Capítulo 16: Gracias, colchón improvisado.

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Cheryl Jones.

El paisaje es hermoso, las luces que provoca la cuidad combina con la noche. Noah está a mi lado, sentado encima de unas toallas y mantas que había en el auto, este se ingenio e hizo un colchón improvisado.

Pero cómodo.

Los dos estábamos en silencio. Solo gozabamos de la compañía del otro, todo era perfecto, al menos para mí lo era.

¿A cuántas a traído aquí?

Esa pregunta no dejaba mi mente. Era un poco exagerado, digo, yo no era nadie formal en su vida como para hacer esas preguntas o hacerle escenas de celos; pero mi cerebro extraño que tenía complejidad de querer hacer que el chico malo cambie por mí me convencía que lo cuestionara, suspire rendida mientras sentía su mirada.

Esto me pasa por ver películas tan tóxicas.

—Noah, dime, ¿Cuántas has traído aquí? En este punto.

—Aquí no había traído a nadie.

¿Espera que me crea eso? ¡Por favor!

Lo mire y él a mí.—Hasta ahora—
sonrió mientras giraba un poco su cuerpo para verme mejor.

—¡Ay, enserio!—comenté riendo—, Si que tienes talento para mentir, porque eso suena irreal cuando lo dices, supongo debes saberlo.

Él solo me miraba juguetón sin quitar su sonrisa.

¿Le daba gracia? Ja.

—Eres un patán, no has cambiado ni un poco; dime.. ¿Cuál sería tu excusa o la diferencia entre lo que sucedio?

Odio ser interrumpida, y se que lo sabe.

—La diferencia eres tú.—sonrio, provocando que sus oyuelos se marcarán.

Que linda sonrisa.

Negué con la cabeza, era imposible.
¿Espera que me crea eso? Soy una chica preciosa, y eso lo sé, pero había miles más con las cuales coquetea todos los días.

Reí—Estás loco si piensas que creeré ese chiste tuyo.

—Estoy loco por ti, Cher.

Loco por mí al que le debo dinero.

Giré la cabeza negando, mientras mordia mi labio para suprimir la sonrisa de mensa que se formaría al haber escuchado eso, cuando acabará su farsa le haría burla.

Él mujeriego tenía talento.

—Tienes talento—este carcajeo— pero de viejo rabo verde.

Ahora si ríete, mujeriego.

Mi risa de foca explotó al ver si cara de indignado, después de unos dos minutos donde me observaba con fijamente, decidí que era hora de dejarme de mi chiste que para sus humor de amargado no estaba divertido. Giré mi cuerpo hacia él.

—Si de verdad quieres que te crea, habrá reglas, Flynn, y yo las pondré. ¿Crees que tu orgullo pueda con eso, o de una me levanto y me robo tu camioneta para ir a mi casa?

—Mi orgullo sorprendentemente puede con tus reglas, testa Rossa.

—Bien, en primera, no quiero más peleas.

—Hecho.

—Dos, no vas a decirme que puedo y no hacer, nada de órdenes, limitaciones, nada.

—Te lo prometo.

Ni la va a cumplir.

—Y tercera, si vamos a seguir con esto, nadie lo puede saber a excepción de Elle. Solo hasta que encuentre la forma de decírselo a Lee y Damián.

NOTAS DE AMOR | Noah Flynn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora