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Kai me gusta.

Yo le gusto.

Nos gustamos.

Pero las cosas han estado un poquito raras. Es como cuando tenes todo lo que querés, pero no sabes que hacer con eso; es lo que esta pasando ahora. Igualmente la que se esta haciendo la cabeza con todo esto soy yo, porque Kai esta de lo más bien con el asunto.

- Hola- abro la puerta cuando veo que es el alemán y subo corriendo a mi habitación.

- ¡Dejé el grifo del baño abierto!- aviso a mitad de camino. Entro a la habitación pensando que estaría todo inundado, pero por suerte no. - Listo- digo soltando un suspiro.

- Hola- la voz de Kai se escucha en la habitación. Asomo la cabeza desde el baño y lo veo sentado sobre mi cama.

- Hola, Kai- sus brazos rodean mi cintura acercándome a él. Mis manos viajan a su cabeza acariciándole el pelo.

- ¿No vas a saludarme?

- Vos entraste, no yo.

- Tenes razón - estira su cabeza y me besa. Todavía él estando sentado y yo parada, casi que estamos a una altura bastante similar. - Hola.

- Hola- repito como por tercera vez. - ¿como te fue en el entrenamiento?

- Bien- sonrie- ¿a vos como te fue en la universidad?

- Bien también, ¿querés ver lo que estoy pintando?

Estiro mi mano para que la agarre e ir hasta la habitación donde habitualmente pinto, aunque eso puede variar. La verdad es que cuando tengo que hacer algún tipo de pintura no elijo un lugar específico, simplemente agarro mis cosas y pinto.

- Wow- exclama cuando ve el lienzo- es impresionante.

- ¿Si?

Creo que la sensación de vergüenza al mostrar mis obras nunca se va a ir, por lo que cada vez que las halagan siento el calor subiendo por mi rostro.

- Si Mia, es muy hermoso- besa mi mejilla - sos la persona más talentosa que conocí jamas.

- Gracias- murmuro escondiendome en su pecho.

- ¿Que vas a hacer una vez que la califique tu profesor?

- Supongo que va a ir a la galería de mi papá- nos reímos. Desde que empecé la universidad, sino antes, más bien desde que empecé a pintar mi papá colgó la mayoría de mis trabajos en el pasillo que va desde el baño hasta las escaleras. Como también hay trofeos de Liam, Malcom es un hombre orgulloso de sus hijos. - pero todavía no sé, ¿te gustaría tenerla?

- Seria un gran honor- sonrie- realmente me encantaría. Además imagínate cuando venga mi familia y me pregunten "¿Quién hizo ese hermoso cuadro? Y yo les diga: Mi novia Mía.

¿Que?

"Mi novia Mia" hace eco en mi cabeza. Hace un par de días nos besamos y ahora planea una conversación con su familia diciendo que soy su novia. Una sonrisa estúpida aparece en mi rostro, no hace falta verme en un espejo para saberlo, lo siento.

- ¿Tu novia?- alzo una ceja todavía con la sonrisa imborrable.  Veo como su rostro poco a poco se torna colorado.

- Si... bueno- se rasca la nuca y tartamudeó, hasta se le escaparon algunas palabras en alemán- yo se que hace poquito nos dijimos lo que sentiamos, que gracias a Dios es mutuo porque sino me moría, pero yo sé que en un futuro podríamos estar juntos. Mas allá de gustarme, yo te quiero. Realmente conocerte fue los más lindo que me pasó en mucho tiempo y eso hace que estar lejos de mi casa cueste mucho menos. Porque estar con vos es como estar en casa una vez más, generas en mi ese sentimiento de pertenencia y de no querer alejarme de vos nunca más.

Apuesto mi vida a que tengo la mayor cara de boluda jamás vista, pero es que nadie nunca me dijo cosas tan hermosas como esas.

Hace no mucho tiempo entendí que la necesidad de ser aceptada socialmente es una consecuencia de que mi mamá me haya dejado, porque a pesar de que la veo un par de veces al año, ella se fue y comenzó su vida como si Liam y yo no existieramos. Es una necesidad en mi que las personas me quieran, es horrible de admitir, pero es la verdad.

- Ay Dios, yo también te quiero- lo abrazo por el cuello, obligándolo a encorvarse un poco- te quiero tanto que a veces se me va el aire cuando te veo. No te voy a mentir, la primera vez que te vi nunca pensé que íbamos a terminar así; pero cada vez nos hicimos  más cercanos, pasamos nuestros cumpleaños juntos y poco a poco fui cayendo por vos.

Me rodea con sus brazos y besa mi frente.

- Sos todo lo que siempre quise- su mirada brilla como las estrellas, el corazón se me agranda en el pecho. Tengo una sensación de felicidad en el alma poco facil de explicar.

Kai me da esa felicidad que tanto necesitaba.














°°°

Aparezo después de un montón de tiempo, jeje. Pero bueno, acá traigo a estos dos que los amo con mi corazón, espero que ustedes también.

Les mando un beso.

Chelsea; Kai HavertzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora