CAPITULO 13

46 7 5
                                    

"CONSUELO"

Después de haberla seguido supuso que se iría del lugar, pero no fue así. Ya era tarde por la noche y ella estaba en el solitario jardín.

Siguió caminando por el sendero al igual que la última vez que estuvo ahí, justamente con ella. Después de caminar, justo frente a sus ojos observó la figura de una mujer, Sentada con las manos cubriéndose la cara, agachada y en llanto, en una posición dolorosa de ver. Parecía que sufría.

¿Cuántas veces él había hecho lo mismo estando bajo la tutela de su tío? Solo con verla lo sabía, y escucharla era peor. Suspiró con pesar, honestamente, no sabía qué hacer pero bien sabía que no podía dejarla sola. Una voz en su interior minúscula pero persuasiva lo convencía de ir tras ella.

Ella hizo puño su mano, agarrando fuerte la tela de su vestido. Había un asiento a su lado, vacío. Un destello de luz le dió a los ojos y los entrecerró ligeramente acostumbrándose, la misma luz de la luna despejada que a ella también iluminó.

¿Qué necesidad tenía él de ir tras ella? Esa terrible sensación en su pecho de preocupación. Por Kami-sama, él nunca se dejaba llevar por eso, lo irritaba sentirse así, pero se odiaba más a sí mismo por estar ahí, por no poder irse y dejarla.

Frente a él estaba la misma joven que había conocido meses atrás por un choque. La misma joven que había sido novia de Naruto y que debido a él se había visto envuelta en rumores y humillaciones. La joven despojada de su apellido y de un hogar. La ex heredera. Su asistente. La chica que había puesto su mundo de cabeza. Porque era cierto, ¿Hace cuánto que no emanaba de él esa aura horrible por la que nadie se le acercaba?, todo por la llegada de Hinata y su constante precencia en su vida. No era más que un detalle nuevo en insignificante en su plan, pero poco a poco dejó de ser precisamente insignificante, ya no podía dejarla de lado. Menos ahora.

Sin imaginárselo, haber sido novia de Naruto fue lo peor que le pudo pasar ¿No?, De no ser por ello Hinata viviría aún en aquella grande mansión junto a su padre. Junto al hombre que la maltrataba también.

Bueno, tal vez haber salido con Naruto no fue tan malo, después de todo, de no ser por él ni si quiera la hubiese conocido. ¿Cómo fue que ese "amor" desencadenó todas esas cosas?

Tomaría un tiempo para volver a verla sonreír. Era extraño. Estaba ahí parado frente a ella rodeado por los árboles florecientes mesiéndose con suavidad por el aire tibio de la noche, viendo por primera vez a una Hinata rota.

La conocía de meses, pero la entendía como si se conocieran de años. Era un libro abierto para él. Sabía por qué lloraba. Sabía lo que acontecía a su al rededor sin que ella se lo contara. Kakashi había investigado sobre su vida y con eso, en ese momento, bastó.

Pero saber no era lo mismo que ver con sus propios ojos.

Saber todo lo que su vida tenía escrito, saber lo que decían hojas blancas con tinta sobre lo que ella había hecho y vivido, no era lo mismo que verla llorando sin consuelo.

Sin querer, parecía que ella lo entendía bien. Ahora al fin parecía darse cuenta de la verdadera cara que tenían esas personas. Las mismas personas que la habían roto sin querer. Él, que también conocía a las mismas personas, tampoco imaginó que podrían tener esa cara. De Sakura tal vez sí se lo esperaba, pero nunca de Naruto. Nunca.

Naruto, su primer y único amigo, el maldito sol radiante que iluminaba sus días aunque él no quisiera, que lo alegraba aunque al final se molestara consigo mismo por dejarse llevar, el sol que nunca se apagaría. También había cambiado por la vida de riqueza y falsedad por culpa de un apellido y dinero. Ese sol se había consumido.

Comenzando De Nuevo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora