colores complementarios

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tengo un recuerdo clavado en la memoria, un recuerdo que veo con una nitidez sorprendente entre tantos sucesos borrosos que me atormentan frecuentemente. se trata del día en que, en medio de una conversación trivial en la que nos devorábamos el cerebro, me dijiste tu color favorito. yo te dije que ya lo sabía, porque lo veía en tus ojos. lo veía en el aire que te rodeaba, simplemente era algo que yo ya sabía antes de que me lo dijeras. era un color que te representaba perfectamente, eras tú resumido en un estímulo visual.

también te dije mi color favorito, pensaba que te lo debía. quería que lo relacionaras conmigo para el resto de tus días, era algo tonto pero importante para mí. es el color que impregna mi alma, es el color con el que desearía cubrirme la piel, el pelo, los ojos, la ropa, los labios, las manos, y manchar todo lo que toco con él, y sentir que la gente me verá cuando vea las manchas. me he sentido así desde que tengo uso de razón, y apostaría mi vida ahora mismo a que nunca cambiará.

también pensé automáticamente en lo bonito que se veían nuestros colores juntos. nosotros también solíamos hacerlo, la gente por la calle nos decía que estábamos hechos el uno para el otro. yo llegué a creérmelo, que jamás me vería tan bien junto a nadie como junto a ti, que jamás podría ser de otra persona que no fueras tú. era tan convincente, era tan claro, nadie podría complementarnos como el uno al otro.

un día, descubrí que nuestros colores eran complementarios. son colores que se neutralizan por definición, se favorecen el uno al otro, son la combinación perfecta. el tuyo lucía sol de las nueve de la mañana, energía pura y radiante, el mío nostalgia de las nueve de la noche, encrucijadas y magia negra. su fuerza visual hace que todo el mundo quiera ser alguno de ellos. nosotros nos regozijábamos cada vez que alguien quería ser como nosotros, viendo nuestro amor reflejado en cada una de sus tonalidades.

¿cómo no íbamos a ser el uno para el otro? la estética era perfecta. sin embargo, hoy día comprendo mucho más que en aquel entonces. hoy día sé que los colores son solo códigos visuales. un reflejo de luz, una ilusión óptica. poco a poco recupero los recuerdos, mientras te voy dejando atrás. y me doy cuenta de lo mucho que nos derramamos en nuestra imagen. poco a poco recuerdo el momento en el que te dejé de ver. y me di cuenta de que, por dentro, te mataba la oscuridad.

poco a poco nuestros dos colores se quedaron indefensos, incapaces de seguir sosteniendo nuestras penas. poco a poco la tinta empezó a calar, y me manchó hasta lo más profundo de mi existencia.

tuvimos que partir en direcciones opuestas, poco a poco lo voy recordando todo. un día seré capaz de contar la historia entera, y espero ya estar muy lejos de ti. aunque sé que, en el fondo, siempre vas a estar ahí. increpándome, aterrándome por las noches. tu color siempre va a seguir ahí, justo en frente del mío en el círculo cromático. tus ojos siempre van a seguir ahí, clavados a fuego en mi recuerdo.

la casita blancaWhere stories live. Discover now