Capítulo 2

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Cuatro años habían pasado desde el nacimiento de Avery hasta ahora, el paradero de los Night había sido revelado y su plan de vivir apartados de la gente por el "bien" de su hija se esfumó. Tenían que tomar una decisión, no podían despertar todos los días con los paparazzi pegados a la ventana, fotografiando cada cosa que el matrimonio hiciera, cada día salían fotos y más fotos y más que nada de la pequeña Avery (quien era el objetivo principal de los medios)

Un día, un amigo cercano a la familia llamó, para ofrecerles una casa en Japón, una de sus muchas propiedades y ofrecerles que se mudaran a aquel país

- ¿Qué te parece la idea Stephen? – preguntó el hombre al teléfono

- No lo sé – respondió – depende también de Celest ¿sabes? Su trabajo está aquí, no podemos simplemente abandonarlo

- Piensa en tu hija Stephen, piensa en lo mejor para ella – insistió el hombre – aparte, es una buena oportunidad para que se conozcan

- Tienes razón – concordó Stephen – igual, hablaré con Celest y te aviso luego

- De acuerdo, la casa se quedará aquí, no hay prisa – dijo el hombre- ten un buen día Stephen

- Igualmente – dijo Stephen terminando la llamada

Se dirigió a la cocina donde se encontraba su esposa y su pequeña hija, haciendo tarea de la menor, le hizo una seña a su mujer para que fuera con él, Celest asintió y lo siguió

- Mami regresa en un rato – le dijo a su hija dándole un beso en la coronilla y fue hacia donde su esposo - ¿Qué pasa Stephen? – preguntó

- Hace rato llamo Ryu, nos dijo que nos podía alquilar una casa allá en Japón, para que fuéramos a vivir – explicó el mayor de los Night

- Stephen – dijo Celest con un tono de cansancio – ya lo hemos discutido, no me iré a Japón

- Hazlo por Avery, no quiero que crezca de este modo – dijo Stephen señalando a su hija – por favor Celest – insistió de nuevo – si no te quieres ir, me llevo a mi niña

- ¡¿estás loco!? – exclamó Celest – no te llevaras a Avery

- No es una opción, nos vamos contigo o sin ti – dijo Stephen poniéndole fin a la discusión

Los padres de Avery se habían casado por obligación, un matrimonio arreglado, ninguno de los dos sentía afecto por el otro, y cuando Stephen le avisó a Celest que arreglarían el matrimonio de Avery, ella se opuso, no quería que su hija viviera toda la vida con una persona que no amaba, lo peor es que no se podía divorciar, sino le desheredaban todo y si se llegaban a separar, Stephen se quedaría con Avery. Pequeñas lagrimas se adueñaron de Celest, con tan solo imaginar eso, la ponía triste

- Mami – dijo Avery acercándose con su cuaderno en la mano –¿Cuánto es diez más uno? – preguntó la niña, sacando a su madre de sus pensamientos

- Once, pequeña – respondió sonriéndole

- Ah, ya sabía – dijo riendo y anotó la respuesta en el cuaderno

. . .

Al día siguiente, el padre de Avery fue el encargado de comprar los boletos para Japón, mientras que su madre, hacía una lista con todo lo que iban a necesitar: comida para el viaje, pasaportes, comprar nuevas maletas entre otras cosas

- Puedo llevarme esto y esto y esto – dijo Celest anotando todo en la lista – mmmm, esto no – dijo descartando una prenda

- Mami ¿A dónde vamos? – preguntó la pequeña entrando al cuarto de su madre

- A unas vacaciones – mintió Celest, no quería decirle que se mudarían y que nunca volverían

- ¡a la playa! – exclamó la niña brincando por la emoción

- Algo así – respondió – ve y elige la ropa que te quieras llevar, estaremos mucho tiempo allá – dijo pellizcando la punta de su nariz con cariño

Avery salió de la habitación hacia a su cuarto, a hacer lo que su madre le había mandado, mientras que Celest seguía con su trabajo. Entre compras y arreglar maletas arribó la noche, solo faltaban unas cosas más por subir, pero nada que no pudieran hacer mañana antes del mediodía, su vuelo partía a las tres de la tarde y llegarían a esa misma hora, pero del día siguiente. Después de haber arropado a su hija, Celest se dirigió a su cuarto a hablar con Stephen

- ¿Esto no será por lo del matrimonio? – preguntó a su esposo quien estaba leyendo un libro recostado en la cama

- ¿Qué cosa? – preguntó fingiendo que no sabía nada

- todo este viaje apresurado a Japón – respondió obvia

- quiero un cambio de aires – dijo cortante Stephen

- claro... - dijo sin creerle – irte a vivir a la casa del hombre que quiere que mi hija se case con su hijo, es un buen cambio de aires – su esposo no le contestó – sabes que no me gusta esta idea

- no es tu decisión – volvió a responder cortante

- es mi hija también – dijo reprimiendo gritarle a su marido - ¿Qué yo no puedo decidir? – de nuevo no hubo respuesta 

✨NOW   OR     NEVER✨| Shu Kurenai x TN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora