Capítulo 10: Entre la guerra y la paz

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Entre la guerra y la paz

Ya habían pasado dos semanas desde que Clarke y todo su equipo trabajaba con Lexa en la remodelación del nuevo restaurante. Las paredes que debían ser derribadas ya no existían, y aquellas que tenían que ser pintadas llevaban su primera mano. Aquel lugar empezaba a tomar forma. Luego de que instalaran toda la cocina y que un inspector aprobara la habilitación, Lexa sintió una felicidad única, porque sabía que muy pronto podría abrir las puertas de su restaurante y hacer que cientos de personas disfrutarán de una experiencia única de sabores con sus platos especiales. Estaba ansiosa, y a la vez, no quería que acabara todo ese movimiento incesante de la remodelación, porque sabía que cuando todo estuviera listo, no podría ver a Clarke todos los días. Aquello le producía una especie de dualidad entre deseos.

Las charlas al finalizar la jornada se habían hecho constantes, el café era el anfitrión en medio del polvillo, el olor a pintura, peldaños y escaleras. Pero sin importar la decoración desordenada ambas mujeres lograban crear un clima que iba mucho más allá de la comodidad exterior.

Lexa y Clarke, sin quererlo se volvieron muy cercanas, llegando a volverse amigas. Clarke encontraba un lugar de catarsis junto a ella, y Lexa, disfrutaba de escucharla.

Había días que las charlas se prolongaban y otros en dónde duraban hasta que era hora de buscar a las niñas al colegio, o dependiendo de otros proyectos de Clarke. Sin embargo, la rubia, se había encargado de quitarse trabajo, para dedicarse de lleno al de Lexa; aunque el trabajo claramente era la excusa.

Para la tranquilidad de la arquitecta, su esposa estaba demasiado ocupada y ensimismada con su propio trabajo como para darle importancia al de ella, por ende, el tema de tener de cliente a Lexa no era un problema porque aún no lo sabía. Así que estaba más que relajada y sin una gota de culpa.

Las peleas dentro de la casa de la arquitecta y la abogada iban en aumento y siempre surgía algo por el cual discutir, sin embargo, Clarke estaba tan cansada de aquello que intentaba evadirlas y restarles importancia, no quería que las disputas que mantenía con su esposa la terminaran consumiendo.

Jasmín y Jane se habían vuelto cada vez más inseparables, y esto le daba mucha alegría a Luna, el ver a su hija tan bien y alegre le daba la tranquilidad que buscaba luego de la separación con Lexa.

Ontari por su parte, pasaba sus días casi completos en la oficina, por trabajo o porque tan solo no quería regresar a su casa. Hayley, era una insistencia constante en cuanto a provocación se tratase. Siempre que la veía estresada o de mal humor lo tomaba como camino libre para lanzarse como animal salvaje hambriento de deseo. Y pese a que Ontari, por su orgullo se resistía a darle el gusto, se desquitaba en su piel volviendo todo un juego de seducción e infidelidad que de cierta forma la excitaba muchísimo. A la abogada poco le importaba probar un poco de un fruto no sólo prohibido y jugar con fuego en lugares en donde podía ser descubierta; sabía que ella tenía el control, adoraba tenerlo. Sé sentía omnipotente y llena de poder, y eso era lo que más la extasiaba. Lo más lamentable era, que no temía perder a Clarke, porque tenía la certeza de que la rubia era suya, como si de una propiedad se tratase, y no la perdería al menos que la abogada así lo quisiese. Todo aquello sobrepasaba el límite de una mente perversa y manipuladora.

Clarke estaba atravesando un proceso, en donde las vendas que tenía en sus ojos poco a poco se estaban cayendo, y sin darse cuenta, era Lexa la que ayudaba a eso. Su corazón estaba cegado a tantas cosas, que en muchas ocasiones no la dejaba ver más allá, pero esas charlas y la amistad que se había creado con la joven chef, ayudaba a que de a poco su alma comenzará a ver con otros ojos. El problema estaba en, hasta donde Clarke deseaba mirar sin dejarse acobardar. Sin embargo, imposible es reprimir al amor, porque hace tanto ruido que tarde o temprano sale a flote; y todo aquello puede brotar con un simple beso.

Take me back to the start [CLEXA AU]Where stories live. Discover now