𝑪𝒐𝒏𝒆𝒋𝒊𝒕𝒐 // 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏

𝟏𝟎

El pelinegro estaba bajo las cobijas de su cómoda y mullida cama, dejando simplemente una pequeña porción de su carita a la vista mientras MJ acariciaba su cabello con cariño.

-Hyung, ¿es malo ser un híbrido?.- Preguntó con sus ojitos llenos de desilusión.

MJ sintió que su corazón se apretujó en su pecho, apachurro al menor entre sus brazos como una oruga debido a sus mantas y negó.

-Eres increíble, Wonnie. Nunca creas lo contrario, ¿si? No hay nada de malo en ser diferente, eso nos hace especiales.

Eunwoo sonrió levemente.

-Suenas como Rocky Hyung.

MJ abrió su boca indignado, debido a que ambos no eran "los mejores amigos del universo" Y casi la mayor parte del tiempo discutían por cosas tontas.

-Eunwoo, entiendo que te sientas mal pero si me comparas de nuevo con él, juro patear tu culo y dejarte en el suelo.

El pelinegro rió, hundiéndose en el pecho de su mejor amigo y dejándose llenar de su calor.

-Rocky Hyung no es malo, MJ. Deberías darle una oportunidad y conocerse.- Opinó, bostezando y cerrando sus ojitos.

MJ no dijo nada, sólo apoyo su cabeza en el respaldo de la cama y cerró sus ojos, sabiendo que el menor se dormiría entre sus brazos.

O ese era el plan hasta que el golpeteo en la puerta de entrada no dejaba de molestar a ambos.

-Iré a ver quién es.- Avisó el rubio y Eunwoo asintió.

MJ al abrir la puerta quiso cerrarla de inmediato, pero las manos de Moonbin impidieron su accionar.

-Espera, por favor.- Pidió el azabache.- Ustedes tenían razón, yo... fui un idiota, pero no quiero perderlo.

El rubio dudó, miró duramente al azabache y luego de creer ver buenas intenciones en sus ojos, se hizo a un lado, dejándolo pasar. Para suerte de Monbin, ambos chicos se encontraban solo. Y es suerte porque el azabache no sabría como comportarse ante la familia del pelinegro. Eunwoo conocía a sus padres pero nunca había invitado a Bin a hacer lo mismo con los suyos, por que sería incómodo.

Bin subió hacía la habitación del menor, sintiendo la mirada de MJ en su nuca. Intentó relajarse pero no lo logró 

La puerta estaba abierta así que decidió entrar sin llamar, desde la puerta pudo ver el lío de cobijas en que se había convertido el menor.

-¿Quién era, MJ?.- Preguntó el menor al oír los pasos, sin moverse de su cómoda posición.

-No soy MJ.- Dijo el mayor, sintiendo que le faltaba aire. ¿Por qué estaba tan nervioso?

Eunwoo se sentó en su cama al oír la voz de su Hyung, esa voz grave y save que lograba ponerlo nervioso.

Lo primero que observó Moonbin fueron los ojitos hinchados del menor, sintiéndose terrible por saber que hizo llorar a su pelinegro especial, a su bebé.

-Lo siento.- Dijieron ambos al mismo tiempo

Moonbin negó.

-No debes pedir disculpas, el único culpable aquí soy yo, Eunwoo.- Suspiró, acercándose a la cama y sentándose frente a su menor.- Si no hago esto ahora me arrepentiré toda mi vida, antes quiero pedirte perdón... por lo que estoy apunto de confesar.

Eunwoo frunció el ceño completamente confundido, no tenía idea de lo que podría significar eso. Había tantas dudas rondando en su cabeza que no encontraba una respuesta a esa "confesión"