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 Sonrio cuando veo a Kai apoyado en su auto, en la puerta de mi casa

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Sonrio cuando veo a Kai apoyado en su auto, en la puerta de mi casa.

- Hola Kaito- beso su mejilla.

- Hola Mia- me abraza- nunca me habían dicho Kaito en mi vida.

- Bueno, siempre hay una primera vez para todo- sonrio cuando cierra la puerta del auto y él da la vuelta para entrar- ¿a donde vamos?

- Pensé en que podíamos ir a merendar, ¿no? - yo asiento a la vez que conecto mi celular al auto. - ¿que pusiste?

- Taylor Swift, mi reina-  respondo obvia. - esta canción se llama out of the woods, una de las mejores de la historia.

- Si vos lo decís.

- Disculpe Kai yo solo escucho rap alemán Havertz, pero conmigo vas terminar amandola.

- Quien me manda a tenerte de amiga- bajamos del auto.

- Cállate, que desde que me conociste solamente te pasan cosas buenas.

Entramos a la cafetería y rápidamente nos atienden. Dos nenes, a un par de mesas de distancia, reconocen al alemán y se acercan a pedirle una foto. Si, yo la saco.

No creo que haya algo más lindo que cuando conoces a tu ídolo, me pasó hace algunos años con One Direction, así que entiendo a la perfección a estos nenes.

- Perdón por eso- dice una vez que se despidió de los chicos- si te sentís incómoda podemos volver.

- Para nada, me parece un gesto muy lindo.

- ¿Quien era tu ídolo de chica? - suelto una risita.

- Bueno, si con ídolo nos referimos a la celebridad de la que estaba enamorada a los once, entonces hablamos de Harry Styles o Justin Bieber.

- Chica clásica- me encojo de hombros saboreando mi café con chocolate. - ¿fuiste a alguno de sus conciertos?

- Gracias a Dios si, realmente amo ir a recitales.

Kai presta atención a cada palabra que sale de mi boca, aunque intento no agobiarlo con tantas palabras. Una vez que arranco a hablar no hay quien me pare.

Así pasamos lo que quedaba de la tarde. En ningún momento tocamos el tema de fútbol, Kai me cuenta lo difícil que es estar alejado de su familia y amigos, y que poco a poco se va integrando con sus compañeros de equipo, pero que es difícil cuando ya hay grupos establecidos.

- Ahora me tenes a mi- digo una vez que estamos en la puerta de mi casa.

- ¿Como?

- Que estoy con vos ahora Kai, soy tu amiga y no te voy a dejar. - su sonrisa hace que se me infle el pecho de felicidad. 

- Yo tampoco te voy a dejar- me abraza besando mi cabeza, que está recostada en su pecho.

(...)

Una vez que termino de escribir arriba de la torta "feliz cumpleaños Kai" con chocolate blanco, decorarla con grageas azules y poner las velitas, la guardo en esos contenedores de comida y salgo de mi casa.

Golpeteo la puerta de su casa hasta que él aparece vestido con la ropa del club.

- Feliz cumpleaños Kaito- beso reiteradas veces sus mejillas

- Gracias Lincy- agarra la bandeja de mis manos y entramos a su casa. Días después de yo haberle dicho Kaito, se apreció un día en mi casa y me dijo Lincy, una abreviatura de mi apellido- ¿me hiciste una torta? No te hubieras molestado.

- No seas tonto- me siento en la encimera de la cocina- sabes que son mi especialidad. En fin, ¿que tenes planeado para tu gran día?

- ¿Gran día? - alza una ceja- la verdad es que no organicé nada con los chicos del club.

- Eso no es muy geminiano de tu parte. - me da una taza de café, ahora si tenemos casi la misma altura.

- Aunque pensándolo bien, creo que Kepa va a venir.

- Ya es hora de que conozca a tus amigos.
Aunque tampoco puedo decir nada. Rose apenas sabe de mi amistad con el alemán, y creo que no lo sabría de no ser porque Kai y le da me gusta a cada una de mis fotos en Instagram, algo que no pasó por alto. Igual que mi hermano y su incertidumbre del por qué un jugador de la premier league me sigue en las redes sociales.s

Sigo disfrutando del café a la vez que veo como Kai esta en video llamada con su familia. De vez en cuando me dedica cierta mirada que intento descifrar. Me bajo de la mesada cuando escucho el timbre sonar, así que atiendo la puerta para no interrumpir a mi amigo.

- ¡Feliz cumpleaños Kai! - gritan Kepa, Mason y Ben.

- Vos no sos Kai- dice Mount mirándome atentamente.

- No, soy Mía- los dejo pasar y cierro la puerta- Kai esta en la cocina.

- Un gusto finalmente conocerte- le sonrio a Kepa.

- Igualmente.

Cuando el cumplañero aparece desde la cocina, los tres jugadores de fútbol se tiran a abrazarlo.

- Esta es mi señal para irme- me acerco a mi amigo. Lo que menos quiero es estorbar mientras están ellos acá.

- No quiero que te vayas- intenta hacer puchero y suelto una risita- aunque sea quédate un rato más, después te acompaño hasta tu casa.

- Sabes que no quiero molestar- murmuro agarrándolo por la cintura, él pone sus manos en mis hombros acariciandolos suavemente.

- Nunca molestas, un ratito más. Es mi cumpleaños.

Finalmente acepto, ellos cuatro juntos son una explosión. Aprovechando que es sábado, improvisamos una salida a un club de la zona.

Y ya saben lo que pasa cuando el alcohol y yo nos juntamos.

Chelsea; Kai HavertzWhere stories live. Discover now