CAPITULO 3

71 9 1
                                    

"PESADILLA"

¿Qué más podía hacer?. Cuánto deseaba no sentirse así, ¿Acaso había hecho algo tan malo como para recibir todo aquello a cambio?

¡Kamisama! ¿Por qué? ¡Y justo ese día! Su mala suerte no terminaba... Apenas empezaba.

Ese día había sido... Horrible.

Simplemente un sin fin de groserías serían suficientes para describirlo, pero ni siquiera era capaz de pensarlas, ¡Y mucho menos decirlas! A menos que estuviese furiosa -cosa que apenas había sucedido una que otra vez-.

¿Cómo no darse cuenta que el día sería una
...? Comenzando con la tristeza en su ser, después con su cocina quemada, y luego con la soledad siendo su más que fiel compañera el resto de la mañana. Y lo peor de lo peor empezaba. La entrevista de trabajo.

¿El mundo es muy pequeño, no es así?

Quién diría que aquel héroe que la había salvado horas antes era en realidad el demonio del que tanto se hablaba. ¿Cómo era que no se había enterado? Ni idea.

En realidad, sí sabía de su existencia, sin embargo no lo conocía, de ninguna forma. Nunca había pensado en él como tal. Para ella, él era ajeno a su vida. ¿Cómo sabría que «él» era nada más y nada menos que Uchiha Sasuke?

Aunque su idea de que él era buena persona se había conservado intacta desapareció al instante. Aquella imagen que tenía de él se esfumó. No era un héroe. ¿O sí?.

¿En verdad era el demonio que decían?

Sí. Quizá.

Después del trato que le dió. ¡Y después de la penuria que pasó!

No lo culpaba por enojarse con ella, en realidad, ella había tenido la culpa, sí, pero había exagerado demasiado, ¿Quién se creía?. Se sentía mal por la joven que le había apoyado. Debía regresar y al menos pedir disculpas.

Y a pesar de todo se hacía esa tonta pregunta.

Uchiha Sasuke.

Jamás se dejó llevar por la portada de un libro, sin embargo, ese día había confirmado los rumores.

Iba tarde. En realidad, aún había tiempo, pero no el suficiente.

Caminaba lo más rápido posible mientras se amarraba el cabello, sus manos trabajaban mientras su boca sostenía su liga. Era tarde, sí, ya lo sabía, esperaba que le dieran una oportunidad, bien sabía que esa no sería una buena primera impresión, pero sería la primera y última vez en llegar tarde. Había aprendido a cumplir lo que se proponía. No era que antes no lo hiciese, simplemente ahora lo hacía con más dedicación, con más responsabilidad, se lo tomaba en serio.

Vaya que el ver a Naruto en su cocina había sido... ¿Bueno? ¿Esa sería la palabra? No era como se sentía en esos momentos. No se sentía bien.

Comenzando De Nuevo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora