Capítulo 1

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Luke sabía que tenía las manos llenas de pintura, stickers por todos lados y el delantal ya descosido. Nada de eso le importaba demasiado, porque amaba su trabajo. Desde que había salido del secundario, viendo desde chiquito que su mamá volvía del jardín en el que trabajaba llena de brillantina y una gran sonrisa, habia decidido que ese podía ser su trabajo ideal, igual que el de su mamá.

El rubio iba agarrado de la baranda del colectivo que iba repleto, se lamentaba no haber salido más temprano. Era su segundo día en este jardín, hacía poco se había mudado a la ciudad.

Su compañero de departamento, de secundario, de profesión y de toda la vida, Calum, también había conseguido trabajo en el jardín, que se habia establecido hacía solo un año y necesitaba personal.

Salieron del colectivo luego de nadar entre un océano de gente con mal olor, y se encaminaron al jardincito.

- Tenía un tipo de dos metros al lado que me dejó bizco del olor a vinagre en los sobacos. ¡Bañate, hijo de puta! -dijo Calum con cara de asco apenas bajaron.

- Bueno, sonreí, paz, amor y alegría porque estamos por entrar al jardín. Acá están prohibidos el odio y la monotonía.

Calum sonrió, asintiendo.

- ¡Buen día, peques! ¿Como están? ¡Hagan fila con sus amiguitos! -iba diciendo el morocho a los nenes que entraban.

- Hola, buenos dias...¿Como te va?...¡Buen día, después nos vemos, gracias! -Luke iba saludando a los padres y haciendo entrar a los chiquitos, guiándolos hasta Calum.

Estaba por cerrar la puerta, ya no había nadie y habían pasado más de diez minutos del horario de entrada. De repente escuchó un "¡No cierren!", y divisó lejano a su derecha, acercándose corriendo, a un rubio teñido que tenia un mullet corto, y no podía tener mucha más edad que él. Llevaba a dos nenas, una de cada mano, y en cada hombro, una mochilita con dibujos de alguna caricatura.

- ¡Esperen! -Luke volvió a escuchar como gritaba, y sacó la cabeza para expresar que lo estaba esperando. Cuando el teñido se acercó más, Luke pensó que no lo recordaba de ayer, pero a las nenas si. La más grande estaba en su salita, y el día anterior había pedido ir con su hermana por ser el primer dia, ya que su papá no había podido estar para la orientación. No recordaba quién las había traído.

- ¡Seño Luke! -Gritaron las nenas una atrás de la otra. Ruby lo abrazó cuando el rubio se agachó para recibirlas, y Luke se sintió cálido y bienvenido sabiendo que la nenas ya lo querían, y todo porque él las había acompañado para reemplazar a su papá el día anterior.

El joven teñido llegó unos segundos después, saludó cortésmente y trató de recuperar el aire. Saludó a sus hijas con abrazos y agradeció a Luke por dejar la puerta abierta.

- No, no es por nada... Disculpa, ¿me podrías decir tu nombre? No te recuerdo de ayer...

- ¡Si! Soy Michael Clifford...ayer no estuve en la integración, las trajo mi amigo Ashton, que también tenía que irse a estudiar, por eso no pude venir.

- Si, si. Me parecía que no te había visto...

- Perdón por perdermelo... ¿sabés si estuvieron bien las nenas?

- Entiendo, no hay problema. Ellas estuvieron bien, Ruby me pidió ir con Leah, dijo: "es más chiquita y no quiero que llore", ¡Me partió el corazón cuando dijo eso! Igual me quedé con ellas, así estaban acompañadas.

Michael se río porque era algo usual en Ruby preocuparse por su hermana menor.

- Muchas gracias, en serio. ¿Debería decirte "seño" también?- preguntó sonriente Michael.

- Mejor decime Luke -se rio -soy Luke Hemmings, estoy a cargo de la sala de ruby. Mi amigo Calum tiene el salón de Leah y la directora es Sierra, también es muy buena y dedicada.

- Mucho gusto, Luke. Bueno...Ahora me tengo que ir, después nos vemos, seguro. Gracias...por lo de la puerta y por cuidar a las chicas.

- ¡No hay de qué!, después nos vemos, Michael - le sonrió Luke y lo vio irse. El maestro no pudo borrar su sonrisa en todo el dia.

🍃🍃

Michael, en cambio, también pensó en Luke y en lo tierno que se veía, pero tenía mucho trabajo y, como de costumbre, estaba bastante estresado. Esa tarde no iba a poder buscar a las nenas al jardín, así que llamo a Ash para pedirle si podía ir él. Al recibir una respuesta positiva, se quedó más tranquilo.

Ese día se cumplía exactamente un año desde que su ex novia, mamá de su hija mayor, Ruby, había muerto en un accidente de auto junto a su marido, el padre de Leah, quien ahora era tan hija suya como Ruby para Michael. La misma nena ni siquiera recordaba mucho de su papá o de su mamá, Mike siempre iba a ser su figura paterna (y materna).

- ¿Está lindo el descanso, clifford? -Mirá que no te pago para que te relajes -el jefe de michael frunció el ceño y habló escupiendo las palabras con odio, al ver que Michael se agarraba la espalda un segundo y tomaba agua.

Michael identificaba que su jefe era la peor persona que había conocido en toda su vida, pero necesitaba la plata.

Trabajaba en un centro de descarga de camiones, lo que significaba que la mayoría de sus compañeros eran hombres estupidos que se consideraban muy rudos. Ninguno le llevaba el apunte, y para ellos Michael era conocido como "el maricon". Uno dirá que la exclusión no sucede en los trabajos de adultos, pero el rubio teñido estaba en la minoría que si, la sufría.

- No, señor. Pasa que me duele un poco la cintura -intentó defenderse Michael.

-Pongase una faja, clifford, no sea maricon. Hasta no descargar todo ese camión usted solo, no le pago una mierda.

Mike sintió un murmullo de risas detrás suyo, suspiró, y siguió con su tarea.
Claramente, trabajaba en negro, le pagaban cuando querían, como querían, y los horarios dependian del humor de su jefe. Pero necesitaba el trabajo.

Toda esa semana, su amigo Ashton fue a buscar a las nenas a la salida del jardín. Michael sólo pudo ir un par de veces.

Ash salió de la facultad ese viernes por la tarde, y se dirigió a buscar a sus sobrinitas al jardin. ¿Iba a tener la chance de hablar con el chico lindo como lo hacía desde el Lunes? No sabía, pero iba a intentarlo. Ashton no era nada lento cuando se trataba de ojear chicos lindos e invitarlos a salir. Era un romántico, demasiado gay para este mundo, y todo lo contrario a su amigo, que era bastante tímido. Hacía 7 meses estaba soltero, y no podía soportar el sentimiento de estar solo.

- Buenas, vengo a buscar a Leah y a Ruby... -Ashton dijo un poco decepcionado porque por primera vez en la semana, la puerta la abrió el compañero rubio de Calum, y no él.

- ¡Ah! Hola, soy Luke, el maestro de Ruby -sonrió el rubio.

- Un gusto, soy Ashton. Yo soy amigo del papá de las nenas, el trabaja mucho y no puede...¡Calum! ¿Todo bien? -la expresión facial y corporal de Ashton cambió en medio segundo, de relajada y amistosa, a nerviosa intentando disimular e impresionar al morocho. Se acomodó el pelo y se apoyó contra la puerta de entrada del jardin.

Luke se río disimuladamente, y dejó que Calum siga atendiendo al castaño.






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