CAPÍTULO | 1

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[Eremofobia]

Algunas personas llegan a desarrollar una fobia o pánico desproporcionados a la idea de estar solos, incluso aunque sea durante breves periodos, llegando a padecer crisis de pánico y síntomas fisiológicos ante dicho miedo.

Era tan agobiante la situación en la que se encontraba el pequeño de ojos marrones, que a su corta edad de diez años había sido abandonado por sus padres a las afueras de la ciudad, en medio de un bosque que, por fortuna, aún no era oscuro y aterrador, porque sí, el jovencito que lleva por nombre Huang Renjun, le teme enormemente a la oscuridad.

Antes de poder morir en medio del bosque que en algunas horas se encontraría con una abrumadora oscuridad, se decidió por empezar a caminar hacia...no sabía dónde, sin rumbo sus piecitos empezaron a andar en dirección a donde su memoria le dejaba recordar algunos lugares u objetos que en el camino hacia ese solitario lugar pudo ver.

Y debo mencionar que no estaba de lo más tranquilo, bueno, en realidad ¿qué niño a su edad lo estaría tras ser abandonado por sus padres?: ninguno.
El castaño de baja estatura lloraba con un llanto que parecía no parar nunca, llevaba así más de veinte minutos y en su cabecita solo estaba llena de malos presentimientos. Primeramente, no soportaba el hecho de estar solo y algunos de tantos pensamientos que rondaban en él eran como que en algún momento algo o alguien saldría de entre los árboles y lo raptaría para comerlo y no dejar rastros de su diminuto cuerpecito, o tal vez algún desquiciado lo atropellaría pese a ir caminando por un sitio que era lo suficientemente seguro para un peatón. No lo sabía, en ocasiones solo esperaba lo peor, necesitaba a su madre para que lo abrazara y le dijera que estaba con él para protegerlo de todo lo malo, quería que lo mimara y lo mantuviera en sus brazos hasta que cayera en un profundo sueño y así olvidar lo malo que puede ser el mundo, aun peor, que tan maligna puede ser la sofocante soledad.

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-Renjunie, cariño, no estés triste, sé que eres alguien muy comprensivo y de buen corazón que puedes entender a mamá. Ahora no tengo mucho dinero para comprar este set de plumones con...crayones y figuras de dinosaurios, pero me esforzaré para comprártelo y regalártelo en tu cumpleaños -la mujer se colocó en cuclillas para colocarse a la altura de Huang el cual mantenía un puchero en sus rosados labios -¿qué dices, pequeño?, ¿puedes esperarme unos meses más? -Lian acarició con ternura y cariño los cabellos de su hijo quien comprendiendo la situación estuvo de acuerdo con sus palabras, confiando en ella

Después de esa tarde en el supermercado los dos regresaron a casa con las cosas para lo que su gasto dio, pues no pudo comprar todo lo que en su lista estaba. Renjun podía ver tristeza en su rostro angelical, fue así que no se contuvo y sin más se levantó del piso dejando sus juguetes de lado para correr y abalanzarse a su madre. Inevitablemente la mujer, en poco, empezó a derramar lágrimas mientras que con fuerza abrazaba el frágil y cálido cuerpo de su hijo.

-Lo siento tanto, mi pequeño, perdón por no darte una vida digna. Te mereces todo lo bueno de este mundo y yo...solo no puedo comprarte si quiera esas galletas que tanto te gustan, lo lamento tanto, Renren. -Lian se lamentaba de una forma la cual Renjun había visto jamás, pero para sus diez años entendía que a veces el dinero puede ser escaso para los gastos que se deben solventar

Eremophobia | NoRen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora