El estúpido rencor

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Los meses pasaban, y con ellos todo comenzaba a cambiar, ya no solo el hecho de que mi barriga cada vez era más y más grande y aunque era algo normal, yo me sentía una ballena andante... Y ojalá eso hubiese sido lo único que cambió, porque mi relación con Patrick era muy distinta, con el paso de los meses, los temas tabúes empezaban a multiplicarse demasiado rápido, empezando por la lista, hasta su familia y en especial su hermano...

Aquella mañana de finales de mayo, me disponía a salir de su suite cuando me sonó el teléfono, Patrick se levantó del escritorio y me acercó mi teléfono, pero cuando vio la pantalla iluminada, su rostro cambió de forma drástica...

- ¿Quién es? – pregunté mientras me ponía mis sandalias.

- Es Noah. – dijo en un tono seco.

- Le llamaré luego. – dije mientras guardaba mi móvil en el bolso.

- ¿No os cansáis de hablar todo el rato? – dijo mientras fruncía el ceño.

- Pues no, es mi mejor amigo y se preocupa mucho por el bebé y por mí. – dije con tal de dar el tema por zanjado.

- Yo creo que hace algo más que preocuparse.

- No seas bobo, Noah y yo solo somos amigos.

- Eric y yo somos amigos, vosotros sois más que amigos... - mientras me daba la espalda.

- Es cierto, Noah es mi mejor amigo, pero nada más, ya lo sabes. – dije bastante molesta.

- Vaya, no sabía que ahora lo normal entre mejores amigos era acostarse. – bufó él.

- ¿Otra vez me vas a echar en cara la estúpida lista?, Joder Patrick, no puedo cambiar las cosas que hice.

- Créeme que lo sé, pero entiende que me molesta pensar que solo estás conmigo porque de los veintitantos posibles padres, resulté ser yo el verdadero, y no puedes negarme que a veces piensas en que habría ocurrido con lo nuestro de no ser por el bebé. – dijo mirándome a los ojos, esos ojos que demostraban lo dolido que se sentía por el tema.

- Patrick, no puedo hablar de esto ahora, he de ir a clase, ya lo hablaremos. – dije antes de salir por la puerta.

Patrick no dijo nada más y yo me dirigí hacia el campus, de camino llamé a Noah y él me contó que había conocido a una chica en su campus y tenía muchas ganas de presentármela. Los celos de Patrick hacia Noah no tenían sentido alguno, Noah y yo habíamos aceptado que lo de aquella noche solo fue por la lista, y que entre nosotros solo había una gran amistad, pero parecía que, a los ojos de mi prometido, eso no estaba tan claro...

Tras las clases de la mañana, comí con las chicas en la cafetería, las echaba tantísimo de menos, en las últimas semanas, entre médicos y exámenes, apenas las había visto y como me pasaba las noches con Patrick, prácticamente ya no vivía en la casa de las Alphas...

Después de comer, me fui a mi clase de Historia de la Antropología, no era de las peores, a decir verdad, se podía decir que no estaba mal..., al acabar la clase, le pedí a Vincent que me acercase en coche hasta la ciudad, los autobuses ya habían pasado y las chicas todavía tenían trabajos por terminar.

El coche de Vincent era un Fiat pequeño de color azul cian, cuando vi su coche por primera vez, bastante antes de que me contase su "gran secreto", me dijo que el coche era de su hermana, y eso era lo que le decía a todo el mundo, ya que, aunque a él le encantaba, mucha gente pensaba que era un coche femenino... Malditos estereotipos...

El viaje fue bastante corto, Vincent puso la radio y ambos cantábamos al pie de la letra cada canción que sonaba, al final Vincent logró aparcar frente al Hotel de Patrick y yo me despedí de mi amigo con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.

Pero justo un par de segundos después, me percaté que los ojos azules de mi prometido habían visto toda la escena y había confusión y dolor en ellos.

Corrí como pude detrás de Patrick hasta la suite, allí me paré debajo del marco de la puerta para coger aire tras la "carrera" que acababa de hacer.

- Y ahora me dirás que me invento las cosas, ¿Quién demonios era ese tío?, ¿otro de la lista? – dijo cabreado.

- Yo.... No, digo sí, es Vincent, es mi amigo. – dije mientras intentaba recuperar el aliento.

- Otro "amigo". – dijo mientras hacía comillas irónicas con las manos.

- NO ME ACOSTÉ CON VINCENT. – chillé.

- entonces, ¿Por qué forma parte de la lista? – preguntó enfadado.

- Vincent es gay, y no, no me acosté con él, solo fingí hacerlo por la lista, es mi amigo y no le he contado a nadie más su secreto así que por favor no lo vayas contando. – dije enfadada.

- Ah claro, y se supone que debo creerte ¿por qué...?

- Porque soy la madre de tu bebé y porque te estoy diciendo la verdad.

- Mel, cómo esperas que confíe en la persona que se acostó con más de veinte tíos por una estúpida lista y entre ellos nos encontramos mi hermano y yo, cómo esperas que lo haga. – dijo gritando.

Mis ojos se humedecieron y noté como mis lágrimas resbalaban por mis mejillas.

- Ya estás otra vez con la estúpida lista, sí me acosté con más de veinte tíos pero sigo siendo humana y qué, esperas que me pase el resto de mi vida avergonzándome por ello, porque no es así, no me avergüenzo por ello, por una vez me comporté como un hombre, me acosté con tíos sin sentirme atada a ninguno, y te quiero Patrick, pero que me trates de forma distinta solo por lo que hice, me parece algo inmoral, porque si Eric, tu hermano o cualquiera de tus amigos se hubiese acostado con veintitantas tías, sería un puñetero ídolo para vosotros, pero yo en cambio son una fulana, una fresca o una puta, pero esta fulana, esta fresca y esta puta es tu prometida o al menos lo era. – me quité la alianza de su madre y la dejé sobre la mesilla antes de girarme en dirección a la puerta.

- ¿Y ya está?, ¿Te vas? – preguntó mientras miraba la alianza que ahora se encontraba en la mesilla.

- Sí, me voy, me voy porque estoy harta de que me eches en cara lo que hice, eres igual que tu padre. – tras esas palabras, el ceño de Patrick se arrugó aún más y yo me marché de aquella estúpida suite.

De la A a la ZWhere stories live. Discover now