Doesn't...

253 39 9
                                    

Sunghoon caminaba por las calles transitadas de esa concurrente ciudad. Iba vestido totalmente de negro y no tenía una sonrisa en el rostro como siempre solía hacerlo.

Estaba destrozado y cargaba con la tristeza por dos porque su pareja estaba peor y el sentía esa tristeza y trataba como pudiese de cargar con las dos, no quería que nada malo pasara.

Había salido de su casa quince minutos antes cuando Sunoo le había dicho que quería helado de chocolate y Sunghoon como buen alfa había hecho caso de la petición de su pareja que estaba en estado de gestación.

Una sonrisa nostálgica cruzó por su rostro. Si tan solo él no hubiese muerto lo más seguro es que todos estarían en el centro comercial compartiendo una tarde alegre felicitando al mayor por su estado. Lamentablemente las cosas no siempre son como uno quiere.

Llegó al centro comercial que estaba abarrotado de gente comprando las ofertas, como siempre. Era domingo por la tarde, no se podía esperar menos disturbio.

El mundo seguía moviéndose... sin él.

Caminando lentamente por los pasillos pasó recogiendo algunas cosas que faltaban en su casa. No muchas porque no quería cargar con demasiadas fundas. Estaba muy cansado, tanto física como mentalmente y solo quería llegar a la cama y abrazar al caliente cuerpo del menor.

Llegó a la sección donde la variedad de botes de helado era increíble y buscó entre todos el sabor que su pareja le había especificado que tenía que comprar para que no se equivocase, después de todo con Sunoo todo tenia que ser perfecto.

Chocolate con almendras.

Cuando tuvo todo en la pequeña canastilla, examinó que no le faltara nada de lo que había pensando llevar durante su camino al centro comercial. Caminó hasta dónde un montón de señoritas atendían y cobraban en la cajas.

Se puso en la fila que menos compradores tenía mientras esperaba. Por suerte eran pocas cosas las que llevaba facilitándole ponerse en una de las cajas que cobraban rápido.

—¿Sunghoon?

El moreno levantó la vista y se sorprendió al ver a su amigo parado justo delante de él esperando a que la fila siguiese para pagar. En su brazo llevaba la misma clase de canastilla que él pero ese estaba más llena que la suya.

—¿JongSeong? ¿Qué haces aquí? —Preguntó y analizó bien a su amigo que tenía un semblante apacible. Estaba vestido con un gigantesco saco de lana color piel y un pantalón de mezclilla negro no concordando en nada con el cálido clima del día.

—Vine a comprar víveres porque en mi casa casi no hay. —El rubio suspiró cansado, ya quería terminar para ir a su casa y enredarse entre las cobijas con su esposo.

Sunghoon aun sorprendido, debía admitirlo, nunca esperó encontrarse con el rubio allí. Mucho menos tan normal como siempre. 

No había pasado ni dos semanas de aquel trágico día. No había escuchado nada de él en días por lo que creía que no estaba en buenas condiciones para hablar o conversar con sus amigos, pero ahora que le miraba tan normal sus pensamientos se perturbaron.

—JongSeong...

No quería preguntar pero la curiosidad le mataba. JongSeong sonrió sinceramente ante la pelea mental que tenía el moreno en su cabeza. No entendía el por qué de ello pero tampoco le importó, por alguna extraña razón, aunque en realidad siempre demostró ese poco interés ante las demás personas, todo hasta que llegó él.

Algo cruzó por su cabeza y se golpeó mentalmente por haberlo olvidado.

Jungwon lo mataría.

He doesn't exist  ⋆  ¡Jaywon! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora