FORZADOS

#4

Pov. Yanli

(ANTES DE LA CENA)

Desde el momento en el que llegamos note a mis padres un tanto raros, mis hermanos no lo notaron porque son un par de despistados, sin embargo a mí no me podían engañar tan fácilmente. Por un lado no me gustaba forzar a las personas a hablar y decir lo que tenían guardado, sin embargo, en este momento estoy hablando de mis padres, las dos personas que me cuidaron desde que llegue a este mundo, desde que lo vi por primera vez y los que se encargaron de criarme y enseñarme lo que ellos descubrieron de la vida. Si había algo o alguien que les estuviera molestando yo lo ayudaría a solucionarlo, sin dudarlo, o por lo menos lo intentaría; pero para lo que me iban a decir… nunca me lo espere… y por el momento no los perdonare a ninguno de los dos.

Ya tenía planeado el pedir hablar con mis padres a solas, pero ellos se me adelantaron y me pidieron que los acompañara a donde nos recibieron. Yo le pedí a A-Xuan que se fuera junto con mis hermanos y también les dijimos que en unos minutos los alcanzaríamos, ya que mis padres habían hecho lo mismo que yo pero con mis hermanos. Una vez que vimos como los tres se adentraban a la casa nosotros tres nos alejamos un poco más de la entrada para evitar que escucharan, pues mi A-Xian era muy chismoso.

Ya me encontraba enfrente de mis papas pero ninguno alzaba la mirada, después de que pasaran otros cuantos minutos, ambos se miraron y empezaron a susurrarse, yo ya no podía más, fue entonces que decidí ser la que iniciara la conversación entre los tres.

-No quiero interrumpir su plática, pero necesito saber la razón por la que me pidieron el hablar y de paso si me podrían decir lo que les está afligiendo?- intente que mi voz saliera demandante pero no fue así, me fallo y lo dije casi tartamudeando ya que mentiría si no me sentía desesperada e inquita en ese instante ya que quería saber la razón por la que se estaban comportando tan extraño.

Hija…- mi padre me dirigió la palabra y a su vez la mirada pero esta la desvió después de unos segundos, pero por ese corto tiempo me percaté de que tenía los ojos rojos y que estaba a punto de llorar, voltee mi vista a mi madre y estaba igual o peor que mi padre. Esta situación se tornó mucho más extraña para mí, ¿A qué se debe? A mi madre, pues ella se caracteriza por su carácter tan rudo eh incluso le disgusta el verse débil. Todo esto me ponía nerviosa -… perdóname… perdónanos… por favor…- en ese instante ya no lo soporte más, tenía que saber lo que pasaba si o si; para cuando mis pensamientos me dejaron en paz me di cuenta de que mi padre estaba arrodillado frente a mi llorando y mi madre en cualquier momento estaría como su esposo.

No entiendo… que es lo que está pasando?... por qué me están pidiendo perdón?-justo cuando estaba terminando de hablar mis ojos perecieron el tomar vida propia ya que empecé a dejar salir mis lágrimas, ayude a que mis padres se levantaran y mi padre me empezó a explicar lo que estaba pasando o mejor dicho… lo que hizo… yo me imagine que me diría otra cosa como que iba a vender la casa o algo por el estilo… pero no fue así… antes de que terminara de relatar lo sucedido ya no lo soporto más volvió a dejar salir esas lagrimas que me dolían hasta lo más profundo de mi ser, fue entonces que mi madre por fin hablo, ella termino de contármelo todo. Me intentaba convencer de que todo lo que me dijeron no era verdad, que era una maldita mentira… pero no era así y lo sabía… quise intentar hacer que todo eso tomara otro rumbo pero ya era demasiado tarde como para que pudiera “tomar cartas sobre el asunto”. Les exigí explicaciones, las razones por las que decidieron tomar esa decisión, su respuesta fue muy simple: no teníamos opción. Empezamos a discutir y a su vez alzábamos nuestros tonos de voz hasta tal punto en el que salió mi esposo a intentar el calmarnos; en lo que el calmaba a mis padres yo me percaté de que mis hermanos estaban presenciando todo desde la puerta de la casa, en ese momento ya no lo soporte más que incluso fui a abrazarlos y dejar salir todo lo que retuve durante la “conversación” con las dos personas que decían que cuidarían de nosotros hasta su último aliento. Mis hermanos no entendían lo que estaba pasando, sin embargo, me dieron su apoyo.