Take me back to the start [CLEXA AU]

Capítulo 1:Todo vuelve a empezar

Todo vuelve a empezar

El despertador volvía a sonar a las 6.30 como cada mañana, dando comienzo nuevamente a la rutina diaria. Clarke Griffin, una joven arquitecta de unos 28 años, lo apagaba y sin quejarse se levantaba, mucho antes que su esposa. Tomaba una ducha, para luego despertar a su pequeña niña, y prepararla para la escuela. Cada día era igual.

La joven arquitecta, era una mujer rubia, de ojos azules, con una belleza que no tenía comparación, tanto por fuera como por dentro. Sin embargo, a través de su mirada no podía observarse más que un alma apagada y vacía. Ya no irradiaba aquel brillo que tanto la caracterizaba en su juventud. Era feliz, no podía negarlo, tenía el mejor rol que puede llegar a tener una mujer en la vida, el de madre, pero luego de eso ya no existía nada más. Su vida entera era la pequeña Jasmín de 5 años, la luz de sus ojos, su felicidad plena y por la que daba todo de ella misma y más. Su motor e incentivo de cada día.

Su esposa, Ontari era 5 años mayor que Clarke. Una abogada de carácter bastante duro, que se complementa con su profesión, pero con que con la edad se había vuelto más severo y controlador. La mujer de 33 años, morocha, con postura y sumamente atractiva, había logrado enamorar con su personalidad a una Clarke en plena etapa universitaria, en donde las palabras vueltas promesas y pintadas de amor, pretendían hacer de la vida un mundo de perfección. ¿Quién no ha soñado con un futuro perfecto, con la pareja perfecta, en donde todo es felicidad? Clarke era de aquellas soñadoras, llenas de una inocencia pura, y Ontari se había encargado de potenciar aquello. Dio vueltas su mundo y consiguió que fuera su único centro. Clarke, no tenía ojos para nadie más, no vivía para nadie más. Únicamente para la joven castaña. Todo empezaba y acababa en ella.

Durante los primeros años, obviamente, fueron como muchos lo describen: "mágicos". La joven arquitecta tenía la certeza que la abogada era el amor de su vida. Se casaron a muy temprana edad, por deseo y anhelo de la mayor y tuvieron la grata oportunidad y alegría de tener a Jasmín, un año después. Ambas jóvenes, profesionales, con toda una vida por delante que prometía nada más que felicidad, y prácticamente envidiable por cualquiera.

*FLASHBACK*

―¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda!― Se quejaba Clarke mientras se ponía el vaquero intentando no perder el equilibrio. Sus vecinos habían decidido tener una fiesta hasta altas horas de la madrugada sin importarles que fuese mitad de semana.

― ¡Ah! ¡Demonios! ―Exclamó cuando sin poderlo evitar, se enredó con su propio pantalón haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo sin siquiera poderse sostener de algo.

―¡Malditos hijos de sus madres que hacen fiestas durante toda la noche! ―Se quejó.

Como pudo, Clarke se puso de pie, terminó de colocarse el vaquero y se acomodó la camiseta de tirantes. Miró un segundo por la ventana, estaba nevando, un hermoso y perfecto día de invierno. La rubia agradeció que ese miércoles, no tuviese que salir del edificio, las aulas estaban conectadas por un puente interno que unían un edificio con el otro.

Se colocó una sudadera, guardó todos los apuntes y libros en su mochila para poder al fin marcharse a clases.

― ¡Demonios! ―Dijo luego de comprobar que su móvil tenía solo 15% de batería. La rubia tomó el cable que estaba conectado en él, lo siguió y se dio cuenta de que nunca lo había conectado en la corriente. Vaya día estaba teniendo...

Lo guardó de todos modos en su mochila y salió rápidamente de su habitación, no había nadie en los pasillos de los dormitorios y tampoco en los pasillos de los salones de clases. Era demasiado tarde y Clarke lo sabía, era consciente de que no podía tener otra llegada tarde en la clase de historia, el profesor no era muy paciente y ella no la tenía demasiado fácil con esa materia, la historia no le gustaba, pero hacía su mayor esfuerzo para poder pasarla ese año.