Ángel o Demonio

2-No es tan facil

"Tengo que cortarlas"
Es más fácil decirlo que hacerlo. Intentar cortar un ala es igual a intentar cortar un brazo o una pierna y lo sé por experiencia.
He vomitado unas 3 veces ya, todo en mi campo de visión es rojo ahora mismo, mis manos, mi ropa, el suelo, todo lleno de sangre. Intento divisar el corte en el ala derecha mirando hacia atrás pero las lagrimas aún retenidas en mis ojos no me dejan ver nada, dejo el cuchillo encima del retrete y me limpio los ojos, genial, se me había olvidado que tenia las manos llenas de sangre, ahora la tendré también por toda la cara, parece que he salido de una película de viernes 13, puedo hacer chistes malos hasta sangrando.
No hay manera, no puedo hacerlo, además el poder moverlas significa que tendrán huesos, algo que no se puede cortar con un simple cuchillo de cocina. Tendré que pasarme el resto de mi vida en un laboratorio, yupi, jodida suerte la mia.
Cogí un trapo del primer cajón y comencé a limpiar toda la sangre esparcida, mama y papa iban a flipar, normalmente lo más jodido que le puede pasar a una hija es que se quede embarazada, pero no... a mi me tenían que salir alas ¿Y ahora que narices les digo? ¿Que bebí demasiado red Bull?
Lo raro es que ya no me dolía, me levanté para mirarme en el espejo y ver si tenia que ponerme puntos o algo así, pero creo que no iban a hacerme falta porque ya no había herida, solo una línea rosa que cruzaba la parte superior del ala ¡¿Pero que cojones soy?! ¿¡Un x-Men?!
Bueno, al menos es una cosa menos de la que preocup...
-Lexaaa, ¡ya hemos vuelto!
Oh no, joder, joder, joder, joder ¿que cojones? No tendrían que volver hasta mañana ¿que hacen aquí? ¿que hago?
Lo más inteligente que se me ocurrió fué echar el pestillo.
Los pasos de mamá subiendo las escaleras me ponían cada vez más nerviosa.
Rápidos toques retumbaron en la puerta del baño.
-Hija, ¿estas dentro? Sal de una vez, llevo todo el día queriendo entrar al baño-volvió a tocar la puerta con más intensidad.
-Espera un momento-intenté decirle con naturalidad, pero me salió más un sonido ahogado.
-¿Que estas haciendo Lexa? ¡Tengo que entrar ya!-dijo impaciente-¿¡No te estarás tocando?!?
Abrí los ojos de golpe
-¡¡¡¡MAMAAA!!!!
-Hija es algo muy normal a tu edad pero podrías hacerlo en tu cuarto porque yo¡¡Tengo que entrar al baño!!
-Mama lo siento, pero no puedo salir.
Se escuchó un búfido detras de la puerta.
-JOHN Sube aqui ahora mismo, Lexa se está tocando y no me deja entrar al baño.
¡¡¡Qué no me estoy tocando!!! -dios, mis padres son unos salidos.
Se escucharon pasos más pesados y después  silencio otra vez.
-¡Lexa! Tienes 5 segundos para abrir la puerta-retumbo la grabe voz de mi padre.
-He dicho que no puedo.
-La puerta de abrirá igual, elige, por las buenas o por las malas.
Me aguanté la cabeza con las manos a punto de soltar un grito de frustración.
-¡Que no pienso salir! Soy una adolescente ¡por dios! Necesito intimidad.
El sonido de algo metálico cayendo al suelo me interrumpió ¿!Enserio iban a quitar la puerta solo porque no quiero salir!? Mis padres están locos.
Piensa Lexa joder, como narices escondo esto.
Cogí una toalla del armario y me la eche por encima justo cuando la puerta se abrió.
¡Lexa!¿por que no habrías la puerta?-dijo mi madre entrando al baño.
-Me estaba duchando¿ves?-señale la toalla.
-Pero si tienes los pantalones puestos y estas más seca que las plantas del jardín.
Soy gilipollas, enserio, las ideas me llegan con retraso y lagunas.
-Eh... mamá...esto...de verdad que no es nada-intenté decir lo más creíble posible.
-¡Y quítate ya esa toalla!
-Es que tengo frio-mis excusas dan pena.
Mi padre que estaba intentando colocar la puerta otra vez entró y se puso a la altura de mi madre.
-Entonces coge una manta no una toalla.
-¿Que ocultas Lexa?-dijo mi padre.
-Ehh mejor me voy.
Intente escivar a mi madre pero cuando le di la espalda note un tirón y la toalla cayó al suelo, me tape con los brazos instintivamente, pero entonces me di cuenta y me giré lentamente viendo la cara de terror de mis padres que se habían quedado paralizados.