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Llegara un momento donde tu voz dejara de ser escuchada.

El día donde el sol estaba en su punto, ese día fue diferente, podías escuchar los pájaros cantar y a los niños jugar en la calle.

Su corazón latía con fuerza, estaba feliz, aquella sonrisa lo decía todo, con su mano izquierda cubría su boca por el asombro.

¿La razón?

Era el nombre que estaba plasmado en la pantalla de su móvil, le estaba llamando y no dudo en responder con emoción mientras se sentaba en la orilla de su cama.

¡Rosé! —exclamó al instante.

Por tu tono de voz, algo me dice que anhelabas saber de mi —respondieron al otro lado del teléfono, la forma de decirlo fue lo que provocó que Manoban borrará su sonrisa.

No he dejado de pensar en ti en ningún momento.

Yo no estoy tan feliz —contentó con seriedad.

¿Sigues molesta? Debí suponerlo, tienes tus motivos —respondió cabizbaja.

Lo siento por dejarte, debo pensar en mí, tu deberías hacer lo mismo y reflexionar sobre la existencia de Madison James.

Cómo niña pequeña, sus pies se empezaron a mover de adelante hacia atrás, escuchaba las palabras de Roseanne, todo marchaba de maravilla hasta que su amiga pronunció el nombre de Madison James, su mente no pensó en él, sino en Jennie.

Roseanne aun no podía enterarse sobre ese asunto.

No puedo —reprochó.

Sin la existencia de Madison James, no habría forma para hablar con Jennie.

¿No puedes? Espera... —Hizo una pausa de 5 segundos, mismos que Manoban prestaba atención a las siguientes palabras: —Quiero hablar con Madison James, ¿es posible?

¿Hablar con Madison James?

¿Realmente quién era él?

Lisa siempre tuvo presente que la personalidad de Madison era algo que ella quería tener.

Madison quiere escuchar tu voz —respondió Manoban dudando del juego.

Lalisa no tenía otra opción, tampoco respuesta, así que le siguió el juego de su amiga, estaba preparada para responder como si fuera Madison.

Rosé dio unas pequeñas risas y comentó:

Madison me gustas.

Manoban estaba sonrojada, no tuvo palabras, esa frase hizo que su corazón colapsará.

Esas palabras eran antes, no ahora.

Roseanne me gusta alguien más —informó sin pensarlo, al percatarse rápidamente trato de corregirlo—. ¡No! Lo que dijo es que no soy real.

Sé que no eres real, ahora ya sé porque quieres serlo —hizo de nuevo otra pausa, Manoban golpeaba su cabeza con la palma de su mano por su error—. Lisa no lastimes a nadie, Madison no es real, pero lo que sientes sí.

Sentirse.

Tal vez no se lo habría planteado de esa forma.

Solo le gustaba hablar con Jennie.

No había nada más.

Terminó la llamada, Lalisa no podía seguir con ese juego, no debía darle esperanzas a Jennie, necesitaban hablar, aclarar todo de una buena vez.

𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 ━━  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora