|| ☭ Wish you were gay 🇺🇸 ||

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—¡Soviet, espera!—Con pasos rápidos y la mano extendida, un americano corrió por los blancos pasillos de la sede, intentando llamar la atención del otro hombre.

URSS paró todo movimiento, girando su cabeza por encima del hombro para observar cómo USA frenaba con fuerza al lado suya, esperando unos segundos en los que se agarraba el pecho y respiraba con fuerza por el pequeño maratón realizado hasta llegar hacia él.

—¿Necesitas algo?—La voz del soviético era fría, casi desinteresada en lo que tuviese que decirle el americano si no fuese por la ceja alzada y cara confusa que portaba.

Acababan de salir de una reunión en Ginebra, Suiza, país neutral por excelencia y donde generalmente se realizaban las discusiones entre potencias tan importantes como lo eran ellos dos, más algunos como Francia, Reino Unido y etcétera.

Se quedarían en el país europeo unos cuatro días más para hablar, o pelearse, sobre crecientes guerras y tensiones en el mundo, como la todavía continua guerra de Vietnam, tratados sobre armas nucleares juntada con amenazas entre los bloques capitalista y comunista, o sobre la aclamada carrera espacial en la que iba ganando la Unión Soviética con su exitosa misión, donde el primer satélite del mundo fue lanzado.

—Quería saber si te apetece quedarte un rato conmigo por Ginebra, tomar algo y eso...—Después de haber llenado sus pulmones de nuevo, América levantó su rostro y le miró con una energética sonrisa, enseñando sus blancos dientes y con sus marrones ojos abiertos de alegría.

URSS dudó un poco por la aparente genuidad del rubio, tan optimista y emocionado por salir con él; sin embargo, tuvo que poner una pequeña mueca mientras apretaba el asa del maletín de cuero que colgaba de su mano.

—Lo siento, pero tengo todavía cosas de las que tratar—Sentenció con la voz firme, no flaqueando aún viendo cómo la sonrisa de América desaparecía.

Estados Unidos se removió incómodo, toda la alegría de su cuerpo yéndose al caño; se mordió el interior de la mejilla, algo molesto y entristecido por el rechazo. Por otra parte, ya estaba acostumbrado.

—¿No hemos hablado de todo ya hoy? Y si no, lo que tengas que tratar lo haces mañana, que para eso estamos aquí.—De todas maneras USA no se iba a rendir tan fácilmente, por lo que intentó convencer al menor, o por lo menos conocer sus razones.

URSS suspiró, cruzándose de brazos y mirando con indiferencia al contrario—No es con vosotros, son cosas internas.

—¿Cómo qué?—USA asomó una pequeña sonrisa divertida, riéndose levemente por las expresiones cansadas e irritadas que le ponía el mayor; adoraba verle fruncir los labios, le daban ganas de quitarle el enfado a besos.

—América, no soy tan tonto como para darte información de nuestro país—Espetó el comunista, amagando salir de aquella conversación al darse la vuelta y empezar a caminar de nuevo hacia la salida.

El mayor sonrió más abierto aún, soltando otra de sus rasposas risitas y siguiéndole el paso al castaño. Se le adelantó ligeramente, quedándose caminando de espaldas para poder mirarle con esos destellos traviesos que emitían sus ojos.

—Venga Soviet, ¿al menos una pista? No me voy a ir de aquí hasta que me des una excusa creíble para no poder quedar conmigo.—USA fingió un puchero con sus labios, sus manos entrelazadas por detrás de su espalda y agachando levemente su cuerpo para mirarle con burla.

—No necesito excusas para no querer quedar contigo.—Gruñó el soviético con molestia, mirándole desde arriba con el ceño fruncido y yendo a paso rápido.

Ouch, Soviet, eres tan cruel conmigo...—Dramatizó América con unos falsos sollozos y la mano en el corazón, clavando una afligida mirada en los dorado y blanco ojos del otro, que le devolvía la mirada con incredulidad—Y yo que solo quería pasar tiempo con mi persona favorita...

|| 𝘾𝙃 𝙊𝙣𝙚𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ||Where stories live. Discover now