Relatos de Queen en Venezuela || One-Shots 🇻🇪

Besos y cámaras

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Ruido, todo lo que escucho es ruido, entre las voces altas de las personas, los flashes de las cámaras, los vasos tintineando, las risas... todo en este lugar es ruido.

Ya nos habían comentado que los latinos suelen ser más escandalosos que otros y claramente el límite de confianza para ellos es casi nulo. Ya he perdido la cuenta de las veces que me han dado un abrazo, me han tomado de la mano o me han dado un beso en la mejilla, alegando de que así se saludan por primera vez.

Sin embargo, no puedo generalizar, está claro que entre países hay diferencias y desde que emprendimos nuestra gira por Latinoamérica lo he notado. Ahora estamos en Caracas con un calor infernal, mucha gente alrededor y con vestigios de que esta rueda de prensa se va a extender a algo más largo.

-Los venezolanos son muy efusivos, sus muestras de cariño son algo intensas. - comentó Brian al terminar escapando de un par de chicas que le terminaron pellizcando una nalga.

Al final no entiendo por qué se queja, el muy descarado no perdió tiempo de reunirse con ese grupo para "practicar su español". Seguro vendrá en la noche con un par de frases para buscar una juerga o ganarse una escapada luego del concierto.

A todos nos tocó un intérprete personal que nos acompaña a todas partes para traducirnos al inglés y eso lo agradezco. Mi nivel de español es casi nulo y juraría que por lo rápido que hablan estas personas no podría aprender de manera decente cómo pedir mi desayuno.

La chica es amable y discreta, ella es argentina y es mis oídos y voz en este viaje. Los periodistas y fotógrafos se amontonan alrededor de nosotros en busca de una primicia, pero por suerte ella puede traducir todo para no perderme. Aunque juraría que preferiría estar con Roger, solo por la manera en como lo ve, por lo menos me alivia el que sepa cómo desenvolverse y acepte por mí varios aperitivos que por los momentos ya no puedo consumir.

-Falta una entrevista por parte de un periodista que ahora está con Roger. ¿Desea que lo conduzca hasta acá?

Dirijo la mirada hacia donde ella señala y asiento en aprobación, este sitio es mucho mejor que el lugar en donde se encuentra Roger ahora.

-¿Sabes si va a tardar mucho?

La chica estira el cuello para ver hacia donde está Roger y sonríe al comprobar en su reloj.

-No será mucho, después de esto tengo entendido que tienen un descanso y luego una cena. Podrá estar en su habitación pronto.

-Gracias, necesito un poco descanso antes del festín.

-Seguro. Iré a confirmar que está disponible, enseguida vuelvo.

Lucía, como dijo que se llamaba, me deja con el escolta y se adentra en el mar de gente en busca de esa entrevista y luego quedar en libertad. El bar está repleto y muy cerca de donde estoy, pero prefiero refrescarme con un poco más de agua antes de terminar bebiendome todas las cervezas que encuentre. El calor es algo que me tiene incómodo.

Mientras espero y me piden un par de autógrafos, desde aquí puedo ver cómo varios que rodean a Roger ríen y llaman la atención de varios junto a mí. Mi amigo está disfrutando más que los demás, incluso cuando su expresión es de ignorancia total, ya que posiblemente no esté entiendo nada de lo que el hombre le dice. Apesar de eso, desde que llegamos no ha dejado de parlotear acerca de lo mucho que le gusta la energía de aquí y de como celebran por cada palabra que dice, por muy tonta que sea, porque simplememte no puede repetir bien una oración decente... y yo tampoco.

Seguramente su intérprete debe tener un par de tragos encima porque le ha podido seguir la pista y se ha convertido en un buen acompañante, ya que en un par de ocasiones los he visto intercambiando botellas de cerveza, cigarrillos y hace poco tenía un vaso con ron en su mano.