« Capítulo 1 »

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Rondo por los pasillos de la preparatoria para llegar a mi clase mientras 18 de 5SOS retumba en mis oídos y mis dedos teclean sobre la pantalla de mi celular con la intención de hacer creer que realmente lo hago.

Llegué al último pasillo que me dirije a mi salón, justo antes de llegar mi cuerpo chocó con otro y caí haciendo que despegara la vista de la pantalla y me quitara los audífonos.

Las risas burlescas hacen eco en todo el pasillo, pero eso es lo que menos me importa ahora. Alcé la mirada y comencé a escanear de pies a cabeza al chico que está frente a mí. Tenis negros de marca Nike, guau, tiene mejor gusto de tenis que yo, los míos ni siquiera son de marca. Procedo en sus jeans del mismo color, luego una camisa blanca y chaqueta de cuero; y yo, ahora que se me ha ocurrido el plan, unos vaqueros y una blusa de mangas largas pegada al abdomen color rosa pastel. Y por último mi vista se dirije a su rostro. Mi piel se eriza al conectar mis ojos con aquellos que podría estremecer a cualquiera.

Christopher Vélez; un chico común y corriente, pero que puede volver loca a quién quisiera, pues el ser el típico chico nada hablador y con bajas notas no lo hace un completo feo, sino, un símbolo sexual; al menos es como le dicen todos los del instituto. Labios rojizos y carnosos, un piercing de ganchito en su ceja izquierda, tez blanca y por último sus ojos color marrón pero no del cualquiera, un café claro pero de esos que en la luz brillan más que el sol, y que en la oscuridad son completamente negros.

Vuelvo a la tierra y sacudo mi cabeza mentalmente, no puedo parecer una tonta frente a él.

«Esto no fue lo que acordamos, Ágata». Me dije a mí misma por aquel plan tonto que tenía planeado desde que comencé a sentir atracción por Christopher. El punto es, que el plan era chocar mi cuerpo intencionalmente con el de él y caer encima suyo, pero al parecer el destino quería otra cosa muy diferente. Pero aún así, esto vale mi dignidad, pero también la pena.

Sus amigos que lo acompañan ríen a carcajadas, pero Christopher no. Al parecer tiene un mal día hoy. No... Christopher es un aguafiestas que no conoce la acción "sonreír."

Logré llevar la mirada al suelo y tome mi celular junto con mis audífonos, me dispongo a levantarme pero antes de eso, su mano, la mismísima mano del mismísimo Christopher Vélez me la ha otorgado.

Volví a mirarlo y este ladea su cabeza esperando a que corresponda su extraña formalidad de tenderme su mano para levantarme del piso.

Que vergonzoso se escuchó eso, ¿Verdad?

Finalmente pude tomar su mano y me levantó del suelo. Ahora su mirada está bien fija en mí, y la mía en él. Puedo imaginarme pajaritos volando al rededor mientras que el momento simplemente es para los dos.

Para él y para mí...

Christopher y yo...

Ágata... Ágata... ¡Ágata despierta! Dijo mi subconciencia repetidas veces.

Una sonrisa torcida se formó en su rostro, genial, ahora mis manos comienzan a sudar por eso.

─¿Eres muda acaso? He tenido en claro que te encanta participar en clase ─se dispuso hablar, pero... ¿A mí?

Volví a la tierra y ahora todo es diferente, no hay pájaros ni juegos artificiales, todo fue una imaginación. Al menos estando frente a él no lo es. Finalmente me solté de su mano grande y adornada de unos cuantos tatuajes, y me dispuse a responder:

─Entonces debes saber que no soy para nada muda ─dije lo único que se me ocurrió.

Este sin dejar de sonreír soltó una risa. Christopher ha reído por mi comentario. Por lo único que se me ocurrió decir justo el primer día que intercambiamos palabra.

Sólo Atracción (ESTRENO)Where stories live. Discover now