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Huijun seguía pegado junto a Iseul, esta iba con sus manos metidas en los bolsillos del pantalón haciendo como que no le importaba lo que el chico le contaba, pero era mentira.
Su compañero tenía mil y una historias que contar, ya fueran con Minjae, con sus otros tres amigos o sus amigos de clases.
- Entonces Sunoo y Kangmin empezaron a gritarse en medio de la calle a las tres de la mañana, fue vergonzoso - él terminó la historia y ella tuvo que contenerse las ganas de sonreír al imaginarse la situación.
Siguieron caminando hacia la cafetería y esta vez el chico a su lado se mantuvo en silencio, sabía cuándo la chica necesitaba silencio y espacio y cuándo no.
Ambos jóvenes se sentaron en la mesa de siempre junto al resto, una vez más Sunoo estaba discutiendo con alguien, esta vez era Intak.
- Kim Sunoo ni un día de paz contigo - Minjae se sentó junto a la chica.
- No es mi culpa que me saquéis de quicio - el rubio rodó los ojos y habló con odio fingido.
Iseul volvió a aguantarse las ganas de reírse, pero no pudo ya que salió un pequeño ruido de su garganta.
Todos lo escucharon pero nadie dijo nada ya que conocían la actitud de la chica y no querían hacerle sentir incómoda.
- ¿Quieres pizza? - Doyoung preguntó a su lado.
Ella le miró y pensó por unos segundos, observando los ojos del chico junto a ella.
- Claro por qué no - sus labios intentaron formar una pequeña sonrisa pero no fue capaz.
Aún así Doyoung le sonrió cálidamente y asintió con la cabeza, levantándose de su lado y yendo a comprar la comida.
Iseul respiró hondo al notar lo paciente que eran todos con ella y estaba empezando a replantearse si debía dejarles entrar de una vez.
Los seis chicos llevaban junto a ella desde hace años y ni una sola vez les había hecho sentir incómoda o no querida, todos eran muy comprensivos y sabían cuándo no cruzar la línea imaginaria que Iseul tenía.
Una pequeña patada en su pie le hizo salir del trance y miró a Huijun con ceño fruncido.
- ¿Estás bien? - vocalizó con facciones preocupadas.
Ella apretó la mandíbula y asintió con la cabeza, intentando una vez más intentando elevar las comisuras de sus labios para brindarle una pequeña sonrisa al chico, pero seguía sin funcionar.
Otra vez el chico le sonrió cálidamente, como Doyoung había hecho antes, y siguió con su comida.
Iseul se mordió el labio inferior y miró al chico que acababa de llegar de nuevo.
Ella observó la pizza que Doyoung había dejado frente a ella, era su favorita.
- Gracias - sus facciones se relajaron y eso fue suficiente para que él acariciase la cabeza de la chica suavemente.
Ella, sorprendentemente, no se tensó al notar el contacto y se extrañó.
Se mantuvo en silencio y comenzó a comerse la pizza que su compañero le había comprado, escuchando de fondo la conversación que estaban teniendo.
- Te estoy diciendo que las pajitas sólo tienen un agujero - Kangmin siguió defendiendo su idea.
- Tienen dos Kangmin, ¿qué te pasa? - Intak discutió con el ceño fruncido.
- Kangmin lleva razón, es un único agujero - Minjae se metió en el debate.
Intak rodó los ojos e iba a hablar hasta que Sunoo le ganó en ello.
- Tienen dos - el rubio habló indignado.
Segundos más tarde Huijun y Doyoung se metieron en el debate mientras Iseul les observaba a todos, sin ella saberlo una pequeña sonrisa iba apareciendo en sus labios.
Ella estaba dándose cuenta de que era feliz junto a ellos, sólo que no quería admitirlo y que pudiera hacer algo para romper todas las amistades en cuestión de un segundo.
Mientras el grupo de siete seguían en sus mundos, otros ocho chicos estaban absorbidos en su propia conversación.
Todos menos uno, el rubio, quien observaba a la chica sonreír por primera vez después de años.
Por muy pequeña que fuera la sonrisa él estaba más que orgulloso del avance, y esperaba que él también pudiera hacerle sonreír en un futuro.
