One Shots - Mentes Criminales

「Spencer Reid」

MOVING ON
Categoría: triste

todo lo que tenían eran ellos mismos, todo lo que quieran era estar una junto al otro.

— tienes idea de lo que serás — ______ está mirándolo emocionada, tiene una carta en las manos.

— ¿Que seré? — el genio la mira, tiene brillo en sus ojos, le brillan más que nunca.

— serás exitoso, mierda mírate vas a la universidad — ella sonreía más que nunca — la MIT

— lose, la universidad —

— no esperaba más de ti genio — el ríe, es su mejor amiga, desde niños ella era la que alejaba a los tontos de el, una que aveces se tenían que separar.

. . .

— Primero doctorado — ella le sonríe mirando a su amigo con un traje y tenis.

— iré por más —

— claro que irás por más — ella lo abraza, a pesar de la distancia no había semana en la que no se vieran, navidad y año nuevo la pasaban juntos y halloween se las ingeniaban.

— soy doctor — ellos ríen

— doctor con traje y tenis — se burla

— mantienen mi estilo —

— son tu esencia — le sonríe

— siempre eres cursi —.

— y tú muy genio —

Estaban cerca, demasiado, casi sus narices se rosaban, eran como imanes que pedían ser juntamos, que entre más cerca más se deseaban el uno al otro.

— Reid — el no decía nada se mantenía con la mirada sobre los labios de ________, solo se permitió negar un poco con la cabeza, pero solo los únio más.

— solo déjame hacerlo — la voz del chico era un susurro, apenas audible, sin pensarlo mucho ella termino con la distancia, besándolo, 17 años, solo eran unos jóvenes.

. . .

— sabías que la mayoría de relaciones jóvenes llegan al matrimonio — ella lo miro, jugando a entrelazar sus dedos

— ¿Cuál es el porcentaje? — no le molestaba los datos curiosos de Reid, al contrario se sentía especial de que el chico se los contará.

Que así fuese de cuántos tiburones hay en el planeta, el porcentaje de personas con algún riesgo o la teoría de dónde venimos, lo escuchaba, todo. Cada una de las palabras que el tenía que decir.

— 87 % — ella sonrie

— ¿Que pasa con el otro 13%? —

— son el amor insuperable de por vida —

— defensivamente lo serías — ella asiente.

. . .

— ¿Porque tan poco? — así eran sus conversaciones, datos curiosos o random que salían de ambos, que dibagaban mientras hacían cualquier cosa.

Justo ahora estaban sobre el cofre del auto de _______ comiendo donas y helado.

— no lose, supongo que no a avanzado tanto la ciencia —.

— solo el 7% del océano a sido explorado — ella niega — debe ser gigante

— lose — el sonríe, el cabello de Reid siempre le encantó, ahora estaba despintado, unos hoyuelos se le formaban a los costados de esa sonrisa y una de sus delgadas manos está entrelazada con la de ella.

— el mar debe ser... Como el universo — el asiente

— y yo te amaría hasta el fondo de él —

. . .

— ¿Se acabó? — sus ojos están llenos de lágrimas, mientras el amor de su vida tiene una maleta en la mano, dónde se lleva todo, era increíble como en una maleta cabía todo lo que necesitas para empezar de nuevo.

— no te puedo atar a seguirme — el niega, claro que se arrepiente de lo que está haciendo, le duele verla destruida.

— no me estás atando, me está abandonando —

— y lo siento mucho — el la abraza, se siente frágil, se siente rota.

— espero verte de nuevo, algún día — le susurra ella, sabía que era una despedida y que no eran de ese 87 % de relaciones jóvenes que terminaban en matrimonio, eran del otro 13%, ese del amor insuperable.

— aún te amare hasta el fondo del mar — beso la frente de su chica y salió, se fue.

. . .

Pov. Spencer Reid

La recordaba, su cabello que había pintado y cortado cuando entramos a secundaria, el flequillo que se hizo cuando entro en crisis. Sus ojos que me miraban como si fuese el hombre que más amaría nunca.

Y yo sabía que había Sido el más afortunado por qué ella me mirara así.

Cómo me miro cuando me fui, como con ese abrazo supe que las estadísticas tal ves eran ciertas, era mi amor imposible de superar.

— ¿Estás bien? — estábamos en el avión, miraba mi teléfono cuando Morgan me interrumpió.

— si, todo bien — habíamos tenido un caso en las Vegas, era imposible no pensar en ella estando ahí.

— ¿Quien es? — la había encontrado en Facebook, miraba sus fotos.

— una vieja amiga —

Era el amor de mi vida, era la chica que más había amado.

— ¿Vive en las Vegas? — asenti — ¿Porque no la visitaste?

— por qué no podría, tal ves en un futuro. Cuando no importen las cosas que importan ahora — el me miró sin entender.

— fue mi primer amor — el asiente entendiendo — pero cuando el día de hablar llegué, estará bien.

— ¿Ella es la chica que nos contaste? La chica que te dijo que los tenis y traje eran tu esencia —

— es ella — aún lo usaba así, lo usaba por qué a ella le gustaba

— ¿Se casó? — asiento — vaya

— pero al parecer se está divorciando —

— ahora son adultos —

Solo asenti, tenía razón, éramos adultos. Tal ves eso es lo que nos había alejado, los sueños y glorias que queríamos alcanzar.

Pero aún la amaba y lo seguiría haciendo, la amaría hasta el fondo del mar.

Y el día en el que nos veamos de nuevo, no importan las glorias, los errores o fracasos, pero hasta que ese día llegue, tendré que seguir adelante.