Hackers: Dulce Venganza

Capitulo 1: El inicio

Una vez conocí a alguien que solía decir: “Y todo asesino también tiene un padre, una madre, pero no por eso son diferentes ante la ley”.

Y está historia, para algunos será lo correcto y para otros será incorrecto, pero yo prefiero decir: “No te estoy obligando a entender mi manera de ver el mundo, solo te pido que aceptes mi manera ”.

Todo comenzó en noveno grado, si ya saben a los quince años, cuando disfrutas de la escuela, te enamoras, haces amigos y te preparas para tomar las decisiones que definirán tu vida.

Yo una chica de quince años con un alto estándar de popularidad, mi familia, la más poderosa de todas, por un instante creí tenerlo todo pues también tenía un novio atento, guapo, más alto que yo y claro su familia era reconocida pero no tan poderosa como la mía, su nombre James Dameron.

James era todo lo que pudieras desear, era perfecto, demasiado perfecto para ser verdad, cegada por la estúpida idea del amor, el amor perfecto solo existe en los libros y para mí el amor se volvió una mentira, una muy hermosa mentira.

Por otra parte tenemos a Cassandra Wells a quien yo solía llamar mejor amiga, Cassandra y yo estuvimos juntas desde el jardín de niños pero como dicen nada es para siempre y te cambian por algo más fácil.

Mi vida era lo que otros llamarían "Perfecta". Lo tenía todo y podía tener todo lo que deseara hasta que una noche todo eso cambio y lo que yo me negaba a creer estuvo frente a mis ojos todo el tiempo.

Julio, baile de graduación....

La noche más importante para todo adolescente, el icónico baile de graduación, el hasta luego. La música sonaba por todo el auditorio y podía escucharse por los pasillos donde se encontraban los casilleros, la mayoría de los alumnos bailaba con su pareja, otros seguían en las mesas adornadas de azul y dorado. Las luces de colores hacían más difícil encontrar el camino adecuado, ahí estaba yo en medio de un montón de parásitos que en ese entonces los llamaba amigos.

Buscaba a James para un último baile, fue entonces cuando Nat Heller la chica rara del salón se acerco y sin decir nada me mostró su teléfono, a veces me pregunto ¿Cómo hubieran Sido las cosas si hubiera ignorado a Nat Heller?

Lo que me mostró era un vídeo, no solo un vídeo "Era el video". Entre en shock, mis manos temblaron y mire a Nat esperando que todo fuera una broma.

—Deberías salir de aquí, se que lo has estado buscando, está en el salón especial —Nat me quito el teléfono y se fue sin decir más.

Tenía razón, debía irme pues las notificaciones en todos los teléfonos llegaban al mismo tiempo.

El salón especial no era más que el salón de proyección, quería llorar, gritar, sacar mi enojo pero seguí aguantando mientras caminaba al salón de proyección y apretaba mis manos, enterrando mis uñas sobre mi piel.

Entre al salón y lo ví, fue desgarrador ver a mi única amiga besar al chico que yo amaba.

—Hola Mari —Con toda la tranquilidad del mundo Cassandra me habló, como si nada pasara mientras seguía en los brazos de James.

—Disfrutando la noche, amor —Ambos con esa patética sonrisa en la cara y James se atrevía a hablarme de esa manera.

—No tanto como debería y supongo que aquí se acaba todo —Quería llorar y gritar pero ese no era mi estilo.

—Supones bien Mari —Cassandra sonreía con burla —Perdiste, era mi turno de ganar.

Sonreí lo más encantador posible
—Ganaron está batalla pero aún no han ganado la guerra, espero que jamás se arrepientan de lo que han iniciado porque ustedes saben mejor que nadie, usaré mis mejores armas.