El Hombre de Bata Blanca, parte 1

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Era como sumergirse en una lago frío e incierto, así es como lo interiorizó para si mismo Morty mientras bajaba las escaleras que eran largas y estrechas, hasta toparse con una nueva puerta, igualmente hecha de un metal pesado, de un color gris blancuzco. A su izquierda de esta se encontraba una pantalla con un scanner azul con el dibujo de la silueta de una mano.

A sus espaldas, Morty pudo escuchar pasos que bajaban apresuradamente, los cuales identificó pertenecientes a Rick, debido al traqueteo de las suelas. Cuando hecha un vistazo sobre su hombro él ya esta ahí, mirándolo con una expresión ilegible.

- Morty...

- No lo digas, no me pidas que lo considere y me detenga cuando tu fuiste el que me animó a que lo intentara.

- No iba a hacerlo pero, pensé que sería mejor si tenías a alguien que te acompañara, por lo que sea que pueda pasar.

- Estaré bien -Rick notó como por primera vez, todo su lenguaje corporal del muchacho mostraba una seguridad absoluta, similar a la postura de un luchador antes de una combate, con la mirada firme y los pies bien puestos en el ring, porque esa es la actitud de alguien que no se dejará vencer. Pero este no era un combate, ni había un ring y tampoco nadie contra quien perder, excepto el posible shock emocional que podía sufrir Morty si descubriera algo que no fuera tan grato.

-Solo me refería a que...-El androide aparta la mirada unos segundos -no tienes que hacer esto solo - Morty suaviza su semblante y las comisuras de sus labios se levantan con aprecio.

- Lo sé, gracias.

Por su parte Rick se mantuvo sereno, pero con un gran sentimiento de incertidumbre. Se sentía extraño, pero sobre todo temía por Morty.

- Supongo que papá se ha quedado arriba. -el androide asiente.

Por otro lado Morty, pese a la familiaridad que esto le traía y que gracias a eso no se sentía en peligro en este nuevo sector de la casa, debe admitir que en una gran parte si, sí se sorprendió y esta muy en lo profundo, temeroso de lo que pueda hallar. Ya le ha quedado muy claro que su antecesor no era alguien común.

Intuyendo lo que debe hacer, Morty coloca su mano izquierda en la pantalla, y en automático, esta escanea su palma, brillando en verde. Luego, la pesada puerta se abre en un sonido metálico.

- Bienvenido de vuelta, Morty Smith. -dice la misma voz robotizada de la primera puerta.

La mención de su nombre le provoca escalofríos. Sus ojos brillan en emoción al ver frente a él, un extenso laboratorio, casi tan grande como toda la planta baja, lleno de distintos artefactos que de inmediato reconoció en algunos de los dibujos del diario y no solo eso, había pantallas, mesas de trabajo, instrumentos que identificó como material para experimentos químicos y quirúrgicos. Era un laboratorio bastante completo, aunque tenía un aire de ciencia ficción.

Morty avanzó con cautela admirando cada detalle mientras que se le escapa un suspiro de sorpresa. "¿Cómo? ¿Cómo es posible que esto pueda existir dentro de la casa?"

De pronto, una pantalla descendió desde el techo asustándoles un poco. El aparato al instante se encendió mostrando un circulo de carga, para posteriormente comenzar a reproducir un vídeo. En el se mostraba la imagen de una silla vacía de esas que tienen respaldo, en medio de lo que parecía ser ese mismo laboratorio. Intrigados, avanzaron hasta estar de frente a la pantalla.

De fondo se escucharon un par de ruidos de cosas moviéndose, hasta que la figura de un hombre de bata blanca se interpuso para acomodar la cámara, se alejó lentamente de esta y por ultimo, tomó asiento.

Era él, Rick. Su Rick.

A Morty se le apretujó el corazón y su estomagó dio un vuelco, su pupilas se dilataron de la emoción y el miedo que sentía por igual.

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