida que se acercaba al lugar de la celebración y el camino se llenaba de guardias que cuidaban los alrededores. Una que otra mirada curiosa pasó en su dirección pero ya no se quedaba fija en él.

Entrar en el salón era inquietante, pero el resto de invitados no pareció ni siquiera notar su presencia, porque la mayoría hablaba entre ellos y buscaba sus sitios correspondientes antes de que el sol deje de entrar por las ventanas. Silenciosamente, se dirigió a su lugar junto a Seokjin, quien ya se encontraba ahí con una copa de vino en la mano.

―Finalmente ―dice Jin, expresando su emoción por hablarle―, compañía.

―Eh... sí.

―Dudo mucho que no sepas quién soy pero igual te lo diré. Llámame Jin, es un placer recibirte oficialmente en el palacio en representación del rey y la reina. Ya lo sabes pero es mi deber decírtelo de todos modos, tarde por no haber podido recibirte yo mismo.

―Gracias, yo...

Pero no pudo terminar de decir su respuesta porque uno de los guardias llamó la atención de todos los invitados y la mesa se llenó de acuerdo estaba indicado, antes de quedar en silencio para anunciar la entrada del rey y la reina. Ellos debían entrar primero, mientras que la princesa T/N y el príncipe Jimin esperaban en el corredor detrás de ellos. Taehyung tendría que avisarles cuando los padres de la princesa terminen de dar la bienvenida para que puedan entrar.