El Chico De Los Converse Negros [✔]

Capítulo 29

Trago saliva viendo al padre de Abbey delante de mí.

Trae un traje, así que supongo que acaba de salir de la empresa de Molly, y tal vez ella no este aun aquí, en casa con ellos.

Claro que no lo está, sino yo no estuviera aquí, enfrente de su casa. Aún estoy algo sorprendido de haber visto el nombre de la persona que estaba llamando a Matthew, M. Coleman significaba Molly Coleman, la única persona con aquel apellido que había sido socia de la empresa de Matthew.

Era más que posible que Matthew no nos persiguió en su auto por seguir atendiendo la llamada, menos cuando el dinero tiene algo que ver.

¿Era Matthew el hombre con el que Molly se había besado? Aun no lo sabía por completo, tenía muchas pistas que me llevaban por el camino de que él había sido aquel hombre con el que Abbey y yo lo vimos cuando fuimos a Coffee Central, y después cuando los vimos en el parque.

No quería decir algo sin tener las pruebas suficientes, no lo podía hacer cuando ahora sabia más que nunca que Matthew también me odiaba a mí. No quería que, por culpa de eso, me llamaran mentiroso y siguieran llamándome cómplice de lo que mi padre hizo.

—Bien, Nash... ¿realmente fue por una lesión por la que saliste del equipo de hockey o fue porque te expulsaron del equipo? —su pregunta me hizo maldecir mentalmente.

Bien, habíamos comenzado bastante bien... maldita sea.

—Papá... —Abbey trato de ayudarme, pero yo ya no quería seguir mintiendo.

—Fue porque me expulsaron, señor Brooks —respondí con el rostro viendo hacia el piso, respiré el aire que necesitaba y alcé el rostro para ver al señor Brooks.

—Sabes que por culpa de lo que hizo tu padre algunos quedaron sin trabajo...

—Mire señor Brooks, lo único que yo quiero es dejar de mentir, hacer que los demás dejen de pensar que tuve algo que ver con lo que mi padre hizo. Yo no soy culpable de nada, ni siquiera sabía lo que mi padre estaba haciendo con aquellos millones de dólares o lo que hacía en su empresa —exclamé pasando ambas manos por mi pelo.

—Los demás te ven como un cómplice.

—Lo sé. Pero esas personas no pueden entender que yo no tuve nada que ver.

—¿Por qué no? ¿por qué te creería? —aquello fue un golpe en el pecho, pero quería demostrarle que no tenía nada que ver.

—Porque yo había llegado de una fiesta, yo había entrado a la casa, a la oficina de mi padre y lo que él me dijo fue tonto «Todo estará bien» me deje creer aquella frase cuando los oficiales de policía estaban rodeando nuestra casa, pidiendo que mi padre saliera por su cuenta o ellos entrarían por él. Mi madre estaba llorando, no sabía que estaba pasando. ¿Cómo iba a ser el cómplice de mi padre? Yo no sabía absolutamente nada de lo que él estaba haciendo y tampoco de lo que estaba pasando —confesé conteniendo las ganas que tenia de llorar, estaba harto de que nadie tomara en cuenta mi versión de lo que había visto yo aquel día, solo porque era un estúpido chico de preparatoria.