d o s

800 91 35
                                    

Era una sensación extraña, muy extraña.

Harry no era una de las personas que demostraban constante amor hacia la gente que lo rodeaba, ni siquiera por su hermana o Liam, quienes eran los que más lo habían soportado, a él y sus actitudes tan toscas. Odiaba el contacto físico, odiaba los abrazos, besos o una mínima caricia que le fuera proporcionada, pero aún así disfrutaba del sexo casual, así que descartó toda posibilidad de ser asexual y se definió definitivamente como bisexual con preferencia hacía los omegas varones.

Jamás en su vida se había interesado demasiado en la vida de otras personas, sinceramente era lo último que le importaba, y si se llegaba a enterar, era porque ellos mismos se lo contaban, tal como el caso de Liam, que era todo lo contrario a él; un libro abierto, siempre dispuesto a contar sus aventuras y desventuras, algo que él agradecía, pues no sabía mantener un tema de conversación a flote que no fuera de negocios o cosas relacionadas a sus empresas. Y así se habían mantenido las cosas por mucho tiempo.

Hasta que llegó cierta persona a su vida. Más precisamente un omega de ojos azules y cabello castaño.

Louis era alguien cuanto menos curioso, habían varias actitudes que lo hacían preguntarse por qué las tenía. Tales como temblar cada que él se enojaba o siquiera irritaba, cosa que pasaba la mayor parte del tiempo, dado su carácter explosivo, lo había visto encogerse en su lugar y dejar salir feromonas amargas, cosa que no sabía si era a propósito o era de manera involuntaria. Sus ojos se llenaban de lágrimas que no soltaba cada vez que Harry golpeaba la mesa con fuerza, apretando sus ojos y mordiendo fuertemente sus labios, casi haciéndolos sangrar.

Harry solo le habría lanzado una pequeña mirada y alejarse de él, tratando de tranquilizarse un poco. Él no era estúpido, había leído todas las señales que el omega le había dado, solo esperaba que no fuera más grave de lo que imaginaba.

—¿Y has tratado de preguntarle? —Preguntó Liam, a quien había recurrido para hablar de aquel tema que simplemente no lo dejaba en paz —. Han estado conviviendo por casi dos meses, no veo nada raro en que le preguntes y calmes tu curiosidad.

—No puedo simplemente preguntarle, dejé muy en claro que no me interesa saber de su vida en la entrevista. —Murmuró un poco molesto —. Además, si es lo que nos estamos imaginando, ¿no sería grosero preguntarle? Podría incomodarlo o algo así

—A ti nunca te ha importado si algo que digas incomoda. —Soltó Liam ligeramente confundido, fue cuando Harry se tensó y cayó en cuenta de que era cierto —. ¿Podría ser que...?

—No, no te atrevas a decirlo. —El ojiverde lo interrumpió, su ceño fruncido —. Te arrancaré la lengua si lo haces.

Liam alzó ambas manos en rendición, dejando al aire la pregunta, sabiendo que tarde o temprano, Harry terminaría confirmando sus sospechas, solo tenía que esperar a que el rizado lo aceptase.

—Solo puedo recomendarte que trates de acercarte más a él, así te ganarás su confianza y podrás saber lo que le pasa. Solo esperemos que no sea nada grave.

—¿Y qué se supone que haga?

—Llévalo a comer, genio. No tengas esa actitud tan cortante con él también, o no lograrás acercarte nunca, solo terminarás alejándolo.

Harry soltó un suspiro frustrado y se dejó caer en su silla, mirando fijamente al techo de su despacho, mordiendo sus labios ante una mirada curiosa por parte del alfa menor, porque él había aprendido a leer a Harry con el paso de ellos años, dado que este no mostraba intenciones de querer hablar sobre cosas que lo relacionasen, y ahora lo podía ver frustrado, pero no por alguna cosa relacionada con su trabajo, sino por algo que jamás creyó ver en él: estar interesado en otra persona.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 25, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Alfa PuroWhere stories live. Discover now