Liar (segunda parte de Final Revenge) (Peter Pan + Robin + Félix)

capítulo 11: sé que lo sabes

Después del instituto, Henry vino conmigo a casa de Emma.
Estuvimos jugando durante un par de horas en el suelo de mi habitación.

- Henry - lo llamé apoyando mi espalda en la cama. El chico levantó la cabeza inocente.

- ¿Qué pasa? - dijo moviendo su ficha (estábamos jugando al parchís).

- quiero contarte lo que pasó en la isla - dije seria - pero solo si cuando termine, me dices la verdad. - Henry frunció el ceño.

- ¿La verdad sobre qué?

- sobre lo que todos sabéis... sobre eso que no queréis que sepa. - Henry bajó la cabeza, él sabía perfectamente de lo que estaba hablando.

- está bien - aceptó.

- ¿Me lo prometes?

- te lo prometo.

Tiré los dados y moví mi ficha del juego.

- cuando mi madre llegó a la isla no lo hizo sola - empecé a narrar - ocultó la llegada de tres barcos llenos de soldados del reino. Cuando Pan derribó a mi madre y escapamos, se vio obligado a anular la magia en toda la isla...

- ¿Los tres os quedásteis sin magia? - asentí.

- el único que podía usar magia era Pan, pero debía evitarlo, porque si la utilizaba, también nos devolvería la magia a mi madre y a mi, y eso no nos convenía. Félix sobrevivió, estaba al borde de la muerte cuando Pan lo encontró y lo curo antes de anular la magia... Félix se encargó de esconder en un viejo árbol a los niños perdidos que quedaban...

- ¿Por qué te ayudaba Pan? ¿Por qué no entregarte para librarse? - me interrumpió.

- hicimos un trato, a cambio de su ayuda, yo le entregaría mi magia.

"
Félix, Pan y yo caminamos durante más de media hora por la isla. Íbamos con mucho cuidado de no hacer ruido y de no encontrarnos con ningún soldado.

- ¿A dónde vamos? - pregunté agachándome detrás de unos arbustos. Tenía a Pan delante y a Félix detrás, enfrente nuestra había un par de soldados haciendo una ronda, y nos habíamos visto obligados a parar.

- shhhh... - me contestó Pan. - Félix, encargate - susurró Pan ignorando me por completo.

El rubio desapareció de detrás mia. Se acercó por detrás a los soldados y les dio a los dos en la cabeza con su enorme mazo.

- es la primer vez que lo veo utilizar esa cosa, ya creía que era de adorno - comenté levantándome de nuevo

- yo tampoco entiendo por qué se empeña en llevar esa cosa a todas partes, supongo que impone a los extraños - dijo Pan levantándose también, luego se alejó de mi para seguir andando.

Aceleré para alcanzarlos. Caminamos durante unos minutos más. Pan se agachó de repente y agarró algo del suelo, luego de entre la tierra y las hojas secas levantó una trampilla de metal.

- no fastidies - susurró Robin para sí misma.

- escondámonos para descansar y hablar sobre lo que vamos ha hacer - dijo Pan bajando las escaleras.

Al entrar en la pequeña habitación, aún estaban las cadenas tiradas en el suelo. Félix ni se inmutó al entrar, en cambio, Robin estaba bastante incómoda.

Pan apartó la paja seca y la suciedad un poco con el pie, agarró un fino palo y se sentó en el suelo en forma de indio.

- nuestro objetivo es deshacernos de tu madre postiza - dijo señalando a Robin con el palito. La chica también se había sentado, al contrario de Félix que se había quedado apoyado en una de las esquinas más oscuras.

- estará en un barco, no sabemos cuál, y sin magia no podemos con los guardias.

- olvídate de los guardias, son unos inútiles, será demasiado fácil derribarlos. Hay que averiguar en qué barco está...

"

Emma entró de repente en la habitación, se nos quedó mirando desde la puerta.

- ¿Qué pasa, mamá? - preguntó Henry tranquilo.

- tenéis que bajar a cenar - dijo seria, luego dio medio vuelta y se fue de la habitación.

- ¿Seguirás contándome lo que pasó? - dijo Henry mirándome de nuevo.

- no lo sé - contesté sincera.

Me levanté del suelo y salí de la habitación, Henry me siguió por detrás. Ambos llegamos al comedor, la mesa ya estaba puesta, pero solo Emma estaba sentada.

- ¿Dónde está Killian? - pregunté extrañada. Siempre que bajábamos estaban los dos sentados o Killian estaba de pie cogiendo algo de la cocina.

- ha ido a hablar con David un momento - dijo poniéndose comida en su plato. Fruncí el ceño, estaba mintiendo.

- ¿Dónde está Killian? - repetí con la voz un poco más firme. Emma suspiró.

- hoy no vendrá a cenar, esa es información suficiente - dijo mirándome a los ojos, luego volvió a mirar a su plato.

La miré con los ojos entrecerrados, caminé a la mesa y me senté enfrente suya, Henry se sentó en uno de los lados.

- Henry - lo llamé sin dejar de mirar a Emma - ¿Qué opinas sobre Peter Pan?

Los tres nos quedamos en silencio.

- eh... pues... - empezó a balbucear, Emma le echó una mirada bastante significativa - no lo conozco, pero por lo que he escuchado es un villano - dijo de un tirón.

- tu madre también es una villana, pero la quieres - rebatí - ¿Qué opinas sobre Peter Pan? - volví a preguntar.

- no lo conozco...

- ¡Mientes! - grité dando un golpe en la mesa.

- ¡A tu habitación! - me dijo Emma poniéndose de pie de golpe y señalando las escaleras, la miré directa. - será mejor que te vayas a tu habitación - dijo entre dientes.

- ¿Mejor para quien? ¿Para vosotros? - la contesté desagradable.

Me levanté de la mesa y volví a subir las escaleras, pero no me quedé en mi habitación, salí por la ventana y me descolgué de la cornisa para aterrizar en la hierba del jardín.

Esperaría en el bosque a que empezará a amanecer.

Cuando llegué al mismo lugar de siempre, me senté en el suelo. Metí mi mano en el bolsillo de mi chaqueta, y saqué un viejo y roñoso trozo de tela marrón. Lo miré durante unos minutos sin decir absolutamente nada. Luego volví a mirar al cielo lleno de estrellas.

- Robin - dijo alguien a mis espaldas. No me di la vuelta como una estúpida ilusionada al pensar por un segundo en quien podría haber sido. Pero sus voces no tenía parecido alguno.

- ¿Qué haces aquí? - dije bajando la mirada a la tierra. Killian se sentó a mi lado.

- Emma me ha dicho lo que ha pasado - dijo tranquilo. - sé que quieres saber qué pasó durante el tiempo que estuviste en Brooklyn, y creo que ya es hora de contártelo - lo miré directamente a los ojos.

- ¿De verdad me lo vas a decir? - necesitaba saber que no me lo estaba imaginando todo. Killian asintió y luego miró hacia las estrellas para empezar a narrar.

- Peter Pan se moría...